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Consejos para cuidar la alimentación un poco mejor durante las fiestas
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Consejos para cuidar la alimentación un poco mejor durante las fiestas

jueves 13 de diciembre de 2018, 16:15h
Con la llegada de las fiestas llegan también los excesos en las celebraciones.

En apenas dos semanas se concentran numerosas comidas, cenas y fiestas en las que es habitual dejar la mesura aparcada. Desde albaceteabierto.es queremos adelantarnos a las consecuencias de los excesos con unas sugerencias que nos permitirán disfrutar de forma más saludable de estas fechas, pero sin renunciar al espíritu navideño

Se acercan las fiestas navideñas, y con ellas llega un sinfín de reuniones que suelen traer consigo ciertos excesos gastronómicos. En la cultura española, comida y bebida forman parte inseparable de la celebración. El marisco, el cordero, el bacalao… cada región cuenta con sus propios platos para homenajear la tradición. La contrapartida llega cuando, una vez acabados los festejos, somos conscientes de que todas las opíparas comidas de las que hemos disfrutado pueden pasar factura a nuestra salud. Para no tener que arrepentirnos, y para empezar el año con renovado dinamismo, hemos reunido una serie de consejos que pueden ayudar a disfrutar de forma más plena de estas fiestas.

Lo primero, aprovechar el tiempo libre para cocinar en casa. Aunque la opción de salir a comer fuera resulte tentadora, en exceso puede ser contraproducente: cuando comemos fuera tendemos a consumir mayor cantidad de comida, más calórica y con más grasas y azúcares. Organizar un menú más ligero, con mayor presencia de legumbres y verduras, para los días en los que podamos permitirnos preparar la comida en casa ofrecerá un mayor equilibrio frente a los excesos de las fechas señaladas.

Llegado el momento de las grandes celebraciones, resulta también conveniente ajustar las cantidades para, en la medida de lo posible, evitar que sobre demasiada comida que pueda alterar nuestra dieta habitual durante los siguientes días. También es aconsejable reducir el peso de los entrantes y optar por opciones más saludables, como salsas de legumbres o vegetales crudos, para iniciar las comidas. Si además no queremos decir que no a ninguno de los platos del menú, basta con reducir el tamaño de las porciones y no repetir, uno de los grandes riesgos para excedernos de forma inconsciente en el consumo de grasas saturadas y azúcares. Para los más arriesgados, siempre se puede recurrir a opciones menos tradicionales, pero también menos pesadas.

Hay que dar tiempo a que nuestro sistema digestivo envíe el mensaje de saciedad. Este mecanismo no presenta los mismos tiempos para todos los individuos, pero está comúnmente aceptado que comer sin prisa y masticando bien, disfrutando del sabor y la textura de los alimentos, favorece la aparición de esa sensación. Si somos conscientes de que tenemos problemas para controlar nuestro apetito, resulta conveniente ponerse en contacto con un profesional cuanto antes; en este caso se aplican los dos primeros consejos que te dan cuando juegas al póker: no tener miedo a reconocer que tienes dudas y recurrir al apoyo de los que saben. A veces, nosotros mismos somos nuestros peores enemigos al retrasar nuestra visita al especialista por temor o por vergüenza, y nos dejamos aconsejar por familiares y amigos que, desde la mejor de las intenciones, no siempre aciertan en sus recomendaciones.

Seamos realistas: vamos a estar rodeados de aperitivos y dulces para picar, que nos tentarán incluso cuando no tengamos hambre. Resulta conveniente reducir los procesados y sustituirlos por opciones menos nocivas, como fruta, palitos de vegetales o frutos secos. Las salsas de yogur y el aguacate pueden ser una buena opción para picotear. Es desaconsejable saltarse comidas para compensar los excesos; en su lugar, mantener las tres comidas diarias e incluir una dieta blanda (plancha y hervidos) hará que nuestro aparato digestivo sufra menos. Frutas como la piña o la papaya, que también son ricas en vitaminas y bajas en calorías, y casi todas las infusiones poseen un efecto diurético que será de agradecer por aquellos que padezcan digestiones pesadas. Si además logramos reunir la fuerza de voluntad suficiente para dar un paseo a ritmo tranquilo, avanzaremos todavía más en nuestra búsqueda de unas fiestas más saludables. Aunque resulte tentador, el sofá no es nuestro aliado en este caso, y conviene evitar caer en el sedentarismo cuando nos encontramos fuera de nuestras rutinas laborales. Mejor descansar bien por la noche para mantenernos activos durante el día.

No conviene olvidarse tampoco del agua, sobre todo en unas fechas en las que tendemos a beber más y con más frecuencia. Reza una cita célebre sobre el líquido elemento, atribuida a Napoleón Bonaparte, que “El agua y el aire deben ser los principales productos de toda farmacia”. No solo resulta aconsejable huir de los excesos etílicos, sino también de las bebidas muy azucaradas. Además de ser excesivamente calóricas, harán trabajar más a nuestros riñones. Si no estamos habituados a beber agua y nos cuesta incluirla en nuestra rutina, pequeños trucos como incluir un vaso en cada una de las tres comidas principales pueden resultarnos útiles.

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