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Arrimar el hombro

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 09 de septiembre de 2020, 13:04h

El Presidente del Gobierno de España, a la sazón, el Pseudo-Doctor Sánchez, (no me cansaré de repetirlo, aunque me tachen de reiterativo, alias Pinochón, un Falcon para él y su señora y otro para su nariz, aun cuando al paso que va, van a ser dos Falcons los necesarios para albergar y transportar sus napias, ya a la altura del Everest) anda dándole a la cabeza y preocupado (aquí sí, pues del éxito de la operación puede decirse que depende que pueda seguir sentando sus nalgas en el inodoro de La Moncloa y, por tanto, cagando en dicho Palacio) por ver la forma en que pueda conformar una mayoría, aunque sea por la mínima y, remedando el argot futbolero, de penalti y en el último minuto, que le propicie la aprobación de sus primeros Presupuestos del Estado, que, de momento, aún rigen los que se aprobaran durante la última legislatura en que gobernara el Partido Popular, siendo Ministro de Hacienda un tal Cristóbal Montoro, de infausto recuerdo por su sectarismo y su inquina contra todo aquél que fuera capaz de construir o edificar un negocio o una industria, al que había que atajar por todos los medios a fin de que no pudiera ganar un euro, aunque, eso sí, su Partido y sus jerifaltes con licencia para cometer mil trapisonderías, a través de enjuagues de toda índole. Pues bien, el Pseudo-Doctor luchará con todas sus fuerzas, legales, incluso ilegales si se tercia, a fin de conseguir su propósito, sin que se entienda su capacidad de resistencia ante unos Presupuestos, prorrogados ya dos veces y con tufo a PP, lo que le debería hacer vomitar cada dos por tres, pero tal es la fuerza de atracción, a la manera del imán, de la poltrona hacia las posaderas de sus señorías, que son capaces de tragar carros y carretas y lo que se tercie, a fin de asentar sus orondos antifonarios en la misma, sin encomendarse a ningún Santo ni a la Virgen María, ni a Jesucristo ni a la Santísima Trinidad, recordando aquel suceso que relataba la carga de un fraile que caminaba hacia la casa comunal con una furcia al hombro, y como le inquirieran acerca de ello, respondió, sin morderse la lengua ni ponerse colorado, “todo es bueno para el Convento”. Pues, como digo, en política (que la política ha dejado de ser tal y se ha convertido en la Casa de Tócame Roque o en un Patio de Porteras, en la que o en el que todos a una, como en Fuenteovejuna, cabalgan hacia la misma finalidad, la cual no es otra que llenarse bien la bolsa o los bolsillos, hasta la saciedad, a vivir como un marajá y darse mejores banquetes que los que se daba el rico Epulón, a cuya mesa comían los pobres hambrientos las migajas que caían de la misma a ras del suelo) todo vale y hoy por hoy prima un principio que ha sido ya subido a “dogma”: que la mentira vale para conseguir los fines propuestos, y ya se sabe, al pueblo que le den morcilla o por la retambufa y aun así que dé gracias a sus mandamases por dejarle respirar, aunque sea el aire contaminado de las grandes urbes, mas lo peor del cuento, es que ese pueblo, contrariamente a lo que debería ser su reacción, se encuentra y siente encantado de haberse conocido y lo da todo por bueno, adoptando una pasividad propia de un rebaño de corderos, o de una masa de carne con ojos, y a veces, sin éstos, abducidos por sus representantes políticos, y aunque acaben sumergidos en la pobreza, la miseria y el hambre, dándole pábulo al refrán que sentencia que “palos a gusto no duelen” y sin enterarse ni comprender que esa actitud de condescencia con las proclamas y dicterios de quienes les gobiernan, acabarán lastrando y dejando al desnudo a las generaciones venideras que serán incapaces, si siguen con la misma sumisión y sometimiento, de levantar el país y volver a instaurar un País, en el que el Estado de Derecho y Bienestar Social vuelva a ser predominante, a ser la invectiva para regir las relaciones sociales y la consecución del bien común y el velar por el interés público, mas al contrario, desde luego, se lo estamos poniendo muy difícil, si no imposible.

De esta manera no cabe la menor duda de ese empeño, de ese esfuerzo, por torcer voluntades, a fin de conseguir esos Presupuestos que consoliden a un Gobierno “fuera de la ley” en la gobernanza de España, y, a fuer de ser sinceros, que lo conseguirá, nuestro Presidente, ya que tiene a su favor el voto de toda la escoria parlamentaria, empezando por su propio socio de gobierno, Podemos, con Pablito Iglesias al frente, alias el “Jorobado de Notre Dame Español”, o “El Coletas”, o “El Chepas”, y ahora, recientemente, también “El Moñas”, el cual, por cierto, ha recibido un varapalo de muy padre y señor mío, por parte de la Audiencia Nacional, al haber dado carpetazo el Fiscal Jefe de la misma, a la denuncia impulsada por aquél, contra la difusión en redes sociales de las críticas a la gestión del Gobierno en relación con los primeros meses de la pandemia, dejando claro que tales hechos “no pueden ser perseguidos penalmente, porque están dentro del amplio margen de la libertad de expresión” y, además, continua, “la crítica es necesaria porque así se controla la acción del poder y se evitan las conductas totalitarias y carentes de respeto con los derechos de los ciudadanos”. Más claro, agua, pues le han dado en el centro de flotación. Y es que, duele cuando a uno le administran el mismo jarabe que aplica a los demás. Y, por ventura, aun hay togados que se visten por los pies y no se dejan contaminar por la chusma política, defendiendo los intereses de los ciudadanos en general. O sea, cuando quieras vuelve, Pablito, que aún está lejos tu pretensión de instaurar en este País, aún hoy, a duras penas, llamado España, un sistema político bolivariano, tipo de la Venezuela de Maduro, o la Bolivia, de Evo Morales, pasando a ostentar un poder absoluto, por encima de la ley y de los tribunales.

