Cuando, allá por el 29 de Enero del presente año, inicié el primer artículo bajo el título que encabeza el presente, pero con el número I, había una serie de decisiones y de actuaciones del autollamado Gobierno Progresista de España, que, a mi juicio, chocaban de lleno con la Ley, pura y dura, sin matices y sin subterfugios, desde la conformación de un Gobierno que, bajo ese epígrafe, de Progresista, en realidad, esconde la intención de hacer estallar por los aires lo que su día dio en llamarse “La Transición”, en ese intento de cortar con el régimen que durante cuarenta años impuso el Generalísimo de los Ejércitos, Don Francisco Franco Bahamonde, y lo que, eso sí, era la instauración de una “nueva normalidad”, cual era abocar al país al refrendo de una Constitución, la Española de 1.978, y el consiguiente establecimiento de un orden constitucional y democrático, constituyendo a España en un Estado de Derecho, con sus coletillas de Democrático y de Bienestar Social, lo que ya se considera comprendido dentro de aquél, pero que por añadir un algo más o darle más bombo y platillo, se suelen añadir esos epigramas, a modo de los apellidos de una persona física. Y ello, se consiguió, con una amplia altura de miras, poniéndose frente a frente las distintas sensibilidades del país, cediendo unos y otros, a fin de lograr un trasvase lo menos traumático posible, superando, en lo posible, esa ambivalencia de las dos Españas (cada una capaz de “helarte el corazón”, según sentenciara Antonio Machado) que marcó el devenir del país tras la fratricida Guerra Civil de 1.936/39. Pues bien, tras haber transitado otros cuarenta años por esa vía de la “nueva normalidad”, ahora, este Gobierno Progresista de España, basado en una amalgama de siglas partidistas, cada una de las cuales mira no por el bien común y el interés general de la Nación, sino por su propio ombligo y en esto es doctorado con tesis Sobresaliente Cum Laude, el Partido Nacionalista Vasco (PNV), que siempre que se ha necesitado su concurso por parte del Gobierno Central, fuera del PSOE, del PP, y ahora del bicéfalo PSOE-Podemos, o, más bien, el del Pseudo-Doctor-Sánchez, alias “Pinochón” (un Falcon para él y su señora y otro para su nariz) y Pablito Iglesias, alias “EL Jorobado de Notre Dame Español” y también, “El Chepas”, no ha hecho otra cosa que arrimar el ascua a su sardina y prestar su apoyo a cambio de conseguir más “independencia” (que ésta sí es de verdad y no la pretendida por ERC y Junts per Cat para Cataluña) para el territorio vasco que, a la chita callando y como quien no quiere la cosa, prácticamente ya se ha anexionado Navarra (recordemos las trágicas consecuencias que la anexión de territorios nacionales o intranacionales, tuvo para el devenir de la Segunda Guerra Mundial, y a las que con tanta arbitrariedad e ilegalidad era aficionado Adolf Hitler, en su fanática, temeraria y alocada carrera hacia la consecución del Imperio de los MIL AÑOS bajo el designio del Tercer Reich).
Por ello, hay que prestar toda la atención del mundo y no hacerse el despistado y mirar para otro lado, como si la cosa no fuera con todos y cada uno de los ciudadanos de este país, aún hoy, a duras penas, llamado España, modus operandi de gran parte de la ciudadanía, muy acostumbrada al borreguismo y a ser estabulada como el ganado ovino, porcino, bovino o caprino, entre otros, bajo ese apriorismo, que machacan y con el que pretenden justificar su actitud pasiva, y que es de la siguiente guisa: “Mientras a mí no me toquen”, sin darse cuenta de que, tarde o temprano, y más bien esto que aquello, llegará la hora de cada cual y entonces es cuando se solicitará la solidaridad que ahora, con una actitud injustificable, egoísta y, en cierto modo, paranoica, negamos a nuestros semejantes, y siempre, en actitud cobarde y traicionera, esperando que otros nos saquen las castañas del fuego, cuando, seguramente, ya será tarde, muy tarde, como dijera el poeta Pablo Neruda en su NUEVO SONETO A HELENA en su amoroso poema transmutado a lo que nos ocupa: “…Será tarde porque se fue mi adolescencia, tarde porque las flores una vez dan esencia y porque, aunque me llames, yo estaré tan lejano” Será entonces cuando no habrá marcha atrás y los derechos y las libertades por las que lucharon nuestros antepasados, dando muchos de ellos la vida por su consecución, habrán pasado al baúl de los recuerdos, serán extirpados del corazón del hombre y una nueva esclavitud, disfrazada de serlo por nuestro bien, al tratarnos como seres incapaces, necesitados de tutela o curatela, sin capacidad para pensar y decidir por uno mismo, aunque nos lo disfracen como la instauración del Paraíso Terrenal, o sea, del Paraíso en la Tierra, extenderá sus sombras sobre el Planeta, en el que imperará el totalitarismo de Sauron, que decidirá quién ha de vivir y quien no (y en ello están con el proyecto de ley de la eutanasia y la desprotección de los mayores de setenta años, que tienden a ser confinados en una especie de guetos o campos de concentración, tras haberlos exprimido durante toda su vida, y sin contemplar que quien así actúan, llegarán inexorablemente a esa edad, Dios mediante).
