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Un cayuco llamado España

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 02 de diciembre de 2020, 07:14h

Es indiscutible que, desgraciadamente y a pesar de una gran parte de la población española, o, quizás no, este País, aún hoy, a duras penas, llamado España, se ha convertido en un grancayuco, a fuer de haber sido y seguir siendo torpeado, por tierra, mar y aire, por los perroflautas que ocupan las poltronas del Consejo de Ministros, conformando lo que eufemísticamente llaman Gobierno Progresista de España, que, como está quedando demostrado, más bien retrocede, que progresa, convirtiendo en su marca esa soflama, que ya da asco oírla y nos invita a vomitar la primera papilla, de que “nadie se quede atrás”, cuando, en realidad no es que nadie se quede atrás, sino que todos, salvo los beatíficos y meapilas, que se agolpan alrededor del gobierno, nos vamos quedando atrás, y si no que se mire, sin taparse los ojos, a esas “colas del hambre”, cada día más largas y más penosas, que se forman a las puertas de Cáritas, del Banco de Alimentos y de otras ONGs de verdad, no de esas que utilizan su emblema para sablear al ciudadano y obtener pingües beneficios, con el sudor, las lágrimas y la sangre de los ciudadanos, en una imagen patética, que nos retrotrae a los años de la posguerra civil española y nos coloca a la altura de esos países cuyos regímenes se sustentan sobre una república bananera, casi la inmensa mayoría de los mismos, de esa ultraizquierda, que tanto se pavonea de ayudar a los desfavorecidos, pero que sobre ese cuento, esquílman a la ciudadanía en general y sus prebostes mandamases viven opíparamente a cuerpo de rey, sin pegar un palo al agua y pisoteando cuantos derechos humanos sean necesarios y precisos para seguir subidos en la poltrona y aislados de la chusma que odian y que se la trae al pairo, arrojando, desde la mesa del banquete del Rico Epulón, de cuando en cuando, unas pocas migajas al suelo, para regodeo de esos mandamases que disfrutan viendo al pueblo cómo se arrastra a sus pies y cómo entre sus integrantes se pegan codazos, leches y puñetazos, para alcanzar esa migaja, pues si la consiguen hoy, no sabrán si la conseguirán mañana, pues, cierto es, que no haberlas no las hay para todos.

Y, por si faltara algo, para consumar este guisado, que es más bien un desaguisado, nuestros gerifaltes, ni cortos ni perezosos, se regodean en ampulosas declaraciones, como quizás, por poner un ejemplo, la última de la Ministra de Defensa, Margarita Robles (de la que dicen que es una de las pocas que valen dentro de este Gobierno de gaznápiros y maleantes, lo que no se conforma con la pertenencia al mismo, pues viendo lo que se está viendo, si tan valiosa es, como igualmente dicen de la Nadia Calviño, la pregunta es ociosa: ¿Por qué, coño, siguen formando parte del mismo y no han presentado su dimisión hace tiempo, viendo la deriva capciosa, malévola y delictiva que el mismo va tomando, aunque solo fuera por dignidad y vergüenza?), defendiendo los Presupuestos Generales del Estado, porque en ellos van las medidas necesarias para apoyar a los “más vulnerables”, este otro adjetivo, también súper utilizado por esta ralea de pendencieros y perversos miembros de la plana gobernante, cayéndoseles la baba de la boca al pronunciar lo relativo a la vulnerabilidad, sin darse cuenta de que son ellos mismos los que están promoviendo la misma, para usarla como trampantojo, de su línea de gobierno, a la manera como se utiliza la violencia de género para sacar tajada de las situaciones en que se hallan miles de mujeres desvalidas expuestas al maltrato que prestan esas instituciones, pretendidamente instauradas para prestarles apoyo y sobre todo protección, que se quedan en agua de borrajas, pero ya se sabe que de esto sacan partido muchos chupópteros a quienes no interesa bajo ningún concepto que esta pandemia finalice o, al menos, se minimice, y en este contexto, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, dispense 29´3 millones de euros, al Instituto de la Mujer para el año 2.021, lo cual supone mucho dinero, que debiera atajar de raíz este cáncer social. Por algo VOX no salió a hacer el canelo el pasado 25 de este mes y año, Día de la Violencia de Género, porque sospecha que algo no se está haciendo bien y que habrá que indagar a fondo todo el entramado instalado alrededor de esta lacra social, y adoptar medidas que converjan en su erradicación.

Pues bien, en ese camino insoslayable a convertir España (un país cuyos orígenes se remontan a más de 500 años, y del que, en tiempos de Felipe II, se llegó a decir, que no se ponía el sol), en un gigantesco cayuco, que según el Diccionario de Uso del Español, de María Moliner, consiste en un “Barco indio de una pieza, más pequeño que la canoa con el fondo plano y sin quilla, que se gobierna y mueve con el canalete (remo de pala ancha postiza)” y que, según el mismo Diccionario, “Se utiliza también frecuentemente para el transporte de inmigrantes ilegales africanos hasta las islas Canarias”. Como se ve, España, bajo la gobernanza de un conjunto de ineptos, indolentes, incapaces, iletrados, perversos y criminales, ha dejado, prácticamente ya, de ser un Transatlántico, un barco, por tanto, para albergar a toda la tripulación y pasaje, que no son otros que los ciudadanos españoles, con seguridad y bienestar, a convertirse en un cayuco deshilachado a la deriva, de esos que un día sí y otro también, nos manda Marruecos a las Islas Canarias, con el beneplácito y la aquiescencia, de nuestro Gobierno Progresista, superando ya a Venezuela, Bolivia o Cuba, cuyos regímenes son la pretensión de nuestros ignaros gobernantes, y con los que particularmente, el exPresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se encuentra identificado, sin que se sepa a ciencia cierta, qué tejemaneje se lleva entre manos, en sus asiduas visitas al régimen chavista de Nicolás Maduro.

