Las investigaciones comenzaron hace un mes, después de que los investigadores tuvieran conocimiento a raíz de diversas informaciones, de que en un edificio de la zona centro, próximo a un centro escolar, podría encontrarse algún cultivo ilegal de marihuana.
A medida que avanzaron las pesquisas, los agentes pudieron constatar la veracidad de estas informaciones, identificando tanto el inmueble como la vivienda en la que se estaría desarrollando esta actividad, ubicada en una planta baja y de la que emanaba un fuerte olor a marihuana.
La fase final de la operación culminó con la realización de un registro domiciliario, deteniéndose al presunto autor de los hechos y desmantelándose la plantación, incautándose los agentes de 300 plantas de cannabis sativa, que se encontraban repartidas en dos estancias diferentes, habilitadas específicamente para el cultivo.