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Vivir del humo

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 29 de julio de 2020, 05:12h

Tras cuatro días de idas y venidas, de reuniones, dicen que hasta altas horas de la madrugada y sin apenas pegar ojo, en el Sancta Sanctorum de la UE, en Bruselas, se logró un acuerdo entre los 27, en relación con el Presupuesto Comunitario y lo que más esperaban los jerifaltes españoles sobre el plan para la reconstrucción de la economía tras la era del Covid-19, que, particularmente, en este país, aún hoy, a duras penas, llamado España, la teníamos hecha unos zorros y que no nos quieran dar gato por liebre, pues esa situación de bancarrota o quiebra no se debe exacta y solamente a la pandemia, sino que España ya venía cojeando y bailando con la más fea, ya que la deuda pública ya hace tiempo, incluso antes de la pandemia, que venía pidiendo árnica, sobrepasando el billón sobre el PIB, debido a la mala administración de nuestros Gobiernos, particularmente con el actual, autollamado Gobierno Progresista de España, que más que progresar va en retroceso a pasos agigantados, dando palos de ciego e inmerso en el despilfarro, el dispendio, la dilapidación y, porqué no decirlo, con la malversación de caudales públicos, quizás, basándose en la máxima que ha quedado para la historia de la Vicepresidenta Primera, ¡nada más y nada menos! de este Gobierno tan progre, Carmem Calva Poyata (en homenaje a sus desvelos por feminizar el Diccionario) y que fue de la siguiente guisa: “El dinero público no es de nadie”, o sea, una estocada hasta el corvejón, capaz de hacer rodar al toro sin puntilla, y que parece ser el axioma que impera en todo ese mundo o mundillo de la progresía rancia y barata, que en la vida ha dado un palo al agua y ahora se encuentran con la posesión entre sus manos de todas las llaves de la locomora de la Nación Española, que más temprano que tarde, acabarán dejando varada y sumida en la miseria, en la pobreza, la indigencia y la ruina, si no viene Dios y nos provee de un milagro de los de verdad.

Pues bien, tras esos desvelos llevados a cabo en la Comisión Europea, en la que nuestro eximio Presidente del Gobierno (y detrás de él el propio Gobierno entero), el Pseudo-Doctor-Sánchez, ya saben, un Falcon para él y su señora y otro para su nariz, tenía puestas todas sus esperanzas para lograr el salvavidas que, al menos, de momento, le permita seguir cagando en La Moncloa, que es, la postre, lo único que le interesa, y en un tris estuvo de no poder cerrarse ese acuerdo, que han celebrado el Gobierno y todos sus adláteres, corifeos, acólitos, paniaguados y mamandurrieros, como agua de mayo, dada la paupérrima situación en la que se halla la Caja Pública de Caudales Española, más seca que la mojama y en la que ni siquiera las arañas osan tender su tela, pues no caería ningún insecto en la misma y han tenido que emigrar hacia otros lares con mejores vientos y perspectivas de futuro. Y es que, en este envite se jugaba el todo por el todo nuestro mandamás que, en realidad, parecía un barco a la deriva en las reuniones maratonianas europeas, siempre en segundo plano, como lo que es, un actor de segunda y gracias, aunque él se crea el árbitro de la elegancia, que si se viera en el espejo le daría qué pensar, pues qué es eso de andar en las reuniones de este alto empaque con las dos manos en los bolsillos, o con la mascarilla sólo Dios sabe dónde, pero no en donde debiera estar, que es embozando al Presidente, o esa amanerada manera de andar, más propia de un matón de barrio bajo, tipo chulo de esos chiringuitos cuyo nombre omito, por estar en la mente de todos, fallando a estos efectos toda la estrategia teatral, quizás impuesta por Iván Redondo, el “hado” de la varita mágica, sin cuya aquiescencia no se mueve un pelo. La imagen que, a la postre, parecía querer dar nuestro Presidente, quizás fuera la de un vedette en el concurso de Eurovisión, por creerse el más guapo del universo y pensar que, por ello, todos, incluidos los mandamases europeos, debían caer rendidos a sus pies.

