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De Apolo y sus odaliscas

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 20 de enero de 2021, 07:57h

Con la pandemia derivada del coronavirus galopando desbocadamente y sin control, amén de por todo el orbe mundial, también, como no podía ser de otra manera, en este país nuestro, aún hoy, a duras penas, llamado España, pese a que el Sabio y Arúspice Director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, vaticinara que en España no pasaríamos de un caso o dos y que, en todo caso, serían superados dada la fortaleza de nuestro sistema sanitario, envidiado allende nuestras fronteras, por su preparación y capacidad de respuesta, y superando “el más difícil todavía”, eslogan típico de los Circos, sobre todo tratándose del Trapecio, en ese triple salto mortal y sin red, ahora, recientemente, con ocasión de haberse desvelado una mutación del virus, la llamada cepa británica, ha vuelto a la carga de mendacidad, incapacidad, indolencia, e irresponsabilidad que, como virtudes, adornan el currículum de este botarate de pim pam pum, santificando que esta mutación a España le afectará “como algo marginal”, cuando ya se cuentan por cientos, si no son miles, los contagiados con la nueva cepa, con un Ministro de Sanidad, Salvador Illa que, quizás, si tuviera vergüenza torera, ya hubiera iniciado los trámites ante el Registro Civil correspondiente, para cambiar su nombre de pila, digamos que por Poncio, para homenajear al Pilatos, que se lavó las manos ante la detención y condena a Jesucristo, dejando en manos de la plebe su suerte, que decidió indultar de la pena de muerte a Barrabás, y endosársela al Mesías. Y es que, es verdad, este Retroprogresista Gobierno de España, con su líder, el Pseudo Doctor Sánchez, alias “Pinochón” (ya sabemos, un Falcón para él y su señora, y otro, o, quizás ya dos o más, para su nariz), se ha lavado las manos en todo lo que concierne a la pandemia y se la ha endosado a las Comunidades Autónomas, las cuales, como no podía ser de otra manera, constituye, en este asunto como en tantos otros, una nueva Torre de Babel, pues cada una, haciendo de su capa un sayo y como mejor les dé a entender su inteligencia y los tintes electoralistas, han dado a luz una multiplicidad de medidas, en algunos casos, contradictorias, adoptando todo tipo de restricciones, tratando buenamente de infundir en la ciudadanía un mínimo de responsabilidad, a fin de que se guarden en aras de evitar su propio contagio y el de sus conciudadanos, aunque, a veces, como ha sucedido con motivo de los puentes de Diciembre y la Navidad, bien pareciera que hubieran predicado en el desierto, porque ya se está constatando el contagio en bloque familiar, derivado, precisamente, de esa “longa manu” o manga ancha, con que los españoles se han tomado ese cuidado durante las indicadas fechas, saltándose a la torera todo tipo de recomendaciones y creyendo que, por designio divino, “a mí y a los míos” no les tocará este gordo ni siquiera la pedrea, mas, a la vista está, cómo el pasado viernes, se ha alcanzado un récord, no dado ni en los inicios de la pandemia allá por el mes de Marzo de 2.020, de contagios, alcanzando los 40.197, con una tasa de incidencia de 575 por cada millón de habitantes, amén de que las cifras de muertos, los cuenten o no, el Ministro Illa y su experto de pecho, Fernando Simón, también es escalofriante, nada más y nada menos, que 235 ese fatídico día, y a un ritmo que no baja de los 150 diarios, alcanzando los 400 en algún caso, y el pasado fin de semana se dieron más 80.000 contagios y 455 fallecidos, aunque estas cifras sean maquilladas, las mismas no son peccata minuta, o si no que se lo cuenten a los familiares de los fallecidos. Ello pone de manifiesto, la irresponsabilidad de los ciudadanos españoles, que parecen tomarse en una enorme mayoría, el coronavirus a chacota y pone de manifiesto que, aplicando por similitud aquel aforismo que recomienda castigar para enseñar esgrimido en la escuela de los años 40 y siguientes del siglo pasado, y retratado con genial maestría y picardía por el Sordo de Fuendetodos, Francisco de Goya y Lucientes, “la letra con sangre entra”, pareciera que, cual rebaño de corderos indolentes, debiéramos ser conducidos a palos, a ver, si de una puñetera vez, entramos en razón y somos capaces de comportarnos como seres humanos dotados de intelecto y voluntad.

Por tanto, y cierto es, que se echa de menos una dirección, que debiera ser desde el Retroprogresista Gobierno de España, para tratar de embridar esta bestia salvaje y desbocada que constituye el coronavirus, a fin de que las medidas sean, en primer lugar, coherentes con el reto a que nos enfrentamos, amén de útiles y acertadas, y en segundo lugar, únicas para el conjunto de la Nación, pues ya sabemos el resultado que están dando las adoptadas de modo diverso y variopinto por cada una de las Comunidades Autónomas que, en este penoso y grave asunto, lo están haciendo como pollos sin cabeza y, en muchos casos, en clave electoralista, y así, de esta manera, es como nos luce el pelo.

