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Carta a la señora ministra de Defensa

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 09 de diciembre de 2020, 03:58h

Estimada Sra., en relación con las cartas enviadas a su Majestad el Rey de España, don Felipe VI, por un grupo de militares retirados, a saber, una recientemente, por 73 mandos retirados del Ejercito de Tierra (un Teniente General, 2 Generales de División, 4 de Brigada y 66 Coroneles, pertenecientes a la XXIII promoción de la Academia General Militar de Zaragoza), y anteriormente, por 39 Mandos retirados del Ejército del Aire, quejándose en ambos casos, de la deriva por la que atraviesa este País, aun hoy, a duras penas, llamado España, desde que tomara el mando de la Nación y colonizara todo el Poder Ejecutivo y Legislativo (y, en espera está el Poder Judicial de ser igualmente atrapado y fagocitado) del Estado, este mal autollamado Gobierno Progresista de España, del que Vd. forma parte, y que está presidido por el Pseudo-Doctor-Sánchez, alias Pinochón (ya saben, un Falcon para él y su señora y otro o, quizás ya dos, para su nariz), con el ánimo de que el Rey Felipe VI, como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas (según proclama el inciso h) del artículo 62 de la vigente constitución Española: “Artículo 62. Corresponde el Rey:…h) El mando supremo de las Fuerzas Armadas.”) despierte del sueño de los justos, se caiga del guindo, tome contacto con la realidad del país y de la situación por la que están travesando los ciudadanos españoles, en la picota por razón de la pandemia (sanitariamente) y económica y socialmente (derivada de aquélla), y pase a ejercer las atribuciones que le confiere la propia Constitución Española, en su artículo 56.1, que literalmente, dice así: “El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su Unidad y Permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones”, las cuales, como podemos comprobar, un día sí y otro también, se encuentran hechas unos zorros, asaltadas y ocupadas (como los piratas abordaban los navíos en el siglo XIX) por esta banda o ralea de gerifaltes, de las que Vd. es cómplice, con la perversa finalidad de derribar el edificio constitucional construido en el período de la llamada transición (ejemplo modélico de cambio de régimen para comenzar a andar el camino hacia la Democracia y la consiguiente constitución de un “Estado social y democrático de Derecho” (como proclama el primer inciso del artículo 1.1 de la propia Constitución), trocear el solar patrio, atentando grave y directamente, contra la Unidad de España, consagrada igualmente en el inciso primero del artículo 2 de la meritada Constitución: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación Española, patria común e indivisible de todos los españoles…”, y si desde las altas instancias, Gobierno mediante, se quiere subvertir el orden constitucional, socavando la forma política del Estado Español, consagrada en el punto 3 del artículo 1 de la Carta Magna, según el cual, “La forma política del Estado Español es la Monarquía parlamentaria”, con todos cuyos pasos las directrices del actual mal autollamado Gobierno Progresista de España, mantenido en el Poder por mor de espurios e inicuos acuerdos con lo que podría denominarse la “escoria parlamentaria”, integrada por partidos Políticos que tienden a destruir España (“romper”, según la dicción utilizada por la portavoz del filoetarra partido EHB-Bildu), tales como éste mismo, ERC, Jxcat, Compromís, Más Madrid, PNV, y ese engendro unipersonal de “Teruel Existe”, más la coalición gubernamental con los perroflautas de Podemos, con el Vicepresidente Segundo a la cabeza, Pablo Iglesias , alias “El Jorobado de Notre Dame Español”, “ El Coletas”, “El Chepas”, “El Moñas” o “la Mona Vestida de Seda”, este último en referencia a que los trajes le sientan como una patada en salvas sean las partes nobles, con cuyas alianzas y pasos, dados los altos y graves peajes que el Pseudo-Doctor está dispuesto a pagar por seguir cagando en la Moncloa, se pretende dar el visto bueno a la autodeterminación, desembocante en la independencia de vascos, catalanes y navarros y la sustitución de la forma política actual por la de una República, para más inri, bananera, tipo la Venezuela de Nicolás Maduro, la Bolivia de Evo Morales o de su actual títere en el gobierno, Luis Alberto Arce Catacora, la Cuba de Fidel Castro, o, incluso, de la Corea del Norte, de Kim Jong-un, en realidad los citados militares, recordemos que retirados (porque de haber estado en ejercicio vigente de sus cargos, poco menos que ya los habrían guillotinado) y, probablemente, detrás , en el más absoluto anonimato, cientos o miles de militares en activo, no han hecho otra cosa que cumplir con el mandato al que les obliga la propia Constitución Española, en su artículo 8.1: “Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”. Más claro, agua, tal como da a entender uno de los más populares dichos del refranero español y el que no entienda tan claro, límpido, cristalino, diáfano, transparente, limpio y nítido mensaje, ya sabe, al herrero a que le ensanchen las entendederas.

