No es otra sino la aún Vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, cuyo intento de darle esquinzo a la Justicia (con mayúscula) a cuenta del horripilante y feísimo asunto relacionado con su, hoy, ex, condenado a cinco años de prisión, por abusos y agresiones sexuales a una menor de 14 (sí, así, como suena, contante y sonante) años, sobre la que tenía la custodia, tutelada por la Generalitat Valenciana, a cargo, precisamente de la Consellería de Igualdad y Servicios Sociales, que regenta la supradicha Oltra, condenado por el Juzgado de Instrucción pertinente y ratificada su condena por la Audiencia de Valencia, aun cuando está recurrida ante el Tribunal Supremo (que si actuara, como su propio nombre indica, aumentaría la condena dado el monstruoso delito cometido por el condenado, con todas las agravantes posibles e imaginables), habiendo comparecido como investigados a día de hoy hasta trece personas, entre cargos y funcionarios de la citada Consellería, desde la que se orquestó una trama para, de una parte, tapar el delito del condenado, y, de otra, la repercusión sobre la propia Vicepresidenta, a fin de que no corriera peligro la poltrona que ocupa en el Conell Valenciano, trama ya puesta de manifiesto por el Juez Instructor, la Fiscalía y la propia Audiencia Valenciana, con indicios y sospechas muy consistentes de que la misma partió de la esposa del condenado, en base a ese refrán, del refranero español, tan certero como, a la vez, tan puñetero, según el cual “antes se pilla a un mentiroso que a un cojo” y es que , el Tribunal Superior de Justicia de Valencia, ha admitido a trámite la petición del Juez Instructor de llamar a declarar, en calidad de investigada, otrora imputada, a la oleoginosa Mónica Oltra, la cual, creyéndose en posesión de la verdad (“su verdad”) absoluta, junto con los adláteres, corifeos, acólitos, paniaguados y mamandurrieros de su partido, han montado el cirio, en una especie de fiesta para alabar a la interfecta, creyendo que este ruido mediático pondrá freno a la acción de la Justicia (con mayúscula) y desagraviar a la imputada, la cual ha sido pillada con el “carrito del helao”, recordando su papel de Torquemada del Tribunal Inquisidor de las Izquierdas, arremetiendo, en su día, contra el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps (por el presunto regalo de un traje), y sobre todo de la ex-alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, cuyas invectivas bien pudieran haber contribuido al infarto que acabó con su vida, sola y desamparada, en una tenebrosa noche, en la habitación de un hotel de Madrid.
Ahora, la Torquemada Oltra, cuando se ha visto entre la espada y la pared, ha adoptado la postura de una monja de clausura y se ha puesto a apelar, entre sollozos, a los valores que su madre y su padre, le infundieron cuando su adolescencia y juventud, sin darse cuenta de que esta debilidad sólo está justificada en mujeres que no hacen bandera del feminismo de charanga y pandereta que postula y, en un arrebato de osadía, más bien de locura, califica su postura ante la negativa a dejar el puesto (olvidando las veces que ella lo exigió para los de otros partidos), de “ética, estética y política”, o sea, áteme Vd. esa mosca por el rabo, porque en cuanto a lo de ética, más bien parecen chocar, eches por donde eches, con la obscenidad de los actos pervertidos y depravados de su querido cónyuge, que se metía en la cama con la indefensa niña de 14 años, con nocturnidad y alevosia, dando rienda suelta a sus bajos instintos, dejando a la pobre víctima en estado de shock y sin que le importara un pimiento las consecuencias físicas y psíquicas que ocasionaba en la desvalida muchacha; en cuanto a lo de “Estética”, poco tiene de estética la posición que adopta la maroma, la cual, y sin que nadie me llame machista y me califique de políticamente incorrecto, más bien da la impresión de que hace tiempo que ha perdido el dominio sobre su cintura, ítem más, nada tiene de estético y bello, cualquier cosa relacionada con los deplorables y criminales hechos por los que fue condenada la joya de su ex-marido, pues tal como proclama el Diccionario de Uso del Español, de María Moliner, “estética” es tanto como “Artístico o bello”, cualidades que, desde ningún punto de vista, a no ser desde el de un psicópata, pueden calificarse los hechos sentenciados por los Tribunales y si se refiere a su propia persona, más vale que se vaya mirando al espejo, pues queda a años luz de la persona que ante el mismo inquiría cada día que le indicara si existía alguna otra más guapa que ella en el reino; y, finalmente, respecto de la postura “política”, prácticamente es mentar la soga en casa del ahorcado y autocalificarse sin mediar palabra, como una caradura y sinvergüenza, calificativos que no se los lavarán por muchas personas que como en el acto de Compromís celebrado en Valencia el pasado Sábado, 18 de este mes y año, la homenajearan y la jalearan como una súper-héroe, con música y baile incluidos, con abrazos (quizás más de uno “del oso”) y besos, mostrando el polvo que para este ridículo espectáculo demostraron el Alcalde de Valencia, Joan Ribó, y el diputado por esta formación en el Congreso de los Diputados, Joan Baldoví, con proclamaciones sumamente sicóticas, por parte de ellos mismos. “Mónica, has sido imprescindible y continuarás siendo imprescindible” y “Si nos tocan a una nos tocan a todos”, respectivamente. O sea, que sois los intocables y con licencia para vilipendiar, delinquir y matar si preciso fuere, porque no nos hemos dado cuenta de que poseéis las potestades que confiere la “criptonita”, piedra que, al parecer, custodiais para uso propio.
