Por tales hechos, el Fiscal sostiene que no procede imponer al acusado ninguna pena, pero sí su internamiento durante no más de 20 años en un establecimiento adecuado a la enfermedad que padece al considerar que es autor de un delito de asesinato y dos delitos continuados de amenazas.
Los hechos se remontan a fechas anteriores a agosto de 2020, cuando el acusado, mayor de edad y sin antecedentes penales, amenazó en diversas ocasiones a sus padres y a su hermana con causarles algún tipo de mal físico e incluso la muerte.
A primera hora de la mañana del día 4 de agosto de 2020, en el curso de una de las intensas crisis que padecía, el acusado se apostó en las inmediaciones del edificio donde vivía su padre a esperar a que saliera a pasear a su perro y le asestó varias puñaladas.
Después de matar a su padre, el imputado cogió su coche y se dirigió hasta la provincia de Albacete, donde una dotación de la Guardia Civil del puesto de Liétor le abordó al verlo en una finca cercana al pantano de Talave en extraña actitud.
El acusado, que en ese momento ya había recobrado, al menos en parte, el sentido de la realidad, abrió los brazos, arrojó al suelo una bolsa que portaba y dijo a los agentes que había apuñalado a su padre. Verificada la certeza de lo que relataba, los agentes detuvieron de inmediato al acusado.
El Fiscal destaca que, en esencia, el acusado padece un severo cuadro de enfermedad mental. Tales padecimientos alteraban de forma muy grave su percepción de la realidad y su capacidad para valorar las consecuencias de sus actos, por lo que, en lo tocante a estos hechos concretos, estima que sus capacidades de raciocinio y voluntad estaban anuladas.
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