En realidad, los militares de los que Vd. despotrica, no han hecho sino lo que usted ha dicho que hagan: “estar comprometidos con la Constitución”. Y la cosa no para ni parará, puesto que otros 271 militares retirados en un manifiesto de prácticamente, hace horas, advierten del “deterioro de la democracia” y de que la unidad de España “ esta en peligro”. Y detrás de estos militares retirados, probablemente, se hallará, como poco, un 95% de los militares en activo y en la reserva, y sin que las diatribas emitidas al respecto por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Miguel-Ángel Villarrolla, de que estas manifestaciones “dañan la imagen del Ejército”, no son sino lo que un sometido y cautivo, por razón de su cargo, está obligado a decir.

Por todo lo cual, Sra., no me venga con milongas¡, como las que proclama en un lamentable editorial su periódico de cabecera, el Diario “El País”, confundiendo la neutralidad (“Todos ellos saben que las Fuerzas Armadas están obligadas a guardar la más escrupulosa neutralidad y que promover como militares una iniciativa estrictamente política (la misiva alude a temas tan variados como el nombramiento de la directora general de RTVE o de la fiscal general del Estado) supone violar ese principio.”) de la Fuerzas Armadas en el ámbito político, con un trágala de ruedas de molino, con un mirar para otro lado, hacer el Don Tancredo o permanecer como convidados de piedra, mientras España y los Españoles se sumen en la pobreza, la ruina y la miseria, conduciendo al País, hacia la hecatombe, la bancarrota y la extinción. Por lo que, contrariamente, a lo que sentencia el citado Diario, en su susodicho Editorial, de que tales militares “demuestran una palmaria ignorancia de la constitución”, esa ignorancia, dados los preceptos legales anteriormente transcritos y contenidos en la propia Constitución Española, parecen tenerla ese Diario y la propia Ministra de Defensa.

Y el cabreo de Vd., acostumbrada al típico “sí, buana” de la época colonial, lo demuestra denomizando a ese insigne cuerpo retirado de militares, que merecen todo el respeto de que seamos capaces de tenerles, dadas sus trayectorias y, posiblemente, sus excelsas hojas de servicio, a la patria y a los españoles, y poniendo en manos de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid, unos chats, a saber de qué mano y firma proceden, para intentar imputar a los mismos, no se sabe qué tipo de delito, porque, entre otras cosas, Vd., como su Progresista Gobierno, no admite que nadie se erija en baluarte contra la arrogancia apocalíptica, la soberbia terrorífica y el engreimiento aterrador que les embargan.

Y por si aún le quedan dudas, léase y repase el Preámbulo de nuestra Constitución, que le refiero a continuación: “La Nación Española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de: Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo./ Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular./ Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones./ Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida./ Establecer una sociedad democrática avanzada, y colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacificas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra./”

Si se analiza, bien y detenidamente, la deriva de su Gobierno Progresista de España, vendiendo España a trozos a los filoetarras e independentistas , esas leyes que se aprueban ninguneando a la oposición y, por ende, al resto de españoles que no comulgan con sus ruedas de molino, amén de a los colectivos concernidos, léase, por ejemplo, la Ley Celaá, que, además, suprime el castellano como lengua vehicular en la educación y se pretende en los ámbitos oficiales de la Administracion (léase el artículo 3.1 de la Constitución: “El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tiene el deber de conocerla y el derecho a usarla”, debiendo entenderse incluidos dentro de la expresión “Todos los españoles”, a sus señorías, con una mayor obligación y ejemplaridad), si se pretende asaltar el Poder Judicial por las bravas, a fin de tomar este tercer Poder y poder, valga la redundancia, ahormarlo a los intereses del Gobierno, si desde Bruselas se están encendiendo todas las luces rojas habidas y por haber, acerca del comportamiento y hacer de este Gobierno, si el Portal de Transparencia delata las innumerables mentiras de ese mismo Gobierno, cada una más intolerable que la anterior, si se maneja por el gobierno a la Nación, como un juguete, sometiéndola a experimentos molestos, insalubres, nocivos y peligrosos para el conjunto de los ciudadanos, y se legisla saltándose todos los límites y la ley a la torera, solo me queda hacerle una pregunta: ¿Quién es, en este caso, el que pretende instrumentar un “golpe de Estado?.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

9 de Diciembre de 2.020

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