¿Cuántas veces vamos a la zona de la costa y escuchamos eso de que es mejor comprar el agua embotellada antes que tirar de largo de la del grifo por su mala calidad? Seguro que no es la primera vez que cualquiera se topa con esta afirmación.
Sin embargo, para las casas de alquiler y segundas residencias, se han ido imponiendo progresivamente las jarras purificadoras de agua que sirven para mejorar la calidad de este líquido gracias a sus filtros.
Son muchas las marcas que están en el mercado: Brita, Alkanatur, Jata o Tefal llenan los estantes de los grandes almacenes hablando de las bondades del agua purificada, pero, ¿es de verdad tal el cambio?
Han sido muchos los estudios que han puesto a prueba este tipo de productos y no todos se ponen de acuerdo.
Qué opina la OCU de las jarras purificadoras
Según un estudio que fue lanzado por la OCU años atrás, lo cierto es que la calidad del agua, no mejoraba sino que incluso, dependiendo de la jarra, la llegaba a empeorar.
Durante su estudio analizaron cómo afectaban los filtros, por ejemplo, a elementos como el arsénico u otros metales como el aluminio o el níquel. Los resultados fueron demoledores para las jarras que estudiaron ya que ninguna conseguía eliminar del todo éstos. En todo caso, si conseguía que disminuyesen algunos de los parámetros, no cubrían el amplio espectro que se les presuponía.
Esto hizo que, pese a todo, la sociedad dejara de pensar que eran una opción a tener en cuenta frente al agua embotellada, pero hablamos de hace cinco años y, desde entonces, hay marcas que han seguido mejorando su producto e innovando en sus filtros.
No es raro ver cómo marcas destacadas como Brita o incluso las marcas blancas de ciertos centros comerciales como Auchan luchan por hacerse con una cuota de mercado de esa población que de verdad está preocupada por la alimentación y por las bebidas que ingiere la familia a lo largo del día.
Un nuevo frente a combatir: los radicales libres
De hecho, esa gente que está continuamente investigando cómo mejorar su salud teniendo en cuenta la alimentación que seleccionan para sus menús, han ido viendo año tras año cómo los nuevos estudios ponían en relieve que uno de los grandes daños de una sociedad que apenas come comida fresca es el deterioro celular.
Las células, que son las encargadas de proteger nuestros órganos, han ido perdiendo calidad por culpa de los muchos radicales libres, causantes también de la gravedad de ciertas enfermedades relacionadas, precisamente, con la calidad celular. La falta de productos frescos y de la huerta, la comida procesada y las grasas saturadas han sido los grandes males para el organismo, entre otros.
La Universidad de Vigo, Alkanatur y el agua alcalina
En este sentido, la Universidad de Vigo, junto con la empresa Alkanatur, lanzaron el año pasado un estudio que relacionaba la calidad del agua con la sintomatología de la Diabetes tipo 1.
El Estudio de Efectos Saludables de ingesta de Agua Alcalina puso a prueba durante dos meses la efectividad del agua de la Jarra Alkanatur Drops en comparación con el agua de la red pública en ratas diabéticas, analizado diversos parámetros en sangre y en distintos tejidos para ver si podría existir mejoría gracias al agua alcalina que resultaba del filtrado.
La sorpresa llegó cuando, tras el tiempo de estudio y tal como explicaron los expertos de la Universidad, los ejemplares tratados con este tipo de agua alcalina presentaban un descenso de los triglicéridos de la sangre así como de la catalasa del páncreas, lo que reduce el estrés oxidativo y por lo tanto también la destrucción celular consecuencia de los radicales libres.
El agua alcalina, de esta forma, queda demostrado que es una de las principales ayudantes para las células ya que llega a todas. A través de un agua ionizada como la de la Jarra Alkanatur, los órganos son capaces de procesar éstos compuestos que tienen un componente ácido. Eso es una gran ayuda para combatir la acidez y, por tanto, la degeneración celular.