No hay solución

Ante los acontecimientos que van sucediendo, entrelazados entre sí, como se entrelazan las cerezas en una cesta, y si hacemos uso de nuestra inteligencia (facultad cada vez más escasa en las mentes falaces de una masa cretinizada, que ni piensa ni se inmuta y calla como si le hubieren cortado la lengua), llegaremos a la conclusión de que lo que acontece en este país, aun hoy, a duras penas, llamado España, en esa deriva hacia el caos, la confusión y la hecatombe total, no tiene solución, pues nos estamos dejando llevar por los dicterios y la propaganda fatua y falaz de unos gobernantes que, con sus andanzas por el camino del mal, no tienen otra finalidad que destruir la Nación Española y, con ella, a la inmensa mayoría de los Españoles, incluidos todos esos corifeos, acólitos, adláteres, paniaguados y mamandurrieros, que pastan en los prados del poder, que comulgan con ruedas de molino, que tragan carros y carretas y que creen que los burros vuelan, y que, cuando ya no sean necesarios para servir a la causa de su señor, igualmente serán abandonados y lanzados a la hoguera, a la indigencia, a la miseria y a la pobreza, junto con el resto de ciudadanos.
No hay que ser muy espabilado para llegar a la conclusión de que llevamos ese camino recto y sin curvas, directo hacia la eclosión de un volcán que se está alimentando día sí y otro también de mugre y basura, que tendrá consecuencias más graves que la erupción del Volcán de La Palma, y que, incluso, los bombardeos que de Gaza a Israel y de Israel a Gaza, están sembrando la destrucción de todo lo que pillan por medio.
Un empujoncito más lo hemos podido comprobar en el pasado debate territorial celebrado en el Senado, en el que el Presidente de la Generalitat Catalana, Pere Aragonés, poco menos que se meó o se cagó en todos los Senadores allí reunidos y por corriente eléctrica derivada de ellos en España y en todos los Españoles. No sé muy bien el trasfondo de tal aquelarre, pero el mismo propició la comparecencia de un zapador y descortés, amén de maleducado y grosero personaje que se rió de España y de los Españoles y que, en primera persona, les tomó el pelo a cuantos allí estaban presentes. Yo, desde luego, de haber sido el Presidente del Senado este pájaro no hubiera tenido la oportunidad de intervenir, y ya que se le permitió y lo hizo, de allí no se hubiera ido sin un par de hostias bien dadas y escoltado por dos Agentes de la Policía Nacional derechito a Carabanchel. Porque lo que hizo esta mugre de personaje no fue sino alentar un Golpe de Estado, en toda regla, tal como el que llevó a cabo su antecesor, Carles Puigdemont, en la Sede del Parlamento Catalán el 1 de octubre de 2.017 y análogo al que intentó perpetrar Tejero el 23F, en este caso en la Sede del Congreso de los Diputados, y todos sabemos las consecuencias para sus autores que tuvieron estos dos últimos.
Y es que, no se puede permitir que un personajillo, como hemos dicho, decortés, sin educación, más bien un maleducado, se ría de España y de los Españoles en la Sede de una Institución como lo es el Senado Español, con la monserga de la amnistía y de la autodeterminación, propuestas que conllevan la desigualdad de todos los españoles ante la ley, el derribo de la separación de poderes y la ruptura de la unidad territorial del País, todos ellos principios constitucionales recogidos en nuestra Constitución, aún vigente, de 1.978, tomando las de Villadiego cuando terminó, largándose sin decir siquiera “adiós”, sin esperar a escuchar a los demás presentes, tras proclamar en sus diez minutos de intervención el típico monólogo de quien, sabiendo que la propuesta es un castillo de naipes, puso de manifiesto su cobardía para enfrentarse a la verdad. Y es que, la propuesta independentista (no diré catalana, porque hay una inmensa mayoría de catalanes que aún conservan ese “seny”, esa sensatez y ese sentido común que siempre se predicó de quienes quieren “la pela” para sus alforjas, en ese dicho, según el cual, “Barcelona es bona, si la bolsa sona”), no es sino un verdadero y auténtico nuevo Golpe de Estado, asumido por el Retroprogresista Criminal Gobierno de España, en el que campan los rufianes más que en la época del bandolerismo andaluz de Sierra Morena y de los ERE, y ya parece que algunos empiezan a hablar claro, al respecto, como el Senador del PP, en esa sesión, Antonio Silván, que declara en el Diario “ABC” del domingo 22, de este mes y año, “Estamos viendo un golpe de Estado dirigido desde Waterloo”.
Y la guinda puesta a este irremedio, nos la proporcionó su Majestad el Rey de España, Felipe VI, en su intervención en los Premios Princesa Leonor, en la lectura de su discurso (algún pelota, de cuyo nombre no me acuerdo, ni me esforzaré por acordarme, un mea a pilas y un lameculos, dejó caer que “el Rey, cada vez lee mejor”), con esa frase, llevada a primera plana de todos los Diarios (en un aborregado y pastueño rebaño ovejuno), todos a una como en Fuenteovejuna, el día siguiente, de que “las soluciones a los problemas de España llegará a través de la unidad, nunca de la división”, en la que nuestros arúspices más sagaces creyeron ver un hostión a la autodeterminación catalana, que, si bien, lo fuera o no, como quieren hacernos creer, lo cierto es que ahí queda para las hemerotecas y sin que de tal declaración se derive nada concreto dirigido a frenar la fragmentación del territorio español, si no va seguida de hechos y acciones concretas contra tal pretensión, porque, a los dos o tres días de que Puigdemont, lanzara su órdago de proclamar unilateralmente la Independencia de Cataluña, el propio Monarca compareció para echarles una bronca, mas, ¿Qué fue de ello?, porque ahora consciente de las pretensiones secesionistas, ha tenido la cobardía de encargar al Pseudo-Doctor-Sánchez, la formación de Gobierno, a sabiendas, de una parte, de que no tenía la mayoría suficiente para ello, y, de otra, que caso de conseguir esa mayoría suficiente, lo sería con el beneplácito de PNV, ERC, Junts, BNG, EH-Bildu y a lo mejor Coalición Canaria (si le dan a Fernando Clavijo, lo que pide), todos ellos partidarios de la Ruptura territorial de España y que, además, en su inmensa mayoría, ni siquiera fueron a la recepción para tal fin al Palacio de la Zarzuela, ninguneando al propio Monarca, por lo que de llevarse a cabo la pretensión sediciosa preparada, el propio Monarca sería cómplice y un factor sine qua non, de la vorágine, convertida en “dana”, que arrasará España, sin olvidar la propia connivencia de la Unión Europea, que mira para otro lado ante la propuesta golpista en un Estado miembro.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ
25 de octubre de 2.023