Y mientras tanto, el Teleñeco (y que me perdonen los ídem) Ximo Puig, balanceándose sobre el alambre, en un triple salto mortal y sin red, haciéndose el loco y loco porque la Oltra desaparezca de su Gobierno, mas no con la patada que le debiera dar el Presidente, que, en un ejemplo de iniquidad y cobardía, mira para otro lado, rezando (es un decir, quizás mejor, esperando) para que alguien del propio Compromís le ponga a Oltra la soga al cuello.
Y no podemos dejar de lado, la Plataforma “Sumar” propugnada por la Vicepresidenta Primera del Retroprogresista Criminal Gobierno de España, Yolanda Díaz, y colocando como cabezas de serie, entre otras, a Ada Colau, doblemente imputada y también aferrada al cargo (siguiendo el ejemplo de las izquierdas, puesto que la dimisión no va con ellas), o la otra, Mónica García, la de Más Madrid, partido investigado respecto a las donaciones obligatorias al partido exigidas por su cabeza visible, Iñigo Errejón (otro al que hay que echar de comer aparte) y por presunto fraude y falsedad documental para poder inscribir a la formación como partido político para las elecciones del 14 de Mayo del año pasado en la Comunidad de Madrid. O sea, que a la “Cyrano de Bergerac Española”, parece que le crecen los enanos. Y bien pareciera que algún tuerto le haya echado un mal de ojo.
En cualquier caso, resultan patéticas e irrisorias (si no fuera por la gravedad del caso), las exculpaciones por parte de la investigada, Mónica Oltra, para aferrarse al cargo como una lapa, cual es, entre las ya dichas, que lo hace porque “tiene que defender la democracia”, y achacando el affaire a una “cacería de la extrema derecha” y ya puesta en harina bien podría haber alegado otra causa cual “la guerra de Putin”, cuando la democracia lo que exige es que personajes como la implicada desaparezcan del mapa político, den cuentas de sus delitos ante los tribunales, cumplan sus condenas y si te he visto no me acuerdo.
Finalmente, cabe una reflexión (puestos a reflexionar tal como propuga el Teleñeco, Ximo Puig), acerca del silencio de los corderos que ante este caso (amén de los perpetrados en las Islas Baleares y otros de cuyo nombre no me acuerdo, que diría Don Miguel de Cervantes Saavedra) guardan las feministas lagarto, lideradas por la Ministra de Igualdad, Irene Montero, indigente intelectual donde las haya, y toda su tropa de fieles esbirras, que ante su lema de defender a la mujer y a la infancia, guardan un sepulcral silencio, quizás teniendo en cuenta con quien nos estamos jugando los cuartos que, a la postre y al fin y al cabo, son uña de su misma carne. ¿Para cuándo una investigación neutral y verdadera para sacar a la luz estos trampantojos que corroen los cimientos no ya de la democracia, sino de cualquier civilización que se declare acorde con la defensa de los Derechos Humanos? Mucho me temo que esta película no se rodará, porque de hacerlo lo que rodarían serían las cabezas de tantos desalmados, depravados, pervertidos y criminales que asientan sus posaderas en poltronas institucionales.
Y una última reflexión, ¿qué tienen las izquierdas, la simple y la compuesta, que desde que se levantan hasta que se acuestan están dándole vueltas a todo lo relacionado con las pichas y los coños, pensando siempre en los derechos de bragueta y el sopicaldo penevulvar a los que se refiere regularmente Juan Manuel de Prada? ¿Intentan abrir la compuerta y dar rienda suelta a una pederastia sin freno sideral? Deberían reflexionar y hacérselo ver, por su bien y por el bien de todos los ciudadanos.
MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ.
22 de Junio de 2.022