Toda la semana pasada, desde el chupinazo dado desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona, dando inicio a las fiestas en honor al patrón de la Ciudad, San Fermín, hemos asistido a los encierros, cada día, de los toros de la ganadería, cuyos ejemplares habían de ser lidiados en el coso pamplonica.
Que no sé yo, si más que encierro para los astados, deberían devenir, más bien, en un desencierro o liberación o, más acorde con la jerga taurina, a la suelta de los cornúpetas, para trotar y correr vías urbanas mediante, especialmente las conocidas “Mercaderes” y “Estafeta”, hasta un nuevo encierro en los corrales de la Plaza Monumental de toros de la capital, todo ello arropado y adornado, gratuitamente, por los miles de lanzados, en muchos casos, insensatos, que se avienen a acompañar, bien delante, bien detrás, o lateralmente, a la manada que corre desconcertada tras los mansos, que son los que les van indicando el camino a seguir, aunque alguna vez, no pocas, surge la sorpresa de un adelantado o, normalmente, un rezagado, que suele crear el pánico entre la masa despavorida.
Pues bien, las fiestas en loor y honor de San Fermín, como todo en esta vida, llegó a su fin, con el tradicional canto del “Pobre de mí”, emplazándose para lo mismo cara al año que viene.
Otro encierro al que, voluntariamente, se ha sometido el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha sido el derivado de lo que, en realidad, resultó un eufemismo, llamado DEBATE entre los líderes de los dos grandes partidos, PP y PSOE, aspirantes a ocupar o, en su caso, okupar, La Moncloa, y que tuvo lugar el pasado lunes, 10 de este mes y año, y al que más que encierro habría que llamar encerrona, para el líder del PP, a la que accedió, eso sí voluntariamente, aunque ajeno a esos dos pillastres (Ana Pastor y Vicente Vallés), que se las saben todas, que actuaron como moderadores y que parecían más unos colaboradores del Pseudo-Doctor-Sánchez, alias “Pinochón” que, ahora, quiere quitarse la etiqueta de “mentiroso compulsivo”, con la agravante de “nocturnidad y alevosía”, tratando de hacernos comulgar con ruedas de molino, en su defensa de que él no miente, sino que cambia de opinión, sin darse cuenta de que en el Diccionario de Refranes existe uno muy claro y contundente, según el cual “antes se pilla a un mentiroso, que a un cojo” (por ejemplo, que él nunca ha pactado con Bildu, a la que niega más veces que San Pedro negó a Jesucristo, y así hasta la saciedad o la infinitud), adobando sus explicaciones con esa cara de cordero degollado que pone, e incluso, de santo mártir, virgen e inmaculado, queriendo dar la vuelta a la alfombra, mas han sido y siguen siendo tan numerosas, mendaces y escandalosas sus mentiras, que habría para escribir un tratado, que, habiendo sido tan clamorosas, claras y contundentes todas ellas, no puede ahora tratar de que la ciudadanía trague carros y carretas y crea, lo que nos quiere hacer creer el Pseudo-Doctor-Sánchez, que “donde dije digo, digo Diego”.