Y mientras esto sucede, también agravado por la borrasca Filomena, que ha venido a ahondar más los problemas que ya teníamos encima, suponiendo un golpe más para el desastre económico y social que de aquélla, se han venido derivando, el Retroprogresista Gobierno de España, haciendo el Don Tancredo, y quedando como Cagancho en Almagro, y con todas las consecuencias nefastas que para nuestra sociedad, se vierten, tanto sanitarias, como económicas y sociales, mirándose al espejo, como la madrastra de Blancanieves, suspirando como ésta “espejito, espejito ¿quiénes somos los más guapos de este país?”, no consintiendo que en el país anduvieran algunas personas que les pisaran el terreno, por lo que “Pedro, el Guapo”, o sea, el Pseudo-Doctor Sánchez, como primer espada y porque lo viene demostrando con sus andares de calzonazos y sus puestas en escena, creyéndose el más guapo del universo, ha convocado un concurso (ya sabemos quién será el adjudicatario, o sea, un adláter, un corifeo, un acólito, un paniaguado o un mamandurriero del Presidente) para contratar a una maquilladora-peluquera (contraviniendo la igualdad tan amplia como irresponsablemente requerida por la Ministra del Ramo, la analfabeta Irene Montero) para que preste sus servicios al Pseudo-Doctor, a la Vicepresidenta, Carmen Calva Poyata, a la portavoza, María-Jesús Montera, o a cualquier otro ministro o ministra o alto cargo o alta carga que comparezca en la Sala de Prensa de La Moncloa, pues como argumenta el propio Gobierno en la memoria en la que justifica tal dislate, cuyo valor estimado es de 19.541´50 euros al año, prorrogable hasta los 80.541’00 en cuatro años (ya veremos, si como en todas las adjudicaciones públicas, estas cantidades sufren un alza, que ahora se quiere ocultar), “La correcta imagen pública en las intervenciones de los comparecientes exige que se realicen rutinariamente ciertos servicios de imagen habituales en el mundo audiovisual”. Desde luego, la maquilladora-peluquera, que se lleve el gato al agua, faena va a tener, ya que el Consejo de Ministros está integrado por unos personajes que más bien parecen inquilinos de un zoológico, en el que medran hienas, lagartos y lagartas, ornitorrincos y algún que otro orangután, como José-Luis Abalos, conocido como el “Avalos Transportes” o “el alter ego del Algarrobo, de la serie de Curro Jiménez”, al que por mucho que le repasen, más bien incidirá en perjudicar su pretendida imagen de corcel alazán, y no quiero pensar en alguna otra, como la Vicepresidenta, Carmen Calva Poyata, la cual, creo, que no tiene arreglo. Pero, en realidad, esta idea debe haber partido del Pseudo-Doctor Sánchez, en su lucha por conseguir la imagen de apolíneo que luce el David de Miguel Angel Buonarotti y en su afán de convertirse en el “árbitro de la elegancia”, mas ya parece que tantos repasos le han dado y tantos pasos por la túrmix lleva, que le han dejado el rostro poco menos que como se le quedó a Michael Jackson, en su intento de revertir el color de su raza y pasarse a la blanca y si me apuran como el Ecce Homo de Borja. Ignoran, además, ese refrán del refranero español, tan certero y, a la vez, tan puñetero, según el cual “ aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. Todo lo cual no es sino síntoma de que este Retroprogresista Gobierno de España, es algo así como la Casa de Tócame Roque, un Patio de Porteras, poniendo de manifiesto en lo que pierden el tiempo y a lo que dedican su empeño, en vez de estar al frente de la pandemia luchando en primera fila contra la misma y no dejando abandonados a los ciudadanos a su albur, debiendo fajarse con un pico y una pala en la mano para liberar a Madrid de la nieve y del hielo que la envuelve. Quizás, alguien se acordó de los 10.000 euros mensuales que gastaba en su peluquero de cabecera (nunca mejor dicho), el ex_Presidente de la República Francesa, Francecois Hollande, aunque aquí el trabajo del contratado era mínimo, pues aquél no tenía ni un pelo de tonto, que viene a decirse como “ser muy listo”, lo que también casa con alguien a quien la testa se le ha quedado despoblada.

Y una muestra de responsabilidad y de verdadera democracia, de la que debieran tomar ejemplo los papanatas que integran este Gobierno, nos la han dado recientemente, Austria, donde la Ministra de Trabajo, Christine Aschbacher, ha presentado su dimisión fulminante, al ser sorprendida por plagio en su tesis doctoral; o Los Países Bajos (antigua Holanda), donde ha dimitido el Gobierno en pleno, con su Primer Ministro, Mark Rutte, a la cabeza, tras destaparse un fraude por haber obligado a más de 20.000 familias a devolver a las arcas de la Agencia Tributaria, una prestación por cuidado de hijos bajo una acusación injusta. Igualico, igualico (como se expresa la Doña Rogelia de Mari Carmen y sus muñecos) que en este país, aún hoy, a duras penas, llamado España.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

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