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AUNQUE DUELA

La hora de la verdad

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 23 de agosto de 2023, 05:08h
Esto es lo que expresa cuando el torero, tras la faena hecha al morlaco, cambia el estoque de madera por el de acero, para entrar a matar: ¡Ahí llega la hora de la verdad! Si el matador remata la faena con una estoconazo hasta la bola, a veces media estocada basta, si es que ha quedado en buen sitio, o de lo contrario, el maestro quedará al descubierto de sus argucias y sus cualidades, y tendrá que, cabizbajo, volver a entrar a matar y así hasta que consiga que el toro doble, o, quizás, ver desde su sitio privilegiado, cómo al animal lo devuelven a los corrales tras los cabestros, al tercer aviso.

Pues bien, la hora de la verdad ha llegado ya a este país, aún hoy, a duras penas, llamado España, ante el espectáculo dantesco que nos ofrece a diario, el Pseudo-Doctor-Sánchez, que ve cómo se le clarífica el camino para repetir en La Moncloa, con toda su cohorte de corifeos, acólitos, adláteres, paniaguados y mamandurrieros, que le ensalzan hasta la saciedad y ven cómo está cerca de que puedan seguir chupando de las tetas del Estado, a costa del pueblo español que, al menos, en su mitad, contempla atónito y como despertando de un mal sueño, que un cabecilla de un Golpe de Estado, esté a punto de acomodarse de nuevo en la Presidencia del Gobierno, con el ánimo de aniquilar a esa mitad que no le ha votado y no se haya genuflexado ante el sátrapa, tirano, dictador y déspota que no tiene en su mente sino seguir zahiriendo al pueblo español en general, al propio Estado de Derecho, dirigiendo sus dicterios hacia la destrucción del país, Constitución Española mediante, pasándosela por el arco del triunfo y dispuesto a superar, como hacen los deportistas, sus propios récords, cuyo listón lo marca la llamada Ley del Sí es Sí, la cual por sus nefastas consecuencias, hubiera bastado para dirigir contra el mismo y todo su Retroprogresista Criminal Gobierno de España, una acción penal que diera con sus huesos en la trena y no por pocos años.

Ahora, envalentonado con los resultados de las elecciones fraudulentas (por la fecha de la cita, por esa nacionalización masiva de latinoamericanos llevada a cabo en los Consulados de España, con ese dubitativo voto por correo, y otras muchas artimañas, como el acaparamiento de los medios de comunicación y la infección dolosa, a través de ellos, de una gran mayoría del pueblo español), se ve cómo se acerca su momento de dar el Golpe definitivo, la consumación de un Golpe de Estado, que acabará con la libertad y los derechos de los ciudadanos, atentando pura y directamente contra los principios fundamentales sobre los que se asienta el Estado Español y consagrados en la Constitución de 1.978, cuales son fundamentalmente el principio de Unidad íntegra territorial del suelo patrio (estando dispuesto a llevar a cabo lo que ya ha ofrecido a los independentistas, la autodeterminación de Cataluña y el País Vasco, y por qué no, también a Navarra y a Galicia, pongo por caso, o, incluso, al Madrigal de las Altas Torres), a la desaparición de la seguridad jurídica (con esa pretendida amnistía para delincuentes de alto riesgo, cuales fueron los que intervinieron en el Golpe de Estado frustrado, en 2.017, a cuenta de la declaración de la Independencia de Cataluña), a doblar el pulso al Poder Judicial (por cierto ya bastante deteriorado y a punto de claudicar, acabando con la independencia de los tres Poderes, el Ejecutivo, el Legislativo y el propio Judicial, trayendo a Carles Puigdemont bajo palio y meándose encima del Juez Llarena y de todo aquel que contradiga su voluntad) y así unas tras otra hasta alcanzar la victoria final, que no será sino la derrota del Constitucionalismo, del Ordenamiento Jurídico y, especialmente, de la Constitución, la cual podrá ser quemada impunemente en público, tal como se consiente ya la quema de la bandera española y de la fotografía del Rey Felipe VI, sin que nadie mueva ni un dedo, ni una ceja o un ápice para acabar con esta barbarie, y que conducirá inexorablemente al pueblo español a la ruina y a la miseria.