Y poniendo de relieve, una vez más, la arrogancia, la soberbia, la vanidad, el engreimiento y la suficiencia (dicen que el Presidente se habría encerrado en La Moncloa, el fin de semana anterior para preparar el debate, lo que no es creíble en base a los epítetos antedichos, en un personaje casi de “cómic”, que se considera sobrado para afrontar cualquier evento), el sanchista número 1, o sea, el creador del “Sanchismo”, aunque ahora lo niegue y atribuya esa asignación a un contubernio o confabulación de la “extrema derecha y la derecha extrema” junto a medios afines a las mismas, para desestabilizarle, la impresión que dió usía, como los malos estudiantes, es que, en verdad, no había estudiado ni preparado “res de res”, que dicen los catalanes, tan amigos del interfecto, creyendo que su encuentro con Alberto Núñez Feijóo, era pan comido para el “León de La Moncloa” y que éste, con su solo saber estar y su apolínea figura, acabaría en un pis pas con su oponente, a quien dejaría herido de muerte para los restos. Pero, héte aquí, que a quien dejaría creyó un manso y sumiso oponente, se rebeló como un sosegado, reposado y tranquilo contrario, un miura educado, que, a base de datos fue haciendo doblar la rodilla y la cerviz al inefable, desmontando toda su pretendida artillería, amén de marrullería, con sus continuas interrupciones, dentro del turno del pepero, nervioso, acongojado y también, en ocasiones, angustiado e histérico Presidente, que cayó de bruces sobre la lona del cuadrilátero por KO técnico, con su fallida estrategia, si es que tuvo alguna creíble, de recordar el pasado (poco le faltó para mentar a Franco) y olvidándose, de que si existe una “extrema derecha y una derecha extrema”, él ha pactado con todo el arco parlamentario de la “extrema izquierda y la izquierda extrema”, incluidos separatistas, golpistas y filoetarras, sin sonrojarse, amén de haber convulsionado el marco constitucional, con los indultos a los golpistas catalanes, la rebaja de la malversación a medida de los malversadores, nombramientos arbitrarios, desprestigiando las instituciones públicas y constitucionales, cuando no conculcando el propio Ordenamiento Jurídico, siendo, acaso, su logro más importante y trascendente, la aprobación de la Ley estrella, de una estrellada a consecuencia de la misma, la Ministra de Igualdad, Irene Montero, a la que han apartado, como una apestada, sus propios compañeros de partido y de Ejecutivo, cuando, en realidad, todos los miembros de éste, sin excepción, son responsables del bodrio, es decir, la conocida Ley del “sólo sí es sí”, que según el interfecto iba a ser ejemplo para el mundo mundial, y que ha puesto en la calle a violadores y pederastas y rebajado las penas a infinidad de ellos, con la agravante, tras poner a parir y caer de un burro, a Jueces y Magistrados, de que su modificación se ha llevado a cabo gracias a la concurrencia del Partido Popular y de Vox, ya que los propios autores materiales del engendro se llamaron andana, y con un punto que ha pasado desapercibido o se ha intentado hacerlo de tal, cual fue la ausencia del propio Pseudo-Doctor-Sánchez del hemiciclo del Congreso de los Diputados, el día en que se votó y se aprobó, gracias a los partidos (de “extrema derecha y derecha extrema”, según la nomenclatura del propio “Pinochón”), lo que debería haber llevado al PP a ordenar no votar la modificación o ausentarse del hemiciclo, tal como hizo el principal responsable de la tropelía, por ser el Presidente del Gobierno, y aún más, ni las gracias le fueron dadas a Feijóo, por parte de aquél o por parte del melifluo Portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Patxi López, tan lenguaraz como falto de razón en tantas ocasiones (recordemos su mutismo también ante la confesión llevada a cabo en el debate de los Portavoces, por ERC, Rufián, descubriendo de polvo y lodo, que a los indultos de los golpistas catalanes le obligaron ellos). Pero ya sabemos, que Alberto Núñez Feijóo, es de los que siguen, al menos en este punto, la norma evangélica de poner la otra mejilla, cuando de dan una leche, llevando a cuestas toda una procesión de desaires, acusaciones, insultos y demás propio de la baja estofa de quien los profiere, por lo que bien podríamos decir que lleva más cardenales en su cuerpo, que cardenales se reúnen en el cónclave en el Vaticano, para proceder a la elección de un nuevo Papa.
Y es que, Alberto Núñez Feijóo tiene tanta aversión al aceite de ricino, como a VOX, como heredero del maricomplejísmo atávico y connatural al PP, si no, no se entiende, si es que lo ha dicho, como declara Juan-Carlos Girauta en un artículo en el Diario “ABC”, del día 17 de este mes y año: “Vox no es un buen socio, me siento más cercano a Page, si necesito veinte escaños voy a hablar con el PSOE”, con lo que cumpliría su deseo y sueño de abrirse de patas ante el PSOE, para que le sigan ninguneando y cardenalizando. Parece que disfruta como una novicia en trance de entrar en el convento, creyendo, a estas alturas, que las ranas crían pelo.
MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ
19 de Julio de 2.023
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