www.albaceteabierto.es

Hacia el genocidio

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 16 de diciembre de 2020, 00:29h

Cada día está más claro que, desde el primer momento, o sea, desde el minuto uno, este mal autollamado Gobierno Progresista de España que es, en realidad, desde su conformación, un Gobierno fuera de la ley, ha estado ocultando, a sabiendas, con nocturnidad y alevosía, la cifra de vidas que la pandemia originada por el coronavirus, se ha ido cobrando en nuestro país, pues, a pesar de la letalidad derivada de la gravedad de las infecciones producidas en los fallecidos, con o sin patologías previas, ha ido vinculada al “laisser faire, leisser passer” en que dicho Gobierno ha estado instalado, y originada, en gran medida, por la falta de prevención, por la improvisación, la falta de medios materiales y humanos y un sinfín de despropósitos, que han ido incidiendo en el resultado dantesco e infernal del enorme número de conciudadanos muertos a causa de la pandemia.

Empezando por la falsaria y canallesca declaración del Director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, un tal Fernando Simón, utilizado como un trampantojo por el dicho Gobierno Progresista, para tapar sus carencias y su falta de escrúpulos, y puesto al frente, en el puente de mando, junto a un Ministro de Sanidad que, de Sanidad sólo sabe lo que es limpiarse los mocos, y aún lo dudo, filósofo, dicen, por lo demás, que como toda esta caterva de advenedizos, truhanes, bandoleros y malnacidos que nos gobiernan seguramente obtuviera su licenciatura sin tener repajolera idea de quienes eran Kant o Niesche, pero que ahí está, de contertulio con el doctor, dicen que lo es, mas pareciera haber obtenido el título por la misma puerta de atrás del Ministro, cuya misión no ha sido otra que minimizar lo que se nos venía encima, porque pensaron que a este Gobierno Progresista no le podía pasar nada y que el virus, al ver la composición del mismo, daría marcha atrás o pasaría de largo por los lares de la piel de toro, y así, de esta manera, todos conocemos, cómo desde el primer momento, a principios de enero y sucesivamente, las alertas le fueron cayendo, como lluvia continua y sin receso, tanto desde niveles nacionales, como internacionales, pero para este Gobierno, ni flores, que si quieres arroz Catalina, él a lo suyo, que no es otro su empeño y su afán, que destruir a España y a los Españoles, y mira por dónde, les vino como agua de Mayo la pandemia para ayudar a tales macabros, ilegales, funestos y siniestros fines, pues en la mente de todos estarán los vaticinios del llamado Doctor Simón (que más bien lo será en estulticia, mentiras, ignorancia e insidias supremas), comenzando por aquella soflama inicial de que en España no pasaríamos de “uno a dos casos” de infección, dada la alta preparación y sapiencia de nuestra Sanidad, envidia de cualquiera otra en el mundo mundial, y siguiendo por la cuenta de los fallecidos, lista que, en vez de aumentar al paso que marcaba el virus y su incidencia en la población, más bien, para tal sabio, disminuía exponencialmente, de manera que, en realidad, jamás supimos a ciencia cierta, cuántos infectados llegaron a sucumbir y entregar sus almas a Dios, pues las apariciones diarias de este monstruo de la medicina, tendían a ocultar la cifra, tratando de salvar el culo a los miembros del Gobierno Progresista de España, y como si los hechos objetivos e incontestables no fueran tozudos, pues, empezando por los Tribunales Superiores de Justicia de las Comunidades Autónomas no doblegadas por el virus político de la coalición gubernamental (que, acaso, es más peligroso y letal que el propio Covid-19) que ya comenzaron a cuestionar al número propalado desde el Gobierno a través de su títere de salón, el citado Fernando Simón, que cifraban en bastantes más, al alza, el número de fallecidos a causa del virus, y a los que se unió y sigue uniéndose el propio Instituto Nacional de Estadística, basándose, tanto aquéllos como éste, en las inscripciones de defunción practicadas en los Registros Civiles, llegando este Instituto, a día de la fecha, a considerar que, pese a las cifras dadas por el Sr. Simón, el Ministro de Sanidad y todos sus secuaces y contubernios ministeriales, se llegaron a contar, entre los meses de marzo, abril y mayo, 45.684 fallecidos, o sean, 18.557 más que los publicados por esa sarta de mentirosos e incapaces, por lo que, a día de hoy, con los efectos de la llamada segunda ola de contagios y de expansión del virus, es probable que esté más rondando los 65.000 o 70.000, provocados la mayor parte, repito, debido a la falta de prevención, a la improvisación y a la falta de medios, fundamentalmente, materiales, pues no podemos borrar de nuestra memoria las imágenes de personal sanitario usando como bata de trabajo bolsas de basura o mascarillas de carnaval, enfrentándose, prácticamente, desarmados, a los efectos letales de la pandemia, siendo España el país donde más contagiados se han dado entre el servicio sanitario, sobrepasando, a día de hoy, la cifra de 90.000 y con varias decenas de decesos entre sus filas. Y, como si la muerte fuera una broma, el gracioso (que parece ser que se lo cree) Fernando Simón, no tuvo empacho ni vergüenza en asegurar que el aumento no contabilizado de víctimas por el coronavirus destapado por las instituciones antedichas, fueran el resultado de un repentino incremento de infartos o se debiera “a un enorme accidente de tráfico”, jugando con los sentimientos de los familiares de los afectados y de todos los españoles, a los cuales toma por tontos del haba (de haber alguno clasificable de tal, sería él y su Señorito, el Ministro de Sanidad, Salvador Illa), tratando de hacernos comulgar con ruedas de molino. Y lo peor de todo lo acontecido, este payaso y el otro payaso, continúan en el ejercicio de sus cargos, como si no tuvieran responsabilidad alguna, riéndose de España y de los españoles.

