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De traca

Por Miguel Ángel Vicente
martes 07 de abril de 2015, 23:00h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

¡Acabáramos! Ahora resulta que el gran fracaso, el petardazo, la debacle, el desastre, la hecatombe del PP en las elecciones a la Comunidad de Andalucía del pasado 22 de Marzo, ha sido debido a la falta de comunicación del aparato del partido; sí, eso es, que desde las altas instancias, amén de las medias y de las bajas, no se han sabido explicar las bondades y los logros de las políticas que del Gobierno de España, liderado por su Presidente, Don Mariano Rajoy Brey, y sustentado y sostenido por el Partido Popular; y en un tris han estado de colgarle el sambenito, de cargarle el muerto, a la propia ciudadanía, a la plebe, esa masa o chusma incapaz de entender y comprender los beneficios de esas políticas, debido al escaso entendimiento, al bajo nivel intelectual de los administrados, encima desagradecidos, que no se han dado cuenta del sacrificio que nuestra casta política viene haciendo, un día sí y otro también, en pos del bien común y la consecución del Estado del Bienestar.

Cabezas huecas de cartón, cerebros de cemento, cuerpos sin alma, que no han sabido captar la piel que nuestros políticos peperos se han dejado sobre la arena (del circo, diría yo), cual serpientes en mutación de la ídem, y aquí sí que dio en el clavo Floriano, en esa tertulia doméstica que el PP se inventó para aparentar cercanía y campechanía hacia la ciudadanía, en un montaje patético que dejó al descubierto retratada la verdadera caradura y el desparpajo que se gastan nuestros mandamases, tomando por el pito del sereno al ciudadano con tal de arrimar el ascua a su sardina o el agua a su molino. En dicho vídeo se representa lo que  más pareciera la reunión de unos desocupados que matan moscas con el rabo. Sólo había que mirar las caras de la Sra. de Cospedal, de Javier Arenas, de González Pons y no digamos la del Presidente del Gobierno, mientras Floriano se devanaba los sesos con esa ya mítica frase de la “falta de piel”. Después vino el segundo vídeo, el del Presidente, llamando de puerta en puerta, dando las gracias por todo, sin que en ninguna le dieran asilo ni cobijo como le ocurriera al Mesías en trance de su nacimiento que no lo halló en posada alguna. Después, ya no hubo más, se suspendió la emisión de nuevas parodias ante el fracaso clamoroso del invento, tal como ocurre con los programas de TV que no superan las expectativas de un mínimo de share en su emisión y acaban a las primeras de cambio en el cubo de la basura. Claro, que en esto de destruir ya tiene experiencia el PP y no poca (recordemos la destrucción masiva de los discos duros de los ordenadores de Luis Bárcenas, así como la de las agendas de visitas en sus Sede).

Tras cuatro años incumpliendo sistemáticamente el programa electoral con el que el Partido se alzó al poder, con casi once millones de votantes que confiaron en sus siglas, con la subida de prácticamente todos los impuestos habidos, la creación de nuevos impuestos, y los por haber (que sólo Dios sabe cuáles serán), con los ajustes y recortes en sanidad, educación y justicia y en casi  todos los servicios básicos y sociales, con la cola del paro que parece que baja pero que acaba no bajando, con la deuda pública que sobrepasa el 100% del PIB, con todos estos incumplimientos, sin olvidar el de la reforma de la Ley Aído del Aborto, y tantos otros, al ideólogo de Génova, Sr. Arriola, no se le ha ocurrido otra escapatoria a la que acoger a sus neófitos alumnos que la de “no saber comunicar o comunicar mal los logros conseguidos”. No se dan cuenta de que siguen errando con este mantra, repetido hasta la extenuación por la tropa pepera, a una, como en Fuenteovejuna, al achacar la incomprensión y el hastío de la ciudadanía hacia todo lo que huele a PP, a esa falta o mala comunicación, porque, desde luego, y que me corrijan si me equivoco, cómo es posible explicar un incumplimiento como si se hubiera cumplido, cómo es posible explicar una mentira como si fuera una verdad, o sea, quién es el guapo que es capaz de hacer ver al ciudadano que lo blanco es negro o viceversa. Haría falta un experto en juegos malabares o un hipnotizador y ni aún así. Por tanto, la causa no es la falta o mala comunicación, sino que lo que se quiere comunicar no es cierto y, a la vez, es más falso que una moneda de Judas. Y para mayor INRI se le encomienda tan ardua tarea, imposible de entrada,  a los más nefastos comunicadores del partido, léanse Floriano, Rafael Hermando o Pablo Casado, de los que basta una sola frase o, incluso, una sola palabra para que suba “el pescao” y los demás partidos suban en intención de voto, y si a ellos les sumamos el finiquito en diferido de la simulación de contrato de María Dolores de Cospedal y la aparición en plasma del Presidente del Gobierno o sus salidas por la puerta de servicio para evitar preguntas con punta de los periodistas, es ya para salir corriendo, o apaga y vámonos. Y es que, como ellos mismos predican, una mentira repetida muchas veces no se convierte en una verdad.

En realidad, es que no hay nada que comunicar, y si, apurando, hemos de reconocer una cierta recuperación, ésta lo es de la macroeconomía (o sea,  la banca rescatada con 60.000 millones de euros, las multinacionales, cuyo negocio beneficioso lo obtienen en el extranjero, y los políticos que no dejan de cobrar su sueldo aunque España se incendiara como se incendió Roma por la veleidad de Nerón),  pero ¿a qué precio?: a costa de arruinar y sumir en la pobreza y en la miseria al 80% de la ciudadanía. ¿Cómo vender esto como un éxito?. He ahí el nuevo teorema de Pitágoras, la nueva ley de la gravedad de los cuerpos de Arquímedes, la ley de la gravitación universal  de Newton.

El cielo está emborregado, ¿quién lo desemborregará? El desemborregador que lo desemborregue, buen desemborregador será.

Quizás, por este camino...Desde luego, tienen faena por delante.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

8 de abril de 2015

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