Volvamos a la búsqueda de esa mayoría, aunque mínima, que pretende el Pseudo-Doctor, y para hacer ver que mueve todos los hilos y que busca un entendimiento y quedar bien, incluso, con el principal partido de la oposición, en su ronda de contactos, ha llamado en primer lugar a Pablo Casado, Presidente del Partido Popular (aunque, en verdad, lleva tiempo antes de esta llamada, negociando con Inés Arrimadas, que parece abrirse de patas en cuanto la llama el Pseudo-Doctor, y traga todo lo que le echen encima, quizás queriendo aparentar una nueva “Juana de Arco”, a ver, si por esta vía, logra salvar los restos del naufragio de su Partido, Ciudadanos, y seguir ella misma colocada en buena posición de salida, por si el Pseudo-Doctor se acuerda de ella, en el futuro, cuando su Partido sea pasto de los tiburones), el cual, como un chiquillo con zapatos nuevos, entró al trapo, sin darse cuenta de que no se había contado con él, para nada, en los últimos seis meses, mas, haciendo de Don Crédulo, a la Moncloa que se dirigió, sin saber previamente qué es lo que quería el Pseudo-Doctor, amén de que le apoyara incondicionalmente la aprobación de los Presupuestos, pues previamente nada se sabe sobre el borrador de los mismos, por lo que buscaba, formalmente para que no le tacharan de talibán, la aquiescencia del crédulo, a ciegas (que, conociendo a Casado, bien podría haber dado sus frutos), por lo que la entrevista, en realidad se convirtió, una vez más, en una tomadura de pelo para el líder de la oposición, que una vez más, repito, fue por lana y salió trasquilado, y es que le falta a este hombre versatilidad y contundencia para adoptar una posición firme ante su oponente, y no convertido en un muñeco de pim, pam, pum, al que le tiran todas las pelotas del mundo, aun cuando, en su ingenuidad, crea que lo está haciendo bien y se considere imprescindible ante lo que se nos viene encima. Y ese carácter de pardillo, lo puso de manifiesto cuando propuso ante el nuevo Mesías, la constitución de una Agencia Nacional para la Recuperación, para controlar el reparto de las ayudas europeas contra la pandemia, ascendentes a 140.000 millones de euros, proponiendo (aparte de al exGobernador del Banco de España, Jaime Caruana, quizás con la boca pequeña), al exMinistro de Hacienda, en tiempos de Felipe González y de Rodríguez Zapatero, nada más y nada menos que a Pedro Solbes, un nefasto Ministro, que encabezó el camino a la ruina del País, tanto con González, como con Zapatero (recordemos su mano a mano con Manuel Pizarro, en la que negó por activa y por pasiva, la crisis económica que ya comenzaba a roer los pies de los españoles y que acabó arrasando el país, tal como si hubiera sido pasto ante la invasión de la marabunta y, que, además, con su vista de lince, casi deja al País sin reservas de oro, ya que vendió, a bajo precio, varias toneladas del preciado metal, por considerar que ya no eran necesarias tales reservas vinculadas al mismo, lo que llevó consigo la pérdida de cientos de millones de euros, a consecuencia de la revalorización del mismo y la nefasta reinversión de lo obtenido en papel mojado). O sea, un buen ojo para echar lluecas. Pues bien, antes de que cantara el gallo y de que el Sr. Casado le enviara papeles, para estudiarlos, al Presidente, éste ya había anunciado, que quien controlará ese pastel será el Gobierno de la Nación. En fin, a esto se le llama cornudo y apaleado.

Mas la esperanza del Pseudo-Doctor, ante los tiquismiquis de los independentistas de ERC, radica en mantener viva la llama de Inés Arrimadas, que solo por su apellido sí parece estar dispuesta a “Arrimar el hombro”, que, acaso, es a lo que aquél se refería entre renglones, ya que, Sor Inés, blanda como el merengue, se cree, ya lo hemos dicho, una nueva “Juana de Arco” y cree que va a evangelizar al Gobierno de España, con esa “chuminá” de negociar unas cuentas moderadas y exigir al Gobierno y al PP una “tregua política”. Lo ha dicho “Sor Inés de Arrimar el Hombro”.

Y finalmente, reseñar la invitación al discurso del Presidente (que ya que mueve las manos, más que habla, debiera aprender el modo de, a través de ellas, simultáneamente, dirigirse, a los sordos), a los banqueros y grandes empresarios del Ibex, que acudieron, en masa, como van los corderos al matadero, con la única misión de hacer de palmeros, y del que salieron (sin saber nada de lo que pretende hacer el gobierno) más contentos que unas pascuas, pues, aparte de pedir unidad, unidad y unidad, ninguna propuesta concreta se puso sobre la palestra, a lo que se le llama, simplemente asumir un papel de aduladores, pelotilleros, zalameros y “lameculos”.

MIGUEL-ÁNGEL VICENTE MARTINEZ

9 de Septiembre de 2.020

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