Decir que Javier Cuenca no cumple con las expectativas que se tenían sobre él en cuanto a su gestión como alcalde de la ciudad supone, de entrada, otorgarle tales esperanzas y permítanme recordar que, tras su paso por la delegación de la Junta de Comunidades en la Provincia de Albacete, entre 2011 y 2015, limitándose a ejecutar sin más los recortes de su presidenta Cospedal, ya éramos muchos en esta ciudad los que no teníamos puesta ninguna esperanza en él como líder municipal.
Y es que, quien siga de cerca la política municipal, se habrá dado cuenta ya a estas alturas que el alcalde, lejos de ser quien lleva las riendas de la ciudad y ejecutar, con mayor o menor acierto, proyectos para mejorar el futuro de sus gentes, se ha convertido en un mero espectador acomodado de lo que ocurre en la ciudad. Sin proyecto. Sin iniciativa.
Vamos a los hechos.
Usaré como ejemplo un asunto de estar por casa. Como sabe cualquier persona que se haya acercado al Ayuntamiento desde finales del mes de marzo, sufrimos un colapso en las oficinas de Registro y Estadística, que se encuentran situadas a la izquierda del hall del Ayuntamiento. Tal colapso, que provoca largas colas de gente haciendo espera en la entrada principal al Consistorio, tuvo su origen en la unificación de los servicios de Registro y Estadística en una sola dependencia.
Ya han transcurrido seis meses desde que se provocó esta situación, incómoda para vecinos y personal municipal. También ha sido motivo de alguna rueda de prensa del Grupo Socialista instando a su solución, así como de queja constante de los representantes sindicales y la ciudadanía. Pero no ha merecido ni un solo minuto en la mente del alcalde. A las pruebas me remito, 180 días sin hacer absolutamente nada para ponerle remedio.
Y yo me pregunto ¿Tan difícil es aplicar el sentido común y reubicar con carácter de urgencia alguno de estos servicios?, ¿Cuántos meses más han de transcurrir para dar una solución a un hecho tan concreto y, con permiso de las personas afectadas, tan nimio?
Empleo este hecho como ejemplo de la situación que vivimos en el Ayuntamiento: Tenemos un Alcalde que a la hora de resolver problemas se atasca, se colapsa. Se colapsa tanto como la entrada del Ayuntamiento cada mañana.
Una ciudad precisa planificación, antelación para prever las dificultades y necesidades futuras y, obviamente, capacidad de reacción para buscar solución a los problemas sobrevenidos. Necesita de un Equipo de Gobierno que proyecte el futuro, que sepa por donde quiere dirigir su acción, más allá del día a día. Y Albacete no lo tiene.
Y ojo con confundir la iniciativa con la imposición, un alcalde debe ser capaz de ilusionar a la oposición y a la ciudadanía con proyectos de futuro, como lo hicieron los alcaldes y alcaldesas de esta ciudad desde los inicios de la democracia.
Por el contrario, nos tenemos que conformar con un alcalde acomodado. Un espectador privilegiado de lo que en la ciudad ocurre, sin que nada de ello lleve ni su impronta ni su sello.
Volviendo al terreno de los hechos y los ejemplos clarificadores. Hablemos de la peatonalización del centro de la ciudad, uno de esos proyectos que marca la vida y el futuro de una ciudad. ¿Qué piensa nuestro alcalde sobre una modificación de la ciudad de esta naturaleza?
A la vista de sus posiciones sobre el asunto: Ni sí, ni no, ni todo lo contrario. ¡Que decidan ellos!, interpretando con cierta libertad la lapidaria expresión de Miguel de Unamuno.
En definitiva, tenemos un Gobierno municipal que ha demostrado su incapacidad para impulsar grandes proyectos y se ha mostrado inoperante ante los pequeños problemas de la ciudad.
Sufrimos un colapso similar al de aquellos, ahora obsoletos, sistemas operativos de los ordenadores de finales de los noventa. A este respecto y si ustedes así lo quieren, aquí estamos los socialistas para pulsar la vieja fórmula del CTRL + ALT + SUPR y reiniciar esta ciudad.
¿Pulsamos?
Manu Martínez. (@Manu_Mtnez)
PSOE Albacete
Si (
No(
