Han indicado que, en 2016, en las dependencias de la Comisaría Provincial de Guadalajara "no se realizaron los oportunos controles por parte de la empresa de mantenimiento de las instalaciones", cuya ejecución debe realizarse de forma obligatoria y anual.
La Unión Federal de Policía ha informado de que en enero de 2017 se realizó la revisión, se recogieron muestras y se certificó que daban "positivo en legionela".
"Demasiado tarde, una funcionaria destinada en la brigada de extranjería de las citadas dependencias tiene diagnosticada dicha enfermedad", ha lamentado la organización sindical.
Ha añadido que "los protocolos y las prisas aparecen cuándo no existe remedio" y el 14 de marzo se realizó "una nueva limpieza para evitar la propagación de la enfermedad, de origen ambiental, cuyas medidas preventivas se basan en el diseño y en el mantenimiento adecuado de las instalaciones que utilizan agua".