Según ha informado hoy en una nota de prensa la Guardia Civil, la mercancía fue aprehendida en una nave logística y en principio se estima que forma parte de una colección privada de trofeos de caza, que fueron adquiridos en cacerías en países africanos, principalmente.
Asimismo, ha indicado que la operación ha sido desarrollada por agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) que hallaron los ejemplares naturalizados embalados en cajas, en una inspección en la que estuvieron acompañados por un inspector de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Los agentes comprobaron que los ejemplares naturalizados no estaban acompañados de la preceptiva documentación, por lo que procedieron a su aprehensión y ha trasladarlos a los destinos determinados legalmente.
La Guardia Civil ha señalado que estas conductas pueden estar recogidas en la Ley de Represión del Contrabando, que establece penas de 6 meses a 5 años de cárcel, con arreglo al valor de la mercancía, y una multa de hasta 350 por ciento del valor comercial de la especie.
También ha apuntado que Interpol estima que el delito contra el medio ambiente es uno de los que mayor crecimiento está experimentando en el ámbito internacional, principalmente debido al amplio beneficio económico que obtienen las redes criminales especializadas que operan en este ámbito.
Según informes de Naciones Unidas y de la propia Interpol los delitos medioambientales se sitúan como el cuarto negocio ilegal más lucrativo a nivel mundial tras el tráfico de drogas, la falsificación de productos y el tráfico de personas, ha señalado la Guardia Civil, que ha añadido que además de la CITES en esta operación ha colaborado también la Agencia Tributaria.