Con esta acción se busca dar cumplimiento a la resolución de medidas preventivas publicada en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha el pasado 30 de diciembre por la Consejería de Sanidad para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por COVID-19, según ha informado la Junta en nota de prensa.
Así lo ha afirmado la directora general de Mayores del Gobierno regional, Alba Rodríguez, quien ha asegurado que este reparto de test responde a la prioridad del Ejecutivo de Castilla-La Mancha para continuar con la prevención del virus. "Estamos ante una cepa muy contagiosa. Hemos visto cómo se han incrementado el número de casos en los centros". Por ello, ha añadido Rodríguez, "nos parecía extremadamente necesario acotar lo máximo posible el número de contagios dentro de los centros para continuar con esa labor preventiva con el fin de poder devolver la normalidad a los mismos lo antes posible".
MEDIDAS PREVENTIVAS VIGENTES
Entre las medidas preventivas en vigor hasta el próximo 17 de enero, cuando se evaluará la pertinencia de su continuidad o modificación en función de la situación sanitaria, se encuentran disposiciones generales como el uso obligatorio de mascarillas para todas las personas residentes cuando se encuentren en espacios comunes cerrados, siempre que no se pueda garantizar la distancia de seguridad.
La obligatoriedad de la realización de pruebas de diagnóstico de infección activa a las personas que ingresen o reingresen al centro y también a las personas trabajadoras de los centros, diferenciando respecto a estas según hayan sido o no vacunadas, está recogida en las medidas de carácter complementario de la mencionada resolución y ha sido ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJCM) junto con la limitación de una visita por residente y semana, y de duración máxima de dos horas, siendo estos encuentros gestionados mediante cita previa con el centro.