Claro, que todo hay que decirlo, y es que quien les mantiene en dichos cargos, acaso sea el payaso mayor del Reino, que no es otro que el Pseudo Doctor Sánchez, otro sin vergüenza, en realidad otro sinvergüenza (así junto, que se ajusta más a la realidad), que ya debiera haber sido expulsado junto con toda su cohorte de Ministros y Ministras, del Gobierno de España, si hubiera en este País, aun hoy, a duras penas, llamado España, alguien con lo que hay que tener entre las piernas, como muy bien han puesto de relieve esos cuatrocientos militares jubilados de los Ejércitos de Tierra y del Aire, en sendas cartas a su Majestad el Rey de España, Don Felipe VI, y en un manifiesto insistiendo en la deriva a la que está conduciendo a España y a los Españoles, repito, este mal llamado y malhadado, Gobierno Progresista de España, y a los que el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (conocido como el JEMAD), Miguel Ángel Villaroya, junto con la Ministra de Defensa, Margarita Robles, han puesto a parir, claro que aquél, sometido y cautivo, no tiene otra salida, aunque el honor de un militar en estos casos, antes que seguir tragando saliva y otras cosas, cumpliendo con el mandato constitucional de defender la integridad del territorio de la Nación y del ordenamiento constitucional (artículo 8.1 de la Constitución Española), como poco le debieran invitar a dimitir y tomar las de Villadiego, pero aquí, en este País, aun, repito, hoy, a duras penas, llamado España, cualquiera sucumbe a los encantos del poder y a la figuración, aunque tengas que tragar ruedas de molino y jurar y perjurar que los burros vuelan, mas aunque fuera por solidaridad con sus pensionistas compañeros y con el honor de las Fuerzas Armadas de la Nación, se hubiera cubierto de Gloria dimitiendo, mas ya sabemos que el verbo dimitir ha dejado hace tiempo de formar parte del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y de la gramática ídem.

Y en esta deriva, que ya es clamorosa (ley de Educación Celaá, que suprime la lengua oficial de la Nación, el castellano, como lengua vehicular, la Ley de Eutanasia, que será la puntilla para acabar con todos los jubilados, especialmente, los residentes en Residencias de tales, las Leyes de género que pergeña la Ministra de Igualdad, en busca del sexo perdido binario, trinario o cuaternario, a saber, las cuales necesitan un lavado estético, dadas las innumerables faltas de ortografía y sin sentidos que contienen, o la armonización fiscal para contentar a ERC, con los acercamientos de etarras a las cárceles del País Vasco y a los sucesivos excarcelamientos de éstos, para contentar a PNV y a EH-BILDU, y así un innumerable rosario) no hace sino encasillar a España dentro de los países con repúblicas bananeras o dictaduras despóticas y tiránicas, que tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando (Venezuela, Bolivia, Cuba, Corea del Norte) y hacen que nuestro país, en el concierto internacional, no pinte “ná” y la última, como prueba del algodón, nos la han ofrecido los Estados Unidos de América de Donald Trump, reconociendo la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental, que ha propiciado, además, que Rabat haya mandado a hacer puñetas a nuestro Gobierno, anulando la visita que, pomposamente, iba a realizar el Pseudo-Doctor-Sánchez, al país que rige un primo de nuestro exmonarca, Juan-Carlos I, aunque desde fuentes oficiales, vía Ministerio de Exteriores, se arroguen la anulación de la cumbre (a saber qué mensaje hayan recibido del Rey de Marruecos, Mohamed VI) se quiera minimizar esta decisión, basándola en la inoportunidad de la cumbre en estos tiempos de pandemia, lo cual no es sino un golpe en el centro de flotación de la egolatría, la arrogancia y la soberbia de quien maldirige los destinos de la Nación Española. O sea, que a otro perro con ese hueso.

MIGUEL-ÁNGEL VICENTE MARTINEZ

16 de Diciembre de 2.020

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios