Y en esta línea, de arremeter contra todo lo que se mueve, sin entrar a analizar el fondo, las causas y los fundamentos que mueven el devenir de una sociedad, la inglesa, del por qué han adoptado esa postura de romper las cadenas que le vinculaban “per omnia saecula saecularum” a la hidra de veintiocho cabezas, a ese totum revolutum en que ha derivado el proyecto europeista, con esos veintiocho países miembros, cada uno de su padre y de su madre, y queriendo maridar a todos mediante una cama redonda, en símil sexual, originando una bomba de relojería que, en cualquier momento, debía explotar, como a punto estuvo de hacerlo con Grecia y su Grexit, que ya dispararon todas las alarmas en la Unión, la cual se avino a no soltar, pese a todo, el lastre Griego, para no abrir la Caja de Pandora y que aquella salida de los helenos derivara en un movimiento contagioso para otros países y aunque, al final, el líder Griego Tsipras se la tuvo que envainar, su Ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, sacó de quicio a la Comisión Europea, poniéndola al borde de un ataque de nervios; pues bien, en esta línea, habría que incardinar la opinión del escritor y periodista, Jhon Carlin, que se precia de demócrata de pro, y brama proponiendo la realización de otro referéndum en el que se prive del derecho al voto a los mayores de 55 años, por considerar que los jóvenes votaron a favor de continuar en la UE y los mayores, al contrario, de salirse de la misma. Lo que me plantea la cuestión e interrogante de si es que la votación en este referéndum lo fue a voto descubierto o si es que había alguien encargado en cada mesa electoral de abrir la papeleta antes de ser introducida en la urna, para poder llegar a tal conclusión, pues los muestreos a pie de urna adolecen del carácter de “ex cáthedra” que adorna la doctrina que en materia de fe determina el Sumo Pontífice y como si los encuestados no pudieran falsear sus declaraciones respecto al sentido del voto emitido.
Todo ello con ciertos movimientos dirigidos al arrepentimiento de los Británicos, proponiendo otro referéndum, incluso, con exigencia de una mayoría cualificada para arramblar con lo que han sentenciado las urnas del referéndum del 23 de Junio, y como si pudiésemos estar dando vueltas como las que da un borrico alrededor de la noria, o como se las da a una tortilla, o sacando cartas sine die, hasta que salga el número que uno lleve en la lotería, hasta que lo que salga, satisfaga plenamente el deseo y voluntad de cada cual.
En realidad, los ataques al éxito del Brexit, vienen a decir muy poco de quienes se proclaman demócratas de pro y de toda la vida, como el citado Jhon Carlin, que no admiten la discrepancia respecto de sus postulados, lo que, directa y contundentemente, nos llevaría a la deriva hacia una dictadura de pensamiento único. Me imagino que, con el tiempo esta sesuda casta pensante social vaya asumiendo y digiriendo que en democracia juegan todos los equipos y que los resultados salidos de la voluntad popular a través de las urnas no podemos modificarlos ni ignorarlos, simplemente, porque a uno no les guste. Y es que hasta tal punto sube el nivel de la bilirrubina de los que fueran partidarios del “Remain”, que el propio Jhon Carlin, en artículo publicado en el Diario “El País” el pasado 27 de Junio arremete contra el éxito del Brexit, que parece haberle producido los efectos propios de una patada en salvas sean las partes nobles de un varón, concluyendo con un dicterio tal que “la lección de este disparate es que hay que estar alerta ante el populismo barato”, llevando su razonamiento a un silogismo en el que la conclusión es que “si el mundo no aprende, quizá haya que replantearse la democracia” ¡Ahí es ná! Democracia, una verdadera lección de democracia es la que nos acaban de dar los Británicos, nos guste o no el resultado del referéndum. Porque lo que de verdad atenta contra la democracia es concluir que lo que no nos parece, a nuestro juicio, adecuado y correcto, proceda de los populismos y nacionalismos, como si un País, con un verdadero carnet democrático hubiera de huir y dejar de lado la oposición y opinión de sus ciudadanos y que éstos no pudieran reivindicar su orgullo nacionalista, a fin de seguir siendo quienes han sido a lo largo de los siglos pasados y continúan queriendo seguir siendo igualmente a lo largo de los siglos futuros, renunciando a su identidad y siendo obligados a formar parte de una masa humana de carne con ojos, sin identidad, sin pensamiento, sin voluntad y sin peculiaridad propios, es decir, todos englobados como se engloba la arena y el cemento en una hormigonera para que salga una masa uniforme en la que ya no es posible determinar e individualizar los materiales mezclados.