Y de traca, fue la escenografía puesta en escena, valga la redundancia, tras su llegada a La Moncloa, el martes siguiente a la resaca europea, siendo aclamado, como aclamaban en Roma a las Legiones que volvían victoriosas, por todo su Gobierno en Pleno, sin faltar uno, por lo que podría tener de consecuencias nefastas para el ausente, aplaudiendo y vitoreando, al Jefe, faltando poco para sacarlo a hombros, como salen los toreros tras una faena esplendorosa, tras cortar los apéndices del morlaco (dos orejas, como mínimo, incluido, si cabe, el rabo), hablando en términos taurómacos, y si preferimos hacerlo en términos futboleros, mantearlo, como mantearon los futbolistas del Real Madrid, a su entrenador Zinedine Zidane, tras lograr el quipo madridista su trigésimo cuarta liga, que esto del manteo habría que revisarlo, pues el manteado se expone a un peligro para su físico de consecuencias incalculables. Y no contentos con este paripé, la historia se repitió al día siguiente en el Congreso de los Diputados, al hacer presente su presencia, valga otra vez la redundancia, en el hemiciclo, solo que esta vez, a los aplausos del Gobierno se unieron los de los Diputados del PSOE y Podemos, presentes en la sesión. En realidad, lo logrado en Bruselas dista mucho de ser un éxito, dadas las pretensiones que acariciaba nuestro Primer Espada, y es que, a fuer de ser sinceros, no parece nada noble ni notable ni excelso, que el Presidente del Gobierno de España, o del Estado que sea, vaya a pedir limosna como un pordiosero cualquiera, sobre todo porque ello pone de manifiesto el manirrotismo de quienes tienen a su cargo la guarda y custodia de la Caja Pública de Caudales y, además, con la agravante de exigir a los países laboriosos, como la hormiga de la fábula, a saber, Países Bajos (otrora Holanda), Austria, Dinamarca, Suecia y Finlandia, que suelten la guita, gratis et amore y que, en su caso, la devuelva Rita la Cantaora. ¿Qué hubiera hecho España caso de darse el caso al revés, es decir, que ésta tuviera que hacerse cargo de la devolución de los préstamos que no se van a devolver? Seguramente, otro gallo hubiera cantado. Veremos a ver, otra vez valga la redundancia, si la vinculación de la dádiva a la realización de reformas (urge la de la elefantiásica Administración Pública, la de las Pensiones, la de abonar el terreno para que los empresarios y los autónomos puedan emprender de verdad y crear puestos de trabajo, etc, etc.), pudiera hacer descarrilar el maná que ha de caer sobre nuestras cabezas, pues teniendo, como tenemos, un Gobierno comunista-marxista-leninista-estalinista, cuyo régimen ya está desterrado y abolido en todos los países civilizados actuales, tratará de salirse por la tangente, al pensar éstos que en Europa se chupan el dedo y que son tontos del capirote, porque se acuestan a las nueve de la noche y se levantan a las seis de la mañana, para trabajar a fondo y con escaso o nulo absentismo laboral, mientras en España los chiringuitos andan abiertos hasta las dos o las tres de la madrugada o hasta que el cuerpo aguante, incluidos todos los días de la semana, y así ya me dirán el rendimiento que puede tener quien al día siguiente tenga que trabajar y cuál el de aquellos que queriendo descansar para rendir en su trabajo al día siguiente, no pueden pegar ojo debido al escándalo de establecimientos y trasnochadores. He ahí, a la cigarra de la fábula, así que cuando vienen mal dadas, ésta a pedir que la hormiga le saque las castañas del fuego y, además, exigiéndolo como si fuera obligación de la misma y un derecho del mendicante. Me parece que ya en Europa nos han calado hasta el tuétano y ya saben con quien se juegan los cuartos, de todo lo cual se ha librado la Gran Bretaña de Boris Jhonson, debido a su bye bye a la Unión Europea, más bien a su corte de mangas a un club en el que se juega con las cartas marcadas.

¡Ojalá que los hombres de negro entraran en España! Por el bien de España y de los Españoles, porque fiscalizarían todas las cuentas habidas y por haber y saldría a la luz toda la corrupción que ha impregnado a este país desde el advenimiento de la mal llamada democracia, empezando por la Casa Real (ahí tenemos los affaires del Emérito Rey, Don Juan-Carlos I, en el que al final le harán pagar el pato a Corinna) y pasando por todas las instituciones del país sin dejar fuera a ninguna. Mientras sigamos con este tiki taka, no levantaremos cabeza y seguiremos a la cola de todos los Organismos Europeos y Mundiales. Y no quiero ser pesimista.

MIGUEL-ÁNGEL VICENTE MARTINEZ

29 de Julio de 2020

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