Pues, en realidad, hay que advertir, que la deriva que desde su configuración, ha tomado el Gobierno Progresista de España, no es otra que la de confluir en un régimen o sistema, hoy caduco y extirpado de todos los países civilizados del mundo, cual es el comunista-marxista-leninista-estalinista (porque ese Gobierno, aunque dentro de él asiente sus posaderas, el Partido Socialista Obrero Español, o sea, el PSOE, éste, o sea, de nuevo, el socialismo, ha sido engullido por las hordas de Pablito Iglesias y bien pudiéramos decir que, aunque bicéfalo, en este Gobierno hay una cabeza que, aunque físicamente, quedaría por debajo de la otra, se ha encaramado a la chepa de un Pseudo-Doctor-Sánchez, capaz de vender su alma al diablo o a su propio padre, con tal de seguir cagando en La Moncloa) y en el que se encuentra como pez en el agua Pablito Iglesias que, prácticamente, hace y deshace a su antojo y maneja como una marioneta de pim-pam-pum, a su socio, el Pseudo-Doctor.
Y, como sucede, a veces, las fuerzas de la naturaleza, como en un tsunami, un terremoto o una inundación, se alían para favorecer ciertos fines, en un orden normal y ordinario, impensables o, al menos, con trabas y obstáculos para avanzar, nos ha caído, como un castigo divino, la pandemia del Coronavirus, que le ha venido de perlas y como agua de mayo a este Gobierno Progresista de España, sobre todo, pese a haber afectado al orden mundial, para llevar a efecto sus planes, de lo contrario no se entienden muchas de las decisiones, vía decretos-leyes u órdenes o instrucciones ministeriales, que en modo alguno tenían ni tienen nada que ver con el hacer frente a la pandemia, como, por ejemplo, meter en el CNI al líder de Podemos, nombramiento de Directores Generales a granel y otros altos cargos, con cargo, valga la redundancia, a las arcas estatales, y otras tropelías, ante la estupefacción de la oposición, a la que se le ha tildado de golpista y de planear una insurrección, bastando al efecto, porque, quizás, y sin quizás, es lo que ronda por la cabeza de estos genares, que es precisamente eso, dando por bueno el refrán, del refranero Español, tan certero, como casi siempre, si no siempre, tan puñetero, de que “el ladrón cree que todos son de su condición” y no hay que ver nada más que las maneras despóticas y totalitarias con que se mueven los miembros del Gobierno, vía nacionalizaciones dejadas entrever por Pablito Iglesias o el rifirrafe a cuenta del cese del Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Madrid, el Coronel Diego Pérez de los Cobos, por negarse a cometer un delito al que le incitaron desde el Ministerio del Interior, a cuenta de la investigación que se llevaba a cabo por la Juez del Juzgado 51 de Madrid, Carmen Rodríguez-Medel, a la que acorralaron, como acorrala una jauría de perros a un jabalí en una cacería, tanto la Abogacía del Estado, como la Fiscalía del Estado, al servicio, no del Estado, como debiera ser, sino del Gobierno, y aún no sabemos si el archivo, aunque sea provisional, de la causa contra el Delegado del Gobierno de Madrid, José-Manuel Franco (¡qué mala pata este apellido!) por la autorización de la manifestación del 8-M, que devendrá en definitiva probablemente, y que ya parece increíble, que el fundamento del archivo sea porque el Delegado no tenía conocimiento expreso del peligro que se cernía sobre el país, cuando en todo el mundo, y cercana tenemos a Italia, estaba convencido de lo que se nos venía encima, y sirva como precedente la suspensión del Mobile World Congress, en Barcelona, que lo fue gracias a la visión de las más importantes empresas que iban a participar en el mismo, prefiriendo perder todo lo invertido para asistir al evento, a que acabaran contagiándose sus empleados y directivos, pareciendo mentira que este hecho lo ignorase el Delegado del Gobierno de Madrid, porque, en realidad, la posibilidad de un supercontagio, era un hecho conocido, incluso, por cualquier lerdo o ignorante: ¿no está dentro de las funciones de un Delegado del Gobierno recabar informes para fundamentar sus decisiones en aras de autorizar o no manifestaciones multitudinarias públicas?, porque de lo que se desprende del Auto de archivo de las Diligencias del Juzgado de la Jueza Carmen Rodríguez-Medel, nadie había puesto en su conocimiento el peligro que acechaba sobre la propagación del virus.
No me cansaré de repetir, la admonición de Edmond Burke: “Para que triunfe el mal, basta con que los hombres de bien no hagan nada”. En estas estamos.
MIGUEL-ÁNGEL VICENTE MARTINEZ
17 de Junio de 2.020