Y, en ese afán de desmontar, o más bien, en palabras de los filoetarras de Bildu, “romper” España, en verdad que las previsiones se van cumpliendo, con otras iniciativas últimas, que ya empiezan a constituir la gota que colma el vaso, a saber, primera, la cesión a ERC de incluir en los Presupuestos Generales del Estado, una Mesa de Armonización Fiscal, con el único objetivo, de seguir poniendo cerco a la Comunidad de Madrid, fruto de la inquina contra la misma, por no haber conseguido, en buena lid, es decir, en las Elecciones Municipales y Autonómicas, el Poder en la Capital de España, que es la chinita que le sigue apretando en el braguero a los socialistas, a fin de acabar con el beneficioso régimen fiscal, por favorecer a los madrileños en su vida personal y familiar, favorecer la inversión y la creación de riqueza y empleo, pues no en vano, pese a la baja fiscalidad, dicha Comunidad es la que más aporta a la Caja Común de la Solidaridad Interterritorial, y no como Cataluña, gobernada por un Gobierno análogo al Nacional, manirroto y en guerra con sus ciudadanos a los que abrasa a impuestos y tasas, y ya sabemos que la envidia en este país es uno de los pecados capitales que ronda por sus fueros, y esa situación no puede aguantarla un imberbe Rufián (según el Diccionario de Uso del Español, “persona despreciable”), que parece más bien un personaje salido de un cómic cómico.

La segunda, ha sido la concesión al PNV del levantamiento del acuartelamiento militar de Lozoya, en San Sebastián, expulsando del mismo, en un tris tras, al Regimiento de Infantería “Tercio Viejo de Sicilia 67”, considerado esencial para el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en el Norte del País, y gozando de todo tipo de protección urbanística. Pero, claro, la pela es la pela, también en Euskadi, y levantar en sus terrenos la construcción de 2.000 viviendas, dejará un buen pico en los bolsillos de algunos que no quiero señalar. Y eso que la “valiosa” Ministra de Defensa, Margarita Robles, se opuso, dicen hasta el final, a dicha transacción, pero, como se ve, al final han pasado sobre ella, lo que debería conllevar su dimisión inmediata irrevocable, mas ya sabemos, lo dicho, la pela es la pela y algo le caerá, aun cuando, quizás, pueda seguir pegada al cargo si nos atenemos a ese atemperamiento políticamente correcto de ciertos cronistas y tertulianos, tal como José-María Carrascal que, en su columna del pasado 29 de Noviembre, en el Diario “ABC”, alaba las virtudes de Doña Margarita al decir literalmente lo siguiente: “En un arranque de pundonor y dignidad, el Ministerio de Defensa ha anunciado que el Ejército seguirá en San Sebastián aunque deba abandonar el histórico acuartelamiento de Loyola… suponiendo que es la Ministra, Margarita Robles, la que está tras ella, dada su integridad como persona, su prestigio profesional y su valor cívico, que demostró como Secretaria de Estado de Interior en el Gobierno de Felipe González, limpiando las cuadras de ese Ministerio… aunque la lealtad que prometió al hacerse cargo de la cartera la obligue a guardar silencio…”. Mas, de acuerdo con tan encomiables alabanzas, ya pudiera la susodicha coger la escoba de nuevo y barrer la inmundicia y la basura de las cuadras del Consejo de Ministros, si fuera coherente con su integridad como persona y su lealtad a España y a los Españoles.

Y la tercera, la pretensión del Vicepresidente Segundo, Pablito Iglesias, alias, entre otros muchos, “El Jorobado de Notre Dame Español” y al que se podría añadir uno más, tal como “El árbitro de la elegancia” (por cómo le sientan los trajes, o sea, como una patada en salva sean las partes nobles, y es que, con la clase se nace, y en modo alguno, se adquiere, pues como dice el refranero español, la mona aunque se vista de seda, mona se queda), de incorporar a Bildu y a ERC al reparto de miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), lo que supondría ya la puntilla para el Poder Judicial.

¿No sería posible levantar un muro, a la manera como el de Trump con México, en Cataluña y el País Vasco y Navarra, dejando un plazo para que el que quisiera ser español se pasara a España y dejar aislados, como apestados, a tanto independentista que no hacen otra cosa que joder a España y a los Españoles?

El tiempo, para poner freno a estos dislates, desafueros y desvaríos se agota, y alguien, con voz y mando, debiera ya poner fin a la pesadilla de este criminal Gobierno, contrario a la libertad y al progreso y que está vendiendo a trozos a España.

MIGUEL-ÁNGEL VICENTE MARTINEZ

2 de Diciembre de 2.020

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