Según el texto de las mismas, recogido por Europa Press, la Consejería recuerda que el proceso de evaluación "se encuentra íntimamente relacionado con el proceso de aprendizaje por competencias, integradas en los elementos curriculares y vinculadas a una renovación constante de la práctica docente".
Es por ello que se proponen unos planteamientos metodológicos "innovadores y nuevos enfoques en el aprendizaje y en la evaluación, que han de provocar un importante cambio en las tareas que debe resolver el alumnado".
El profesorado en el caso de Educación Infantil se convierte "en eje fundamental", pues debe ser capaz de crear en el aula un ambiente que invite a investigar, a aprender, a realizar tareas o situaciones de aprendizaje que posibiliten la resolución de problemas, la aplicación de los conocimientos aprendidos y la promoción de la actividad de los niños y niñas.
El papel del docente es ser guía o acompañante del alumnado, dejando de ser el protagonista del aprendizaje, para pasar a ser mediador entre el alumnado y el aprendizaje.
La Orden que regula la evaluación en la etapa de Educación Primaria explica que la evaluación debe entenderse como un proceso continuo, sistemático y con valor formativo.
"No se trata de limitarse a medir los resultados, sino de acompañar la evolución del alumnado mediante el uso de las herramientas e instrumentos de evaluación". Es por ello que, al final de la etapa, se medirá el grado de adquisición de las competencias correspondientes que un alumno o alumna ha conseguido.
FACILITAR LA EMPLEABILIDAD
El texto de la Orden que regula la evaluación en la etapa de Educación Secundaria Obligatoria detalla que el "reconocimiento de la diversidad es el primer paso hacia el desarrollo de una estructura educativa que contemple distintas trayectorias y facilite la empleabilidad, estimule el espíritu emprendedor y garantice al alumnado la permanencia en el sistema educativo, ofreciendo mayores posibilidades para su desarrollo personal y profesional.
La propuesta del consejo orientador, que se presenta a las familias, informa del grado del logro de los objetivos y de adquisición de las competencias correspondientes e introduce una propuesta para que el alumno o alumna pueda seguir el itinerario más adecuado, que incluye, en su caso, la posibilidad de incorporarse a un Programa de Diversificación Curricular o a un Ciclo Formativo de Grado Básico.
Finalmente, la Orden que regula la evaluación en Bachillerato en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, recoge que la evaluación del proceso de aprendizaje de este alumnado será continua y diferenciada según las distintas materias e implicar un seguimiento permanente por parte del profesorado, con la aplicación de diferentes procedimientos de evaluación en el proceso de aprendizaje.