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Una verdadera democracia

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 13 de julio de 2022, 00:17h

No se llamen a engaño, no me refiero a este proyecto de lo que por democracia denominamos en este País, aún hoy, a duras penas, llamado España, pese a que nuestro Ordenamiento Jurídico lo presida la Constitución de 27 de Diciembre de 1.978 y al emblemático contenido del punto 1. del Artículo 1, de su texto, según el cual “España se constituye en un estado social y democrático de Derecho que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.”, texto literal, como el resto del articulado de la misma, que en teoría sí configuran un verdadero Estado de Derecho, Democrático y Social, pero cuando bajamos a la pura y auténtica realidad, nos encontramos, y con un mayor énfasis ahora, bajo el totalitarismo del Sanchismo (ese PSOE irreconocible, enfangado y corrompido bajo los dicterios del hoy Presidente del Retroprogresista Criminal Gobierno de España, el Pseudo-Doctor-Sánchez, sin que nadie dentro del Partido ose toserle ni contravenirle en cuestión alguna, porque aquí sí sigue vigente la proclama del otrora Vicepresidente del Gobierno de España, Alfonso Guerra, según la cual “el que se mueve no sale en la foto”, por lo que los llamados Barones de este desnortado partido, prácticamente desaparecido de sus principios ideológicos, no mueven un dedo, aunque, bajo este Gobierno, se estén conculcando todas las leyes habidas y por haber en este país, incluso promulgando leyes contra natura, como la que otorga a Bildu la redacción del relato acerca de la Transición Española, poniendo fecha a la terminación de la etapa franquista en 1.983, año en que ya llevaba desde 1.982 gobernando el PSOE de Felipe González, por la sencilla razón de que por ahí aparecieron los GAL, ejecutando el terrorismo de Estado y como si éste no fuera comparable al terrorismo etarra que causó la muerte de cerca de 900 compatriotas, inocentes, y por el solo hecho de pertenecer a las fuerzas armadas del Estado y ocupar plaza en la política contraria a los designios de los verdugos, amén de las víctimas colaterales, ciudadanos de a pie, incluidos niños, y con más de 400 de esos crímenes aún por esclarecer, y sin que los mismos, incluido el “hombre de paz”, según Zapatero, Arnaldo Otegui, condenado en su día por pertenencia a esa banda terrorista, y que, para mayor inri y escarnio, será el que dirija el relato, a fin de blanquear definitivamente a los etarras, machacar a las víctimas, directas e indirectas, de tan abominables atentados, y a día de hoy, aún no han manifestado el más mínimo arrepentimiento por sus execrables crímenes), que tras la conformación de ese Gobierno, denominado Frankestein, se ha dedicado a ir dinamitando, por a poco, todas las instituciones del Estado, no con la finalidad de hacer más llevadera la vida de los españoles, verdaderos detentadores de la voluntad popular, sino solamente con la aviesa, temeraria y criminal intención, de perpertuarse (buscará, seguramente, batir el récor del Generalísimo de los Ejércitos, Don Francisco Franco Bahamonde) en el Poder Pinochón (recordemos, un Falcón para él y su señora y otro para sus napias, que ya dan varias vueltas a la tierra, por lo que necesita para su transporte una escuadrilla de Falcons), y consiguientemente, poder seguir cagando en La Moncloa, y ahora con unos humos henchidos, ya que, por fin, tras suplicar como un condenado a muerte por su vida, ha logrado la foto junto al Presidente de los United States of América, Joe Biden, en la pasada cumbre de la OTAN en Madrid, pasando a la historia aquella persecución por los pasillos de Bruselas, como un perro faldero, al lado del mismo, sin que éste le mirara una sola vez, ni le hablara, aunque se vendió aquella infamante escena como un logro de nuestro prohombre, en cuyos dos minutos escasos que duró ese paseíllo y persecución, según las fuentes monclovitas, siempre dispuestas a defender a su señor y a confundir, con mentiras, a los españoles, hablaron de lo divino y lo humano, sin que se entienda que este episodio, si tan exitoso resultó, fuera el que a Iván Redondo le hiciera acreedor a la patada en el antifonario y a su salida echado leches del Gobierno del Pseudo-Doctor, el cual no perdona un fallo , si ese fallo le afecta a él personalmente. Y como necesita a la chusma y a la morralla parlamentaria para, repito, poder seguir cagando en La Moncloa (que es a la postre lo único que le interesa a este sinvergüenza), traicionando a las víctimas del terrorismo y a la memoria del mártir Miguel-Ángel Blanco, le ha dado la llave para la reescritura de nuestra reciente historia a los asesinos de aquéllas y de éste, que extienden los tentáculos del franquismo hasta 1.983, cuando el Generalísimo de los Ejércitos falleció en 1.975, dándole pábulo a una resurrección de Don Francisco, que de haberse producido de verdad habría que haber visto a tanto impresentable y malparido tomar las de San Diego. Y es que el deterioro de nuestras instituciones y el ánimo que se infunde a tanto delincuente, trae las consecuencias, tales como la ocurrida el pasado día 7 de este mes y año, en Pamplona, donde tras la procesión del patrón de la ciudad, San Fermín, un grupo criminal de abertzales se arrojó como una jauría de lobos sobre la corporación de la Capital Navarra, por cierto de UPN, y que si no los lincharon fue por la intervención de la Policía Municipal, resultando heridos de diversa consideración tres agentes de la misma, quizás, sea esto un milagro más que añadir al curriculum de San Fermín, porque poco faltó para que ocurriera una desgracia con víctimas mortales, algaradas de este tipo que parecen derivarse de la deriva del Sanchismo, que si pudiera, Dios no lo quiera, acabaría con cualquiera que se enfrente a sus dislates, sean miembros de la oposición o del pueblo llano, a la manera como se actúa en las republicas bananeras, tipo la Venezuela de Maduro, o la Cuba de los Castro, donde a los opositores o se les encierra en la cárcel y se les somete a torturas, o, simplemente, se los cargan, y a otra cosa mariposa. No es esta alocución un invento del que escribe estas letras, pues recordemos cómo recientemente en un vis a vis en el Senado, entre el Pseudo-Doctor-Sánchez y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, aquél puso blanco sobre negro, al manifestar, a las claras y sin tapujos, que la oposición no hace otra cosa que “estorbar, estorbar y estorbar”, y no hay que ser un Premio Nobel, ni tener un coeficiente intelectual muy alto, para comprender el significado de tal expresión, es decir, “Vds, sobran”, a la manera como al Fhúrer, Adolf Hitler, le estorbaban los judíos y ya sabemos por la historia (estas páginas no se borrarán de los libros de la misma, como sí se hará respecto del genocidio de mas de 100 millones de personas llevado a cabo por el comunismo-marxismo-leninismo-estalinismo) la solución final que corrieron los “estorbantes”, gaseados en los distintos campos de concentración al uso.