Y los hechos están probados y, además, son tozudos, pues si como pregona el propio “Pinochón” y sus huestes clientelares, tiene amarrada la mayoría absoluta para repetir como Presidente del Gobierno de España, en base a la conformación de una segunda edición del “Gobierno Frankestein” o “Frankestein II), con el apoyo de Bildu, Junts per Cat, ERC y BNG, que abiertamente propugnan un referéndum para la autoderminación, o sea, hablando claramente, con la segregación del territorio español, la independencia de lo segregado, la amnistía para todos los encausados a cuenta del Golpe de Estado del 1-0 en Cataluña y sobre todo un Gobierno contra más de media España, poniendo a España en una tesitura semejante a la del año 1.936, que motivó el Alzamiento del Generalísimo de los Ejércitos, no constituyen, sino por su propia naturaleza, la consumación de un Golpe de Estado en toda regla, el cual debe ser impedido por el Rey de España, Don Felipe VI, Jefe del Estado Español y, además, Jefe Supremo de los tres Ejércitos, Tierra, Mar y Aire, en ejercicio de su obligación y facultad a la vez, como símbolo de la unidad y permanencia del Estado, de arbitrar y moderar el funcionamiento regular de las instituciones, de conformidad con el artículo 56.1 de la Constitución Española.
¿Cómo puede y debe intervenir el Rey en esta tesitura de peligro infernal para la unidad de la patria y el bienestar general de los españoles, en pos del interés general y el bien común? Podríamos señalar dos formas:
Primera: No dando su placet para formar Gobierno a Pinochón (que a fuer de todo lo sucedido en la legislatura finiquitada debiera ser juzgado y condenado por sus tropelías), y si no quiere decirlo alto y claro, por el peligro de involución y golpista que se deriva de su acción hasta el día de la fecha y la que se avecina con sus promesas a Bildu, ERC, BNG, y Junts per Cat, tiene a su favor la coartada que éstos partidos le ponen a huevo al negarse a acudir a la ronda de consultas que, constitucionalmente corresponda, y, por tanto, ser ajeno a las intenciones expresamente declaradas ante el Monarca por esta patulea de partidos, no bastándole la manifestación de contrario por parte del Pseudo-Doctor-Sánchez, alias Pinochón, o sea, por mentir más que Pinocho y, por tanto, carecer de credibilidad en todos sus niveles.

Segunda: Seguir el ejemplo marcado por el Presidente de la República Italiana Sergio Mattarella, que nombró Primer Ministro, para sacar a Italia del pozo en que había caído, al expresidente del BCE, Mario Draghi, sin pasar por las urnas, y a cuyas órdenes se puso el Gobierno salido de éstas, debiendo designar como salvador, a una persona independiente, avalada por su trabajo serio y formal, con resultados constatados y contrastados y a ser posible, de nacionalidad no española, bien pudiera ser el mismo Draghi o un alemán, y una vez con el navío de España fuera a la deriva, convocar elecciones generales.

Y no soy el único que insta a su Majestad a que se deje de memeces y de hacer el canelo, pues como expresa Carmen Lomana, el sábado 12 pasado, en el Diario “La Razón”, “El Rey tiene la obligación de mojarse”, añadiendo que “Los españoles estamos asustados e indignados y nuestro Rey es nuestra esperanza” y “Usted tiene que demostrar a los españoles que está para algo más que para hacerse fotos” y todo ello en concordancia, con la solemne declaración que su Majestad hizo el 3 de Octubre de 2.017 y que recoge, el viernes 18 pasado, en el mismo Diario “La Razón”, Emilio de Diego: “estamos viviendo -dijo- momentos muy graves para nuestra vida democrática…ante esta situación de extrema gravedad…al conjunto de los españoles, que viven en desasosiego y tristeza, les transmito un mensaje de tranquilidad, de confianza y también de esperanza…para subrayar, el firme compromiso de la corona con la Constitución y con la democracia… mi deber como Rey con la unidad y permanencia de España”.

Es la hora de la verdad, la hora de pasar de las palabras a los hechos (sírvale de ejemplo la intervención de su padre, el Rey Emérito, Don JUAN-CARLOS, a propósito del intento de Golpe de Estado del 23-F), y si le tiemplan las piernas, si sigue en su calzonacismo, si sigue haciendo el Don Tancredo y le deja hacer a Sánchez, más vale que vaya preparando las maletas, porque tendrá que exiliarse como su padre, el Rey Emérito Don Juan-Carlos (al que por cierto, Vd, le obligó a salir del país), como su abuelo, Don Juan, y como su bisabuelo, Alfonso XIII, y olvídese del reinado de su hija, la Princesa, Doña Leonor.

España y los Españoles esperan de Vd. el do de pecho.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ
23 de Agosto de 2.023
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