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La mesa redonda ‘Ellas suenan’, celebrada en Albacete, constató la desigual presencia de la mujer en la escena musical
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La mesa redonda ‘Ellas suenan’, celebrada en Albacete, constató la desigual presencia de la mujer en la escena musical

sábado 12 de marzo de 2022, 10:23h

La Concejalía de Cultura promovió la celebración de este coloquio en el que intervinieron seis mujeres músicas: Sole Giménez, Elisa Belmonte, Ana Vallejo, Paula Esteban, Patricia Charcos y Dolores Rozalén

La mesa redonda ‘Ellas suenan’ puso de manifiesto que la presencia de la mujer en la música todavía es desigual, de la lírica al jazz, pasando por el pop o el rock. Mujeres, músicas todas ellas, contaron en primera persona en un interesante coloquio, -que tuvo lugar en el Museo Municipal, promovido por la Concejalía de Cultura dentro del Festival de la Mujer organizado por el 8M-, y cuya participación fue agradecida por el vicealcalde y concejal de Cultura, Vicente Casañ.

Abrió esta conversación Sole Giménez, que desde hace años está inmersa en un proyecto reivindicativo, Mujeres de música, con el que trata de hacer visible a compositoras que crearon grandes canciones y que, sin embargo, apenas son conocidas.

“La Flor de la Canela, Muñequita Linda o Bésame Mucho, son canciones que todos cantamos, pero no sabemos que fueron creadas por músicas como Chabuca Granda; Consuelo Velázquez o María Grever, mujeres increíbles, que hicieron mucho por la música y porque nosotras estemos en la música”, defendió Sole Giménez, que censuró que estas mujeres, pese a tener largas carreras, hayan desaparecido de la historia, “por eso hay que nombrarlas, recordarlas y agradecerles lo que hicieron, gracias a ellas otras mujeres nos hemos hecho un hueco en la música, porque no hay que olvidar que durante siglos la mujer tuvo prohibido cantar en público”.

“Voz claro que tenemos”, dijo con humor la soprano Elisa Belmonte, que constató que si bien en escena la mujer ha ido ganando espacio, son muy pocos los grandes teatros de lírica que están dirigidos por mujeres y recordó que todavía hay países, como Afganistán, donde la mujer tiene prohibido cantar o que orquestas como la Filarmónica de Viena no aceptaron a mujeres hasta hace escasos años. Elisa Belmonte invitó, además, a combatir utilizando el lenguaje, “claro que jueza nos suena mal, porque no estamos acostumbradas ya que hasta 1967 la mujer no pudo entrar en la carrera judicial; pues lo mismo ocurre con música, pero es importante cuidar el lenguaje, porque lo que no se nombra, no existe”, opinó.

De la lírica al rock, la cantante de The Niftys, Ana Vallejo, coincidió en que hay muy pocos festivales de música dirigidos por mujeres, “es fácil ver a la mujer como cantante, pero cuando nos fijamos en otras figuras dentro del panorama musical, por ejemplo, los cargos que tienen que ver con la contratación, casi siempre están ocupados por hombres”.

Algo similar ocurre en el apartado técnico, subrayó Paula Esteban, corista, teclista y percusionista de Vermú y Normal, que además es ingeniera de formación, “ni somos de porcelana, y por tanto, podemos descargar la furgoneta cuando vamos de concierto, ni somos invisibles cuando se trata de solucionar un problema de sonido o de iluminación”, recalcó.

Paula Esteban resaltó que si bien su generación sí que había tenido la fortuna de encontrar a mujeres como referentes musicales, y citó a modo de ejemplo a Dover o Cristina Rosenvinge, también en la escena indie se echa de menos una mayor presencia de la mujer en determinadas funciones, “sí que hay cantantes o grupos formados íntegramente por chicas, pero no es fácil encontrarte con bateristas, por ejemplo”.

Esta situación desigual es combatida por Patricia Charcos, clown y música, con un activismo, “sí, cuesta encontrar una técnica de sonido, pero las hay y en nuestro grupo la llevamos; igual que hemos tenido que decir adiós a quien no comparte esa visión feminista de la vida o que nos hemos lanzado a crear un reggaetón que da otro punto de vista al habitual en este tipo de canciones, pensando además en nuestro público, que son las familias, la infancia”.

Dolores Rozalén, maestra, música y presidenta de la Asociación de Mujeres Rockeras y Metaleras de Albacete, recalcó que si en determinadas escenas musicales la mujer no lo tiene fácil, en el rock y metal es aún más difícil encontrar una presencia igualitaria de la mujer, si bien descubrió que en Sudamérica sí que abundan los grupos de este estilo musical formados por mujeres, “hay un gran contraste respecto a lo que ocurre en Europa”.

El coloquio, que estuvo dirigido y moderado por la periodista de El Español, María José Fuentealamo, finalizó poniendo sobre la mesa la conveniencia de aplicar cuotas también en la escena musical, para que los gestores culturales tengan en cuenta la presencia femenina en las contrataciones.

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