Pues bien, esa verdadera democracia a que se refiere el título del presente artículo, es la británica, tan verdadera y asumida como la norteamericana, y cuya última prueba, la hemos constatado con la dimisión o renuncia, que tanto monta, monta tanto (Isabel como Fernando), del Primer Ministro Británico, Boris Johnson, por átense los machos, “mentir” en sede parlamentaria, y no por la presión de la oposición (el Partido Laborista), que también, sino por la decisión de los propios parlamentarios de su partido (el Conservador) “los Tories”, cosa impensable en nuestro país, donde, como he indicado anteriormente, los barones cierran filas con el Sanchismo y se someten a los dicterios dictatoriales y totalitarios del sátrapa español, por miedo a perder el chollo de su poltrona, desde la que, al parecer, el trinque y la apropiación indebida y la dilapidación de caudales públicos se hace más asequible, renunciando, para dentro, a sus principios, si es que los tuvieron alguna vez, con tal de seguir en el machito y aunque España y los Españoles enfilen el camino hacia la pobreza, la miseria y la ruina. Se ha visto, y quien no lo haya visto, es que es ciego o se lo hace, cómo los resortes constitucionales dentro del país británico funcionan a la perfección, siendo el inicio de esta estrepitosa aventura y caída del Premier a la investigación que se llevó a cabo sobre sus fiestas, durante la pandemia, en el número “10 de Donwning Street”, que Boris negó en todos los ámbitos, siendo el principio del fin de este llamado “partygate”, término acuñado para referirse al escándalo de las fiestas celebradas, en el lugar antedicho, vulnerando las estrictas restricciones decretadas por el mismo con motivo de la pandemia del coronavirus. Algo impensable en este País, repito, aun hoy, a duras penas, llamado España, porque cuántas no pocas fiestas se han celebrado y se celebran en La Mareta o en Doñana por nuestro eximio Pseudo-Doctor-Sánchez, quizás alguna durante ese período de pandemia, y durante el confinamiento, y lo apunto como una especulación, digna de investigar y estudiar.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

13 de Julio de 2.022

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