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Los castellanomanchegos se decantan por los jardines sostenibles
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Los castellanomanchegos se decantan por los jardines sostenibles

jueves 23 de septiembre de 2021, 12:16h
En los tiempos que corren, la ecología y la sostenibilidad no son una simple moda, sino una necesidad para la preservación de nuestro planeta. Día tras día, vemos noticias sobre petróleo y plástico en el mar, el cambio climático, etc.

Evitar que la situación actual vaya a peor está en nuestras manos aplicando unos sencillos gestos. Uno de los aspectos en el que podemos aplicarlos en el jardín de nuestros hogares y, en este sentido, los castellanomanchegos ya han dado un paso adelante.


Los jardines sostenibles y el reciclaje


Los jardineros sostenibles son aquellos en los que aplicamos técnicas de jardinería adaptadas para reducir nuestra huella ecológica, concepto propuesto por William Rees y Malthis Wackernagel en 1996. Este indicador determina el grado de impacto que tiene la sociedad en la naturaleza. En otras palabras, es una herramienta que nos ayuda a conocer el espacio terrestre y marino necesario para producir los recursos que se consumen y para absorber los desechos generados.


De esta forma, mientras que la huella ecológica de cada persona es de 2,7 hectáreas, nuestro planeta solo dispone de 1,8 hectáreas para cada habitante. Estos números dejan en evidencia que consumimos más de lo que debemos, por lo que muchos españoles, especialmente los castellanomanchegos, ya han tomado medidas en sus jardines.


Según análisis realizados por ShopAlike, gestos como el reciclaje de envases de plástico en nuestros jardines son tan sencillos como útiles para reducir la huella ecológica, y representan numerosas ventajas para nuestro día a día.


Gestos y ventajas de un jardín sostenible


Además de ayudar al medio ambiente gracias a un jardín sostenible, ciertos gestos te aportarán otras ventajas y beneficios.


En primer lugar, al reciclar los envases de plástico y otros materiales, ahorrarás en tu presupuesto. Por ejemplo, el hecho de usar una botella de plástico para plantar flores o cactus reducirá tu huella ecológica a la vez que te evitará comprar (y pagar, evidentemente) por una maceta en una tienda especializada en jardinería.


Por otra parte, estos gestos reducen la cantidad de desechos y, por lo tanto, los gastos en bolsas de basura o en desplazamientos para ir a la planta de reciclaje. Esto supone un ahorro que puede parecer insignificante a corto plazo, pero que, a la larga, puede ser fundamental.


Más allá del reciclaje, en un jardín sostenible también prestamos atención al consumo, tanto de electricidad como de agua. Almacenar el agua de la lluvia para utilizarlo un día soleado es una forma de reducir el consumo y ahorrar en la factura. En cuanto a la electricidad se refiere, una iluminación con bombillas solares, por ejemplo, cumplirá perfectamente su función en un jardín sostenible.


Por último, al elegir las plantas y las flores que quieres en tu jardín sostenible, dales prioridad a las especies locales. Además de estar ya adaptadas al entorno (y, por lo tanto, durar más y florecer mejor), las plantas y flores de la zona requieren menos gastos en transporte, por lo que se reduce la emisión de CO2 a la atmósfera.


Como ves, todo son ventajas aplicando unos simples gestos, tanto en tu día a día como en el futuro de nuestro planeta.

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