Y, además, en la balanza a favor del Brexit, pesa como una losa la corrupción que corroe a la comisión europea y demás altos cargos de la UE, que arriman el ascua a su sardina en todo cuanto puedan sacar tajada, provecho y beneficio para sus respectivos países. Basta recordar al Presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker que, siendo Primer Ministro de Luxemburgo, se las arreglaba subrepticia, sibilina y ladinamente, abandonando ese código ético que tanto proclama y exige la Comisión a los demás, para domiciliar en su país, cuantas sociedades europeas hubiera lugar, allanándoles el terreno vía fiscal, compitiendo deslealmente con los demás países miembros de la Unión. Y, si no, la reciente noticia de que el Ex Presidente de la Comisión Europea, el portugués Durao Barroso, derribando todos los límites de la ética, haya sido nombrado para presidir el gigante financiero “Goldman Sachs”, mientras ha estado percibiendo desde su retirada de la Presidencia de la comisión, durante año y medio, un subsidio de 18.000 euros mensuales, que quizás no sabemos si lo compatibilizará con el nuevo cargo. Esta debe ser la democracia y el valor de la ética a que, quizás, se refieran todas estas voces que han puesto el grito en el cielo ante el Brexit, abanderando la indecencia y arrumbando todo principio de ética y moral que esos personajes públicos debieran respetar y acatar como el primer mandamiento a observar.
Y lo que no es de recibo, es que quienes planificaron el proyecto del referéndum que ha acabado en el Brexit, dígase David Cameron, salga corriendo y no tenga la valentía de dirigir la nave británica en el trance de romper el cordón umbilical que, artificial y artificiosamente, unió a Inglaterra a la UE. Y una vez más, una mujer es la que ha tenido que salir a la palestra y dar un paso al frente para pilotar el tránsito de esa nave hasta la separación efectiva y oficial del Reino Unido, tal cual Theresa May, que ya ha sido bautizada como “la Dama de Hierro para el Brexit”, dando un verdadero ejemplo de valentía y responsabilidad para enfrentarse a la indolente Comisión Europea.
Y, por si fuera poco, ya se ha empezado a caldear el ambiente en otros países como Francia capitaneada por Marie Le Pen, y sobre todo el país de los tulipanes, Holanda, en el que la posibilidad de un “Nexit” toma cuerpo, exigiendo un 54% de ciudadanos un referéndum como el de Inglaterra y ya hay un 48% que estaría dispuesto a abandonar el Club. Y no parará ahí la cosa. Por lo que bien pudiera decirse que ha comenzado la cuenta atrás y que la UE, en la forma en que está planteada actualmente, empieza a tener los días contados, poniendo en evidencia a esas voces melifluas, temerosas y absurdas, entre ellas la de nuestro Presidente en funciones Mariano Rajoy Brey, que repiten como zombis un huero vacío e insustancial mantra de “más Europa”.
Y no quiero dejar sin plantear, al menos, la siguiente interrogante ¿quién mató a Jo Cox?. Porque no deja de ser preocupante el hecho de que esta joven Diputada Laborista defensora a ultranza de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, fuera la víctima mortal de un atentado aislado y sin justificación alguna, llevado a cabo por un trastornado, lo que hizo variar ostensiblemente la intención de voto a favor de los partidarios de permanecer en la Unión, cuando la intención contraria daba ganador al Brexit, por mucho mayor porcentaje del que ha resultado finalmente. Como en cualquier hecho de esta naturaleza no debiera descartarse ninguna vía de investigación, pues todos sabemos porque la historia así nos la ha enseñado y se repite tozudamente, que una inmensa mayoría de crímenes se disfrazan bajo “razones de Estado”. Desde luego, el sacrificio de la citada Diputada de poco ha valido a quienes postulaban una victoria amplía del “Remain”.
Y sin dejar de lado, las consecuencias que el fallido golpe de Estado militar en Turquía, desemboquen sobre la propia Unión Europea, teniendo en cuenta que dicho país había venido a ser el flotador salvador de la inmigración siria fundamentalmente, sacándoles las castañas del fuego a los países miembros, que ya claman al cielo ante la posible reinstauración de la condena a pena de muerte que el parlamento turco, por invectiva del propio Presidente Recep Tayyip Erdogan (el aliado fiel del Sr. Rodríguez Zapatero en la entelequia “Alianza de Civilizaciones”), que puede resultar ser una bomba de relojería.
MIGUEL ÁNGEL VICENTE MARTÍNEZ
20 DE JULIO 2016