Esa decisión supone que a partir de ahora serán notificadas de cuantas diligencias se acuerden dentro del procedimiento, además de que podrán proponer la práctica de aquellas que consideren oportunas en defensa de su derecho como parte perjudicada por los hechos.
Por otra parte, el juzgado ha acordado que se realice un estudio psiquiátrico de H.V., el parricida confeso, que se llevará a cabo por especialistas del Instituto de Medicina Legal de Murcia, para determinar si es responsable de sus actos o padece de alguna patología mental que pueda anular o disminuir sus capacidades volitivas o intelectivas.
Según la documentación incorporada a las actuaciones judiciales, H.V. había recibido tratamiento psicológico y psiquiátrico desde que era un niño y hasta el momento en que se produjo el crimen era tratado en un centro dedicado a la atención de personas con problemas de conducta o con dificultades de adaptación sociofamiliar.
Como declaró a los agentes, el presunto parricida esperó a que su padre sacase a pasear a su mascota, como hacía todos los días a primeras horas de la mañana, y le atacó en la entrada del edificio con un cuchillo y un triángulo de señalización de averías, con los que le produjo una treintena de heridas.
Además, también le propinó patadas y puñetazos en varias partes del cuerpo, según añadió en su declaración.
Tras la mortal agresión se dirigió hacia un pantano de la provincia de Albacete, al que solía acudir para relajarse, y después se entregó a la Guardia Civil de esa provincia, en concreto en Hellín.