Desde la temporada 2002-2003, con el retorno a la Primera División, en Albacete y concretamente en el Albacete Balompié no se había vivido ningún momento digno de festejar por todo lo alto, todo lo contrario, en el 2005 se descendería otra vez de Primera a Segunda División y en el 2011 a Segunda División B, incluso hasta hace unos cuantos meses se hablaba de la disolución de la Sociedad Anónima Deportiva Albacete Balompié. Por dicho motivo, por las muchas frustraciones, por los muchos desencantos, tanto deportivos como burocráticos e institucionales, la gente, los aficionados y menos aficionados, jóvenes y no tan jóvenes, llenaron el Carlos Belmonte en el partido de vuelta ante el Sestao el pasado domingo 25 de mayo, y tomaron las calles del centro de la capital al día siguiente para seguir estando cerca de los jugadores blancos y seguir la fiesta.
Tal vez ahora mismo, muchos de esos aficionados han olvidado los sinsabores de meses atrás, tres temporadas en el pozo de la Segunda División B, tres temporadas no obstantes clasificados para jugar los play-off de ascenso pero no se ascendía, y tuvo que ser a la tercera, como dice el refrán, para volver a la División de Plata, una categoría muy superior y en la que con más o menos apreturas, debe ser el sitio natural de un Albacete Balompié, que nunca, jamás debió haber descendido.
Segundas partes no son buenas, y eso debió haber tenido en cuenta Rafael Candel para no haber vuelto a un club, que como el resto, había evolucionado, se había adaptado a las nuevas formas de fichar, de renovar, de gestionar, pero ese afán de querer volver a toda costa a la Primera División, se volvería en contra, y con un club mucho más hipotecado de lo que ya estaba, tocó fondo y cayó al pozo de la Segunda B, se entraba en un terreno peligroso, comenzarían los problemas, y la vuelta a una categoría, casi olvidada.
A partir de ahí, nadie quiso ser presidente, y algunos de los que estuvieron unos instantes, mejor que no lo hubieran hecho, otros lo intentaron y por suerte, no accedieron al sillón presidencial. Entre tanto, y gracias a la familia Iniesta, sobre todo a Andrés Iniesta, el club pudo tomar aire y sacar la cabeza en lo económico, una inyección de dinero que hizo posible el poder mitigar la agonía económica, y ahora, con José Miguel Garrido en la presidencia, parece que los temas no deportivos, están un poco al margen, aunque no obstante no habrá que despistarse mucho, porque de momento, y al cien por cien, no sabemos el objetivo que trajo al señor Garrido a nuestra ciudad para hacerse con una entidad arruinada y en Segunda División B, veremos a partir de ahora que ocurre, ya que entrará bastante más dinero a las arcas, publicidad, quinielas, televisión, taquillas y abonos, entre otras partidas, y ya se sabe, cuando hay dinero de por medio…
Ahora se empezará a hablar de quién o quienes llegarán al primer equipo, quién causará baja, los primeros rivales en una categoría mucho más exigente y de mucha más calidad, en definitiva, que de nuevo oiremos hablar de fútbol, y de nombres que serán mucho más conocidos de los que hasta ahora habíamos oído, en definitiva que la ciudad recobrará el pulso de un deporte, que nunca debió haber pasado tres temporadas en el pozo del fútbol nacional.
Ojala y a todos los que más o menos seguimos al ALBA, no se nos olviden esas tres temporadas, ojala y haya servido este destierro momentáneo, otros equipos se pasan años y años y no consiguen salir de él, para no cometer los errores que llevaron a esa entidad a pasar por momentos difíciles, y ojala sirva también para hacer recapacitar a los que no fueron, pudiendo, capaces de intentar como mínimo, ayudar a una entidad que debe estar por encima de personas y de intereses personales.
Por este motivo, y como dice también el refranero, “no hay mal que por bien no venga”, vamos todos a apoyar al equipo de nuestra ciudad, y referencia regional, vamos a apoyar al ALBA.
¡¡Aupa EL ALBA¡¡
Vicente López