Cualquier analista neutral, en uso de su honrosa profesión, sujeta a la veracidad, a la moral y a la realidad, a estas alturas y viendo lo que está sucediendo en este País, aún hoy, a duras penas, llamado España, debería estar al borde del suicidio o, cuanto menos, rasgarse las vestiduras, al observar la placidez con que tragamos los sucesos que acaecen, día a día, y cada vez con mayor desgarro del intestino constitucional, poniendo de relieve un estómago dispuesto a tragar cuantos sapos, como digo, a diario, se vierten desde las altas estancias de la gobernación de la Nación, sin tregua ni cuartel, dando lugar a una indigestión de caballo, pero que, a lo que parece, nos los tragamos y aguantamos como verdaderos santos dignos de la mayor santidad, incluidos los medios de comunicación, adictos a las singladuras del poder (que loan de una manera vil, obscena y despreciable las hazañas del Pseudo-Doctor-Sánchez y de todas las salpicaduras que proceden de su Retroprogresista Criminal Gobierno de España y de toda esa caterva infernal de conmilitones, corifeos, acólitos, adláteres, paniaguados y mamandurrieros que pacen en los prados del poder, llenando la barriga hasta el punto de estallarles, sometidos a los dicterios de aquél, ¡y pobre del que no aplauda las ocurrencias del mismo!, poniéndose en la posición de decúbito supino y felices de que por detrás les den por la retambufa, suplicando una más detrás de otra, lamiendo el culo, cuando no el ojete, a quien desde lo alto distribuye las prebendas, las bicocas, las sinecuras, las bagatelas, los momios, las canonjías y cualquier boquete por el que chupar del erario público, y de las que viven y gracias a ellas subsisten, porque de dejar de recibirlas, morirían de inanición en el margen de cualquier río, pues son personajes incapaces de buscar su subsistencia por sí mismos, porque, entre otras cosas, jamás en la vida han dado un palo al agua, amén de que son incapaces de desplegar una actividad en el ámbito particular y privado, al constituir esa caterva engrosada por los más ineptos e inútiles, o sea, por los realmente acreedores al título de los más tontos del culo que uno imaginar pueda) y tan no adictos o simplemente contrarios superlativos a las hordas marxistas-leninistas-estalinistas (que, incumpliendo su función y razón de ser fundamentales, esconden la cabeza bajo el ala, como los avestruces, les tiemblan las piernas y asienten y consienten, con unas tragaderas dignas de figurar en el libro Guinnes de los Récords, toda la bazofia, mierda y porquería que se vomita desde las altas instancias del poder, todo por no ser relegados y desprovistos de un plato de lentejas, que más tarde que temprano, incluso, les será negado, cuando el proyecto del Pseudo-Doctor-Sánchez, tome cuerpo y convierta a España en un país bananero, tipo la Venezuela de Maduro, la Nicaragua de Ortega o la Cuba de los Castro).
Por estos derroteros, aniquilada cualquier oposición a los designios de grandeza del mayor criminal de Estado que ha dado esta Nación, ¡y mira que los ha habido! lleguen a puerto, y será entonces cuando como se profetiza en el Evangelio, llegará el momento del llanto y el crujir de dientes, pues no podrá rebobinarse la película sin más, si no es que lo fuera con un enfrentamiento, nuevamente fratricida y con derramamiento de sangre. O sea, que este panorama, que está en la mente de todos, pero que todos callan, disimulando y silbando, como si con ninguno o nadie fuera la cosa, acabará tomando cuerpo, tal como ya lo ha tomado la alineación de los Españoles, en aquellas dos Españas a las que se refería, no solo en su coetaneidad, sino con miras de futuro, cual arúspice se tratara, nuestro inmortal poeta Antonio Machado. Así que ya, desde este instante y momento, la línea separadora, la raya roja entre una España y la otra, está trazada sobre el mapa del territorio de la piel de toro. Y veremos, de estar más quietos que la momia de Tutankamon, que los hechos van a precipitarse de una manera insoslayable e imparable, arrasando todo lo que sea necesario para llegar a este punto, y todo ello, a pesar de los pesares, con consentimiento, más bien explícito que implícito, que también, por parte de la Unión Europea, o sea, de “Uropa”, o séase, de la UE, que timoratamente está adoptando la misma actitud que adoptó, con consecuencias devastadoras, terribles y monstruosas, en la Europa de los años 30 del siglo pasado, que acabó originando la guerra más infernal que recoge la Historia, la Segunda Guerra Mundial, que si bien cabe achacarla como principal y primer responsable al Fürer, Adólf Hitler, estuvo arropada y prácticamente aceptada e incentivada por los magnates de los países europeos de la época, que dejaron hacer, con manos libres, e incluso glorificar, las “hazañas” de quien, además llevó a cabo el genocidio del pueblo hebreo, al que, por cierto, ahora, los mismos europeos, principalmente nuestra joya de Presidente, quieren conducirlos a un segundo genocidio, al culparles de la matanza indiscriminada de, sobre todo, “niños” (que ya nos imaginamos lo que les importan a estos mafiosos gerifaltes europeos, la suerte de los niños, sean éstos u otros), obviando y ocultando y silenciando, la razón que les asiste a los israelíes de atacar, hasta si fuera posible, exterminar, a la cédula criminal y terrorista de Hamás, que perpetró el bastardo atentado de principios de Octubre sobre suelo hebreo, asesinando a más de 1.800 pacíficos ciudadanos de Israel, degollando y decapitando a 40 o 50 niños (éstos también supongo que serán merecedores de las lágrimas de tanto papanatas e imbéciles que cierran los ojos ante éstos), extirpando de las embarazadas a sus fetos, abriéndoles el vientre a pelo y cortándoles los senos y descuartizándolas, violando antes incluso a sus víctimas reiteradamente, en un aquelarre que ni en la mente de Aníbal Létter hubiera sido albergado, con la desvergüenza de que tanto los organismos internacionales (tan preocupados por el medio ambiente) y ONGS de todo pelaje, guardan silencio, minimizando agresiones sexuales denunciadas, al menos 1.500, por la autoridades israelíes, todo lo cual justifica la acción de represalia de Israel sobre Gaza, hasta no dejar piedra sobre piedra, tal como hizo Dios sobre las ciudades de Sodoma y Gomorra.
Ahora, en nuestro país, asistimos a un espectáculo, pornográfico en sentido político, cual es que se está dejando hacer y deshacer, sin límite ni contención, a un psicópata, a un loco de atar, que ha mutado al PSOE en una Secta, en la que pacen una serie de trastornados y dementes, que aplauden, sin límite, los atropellos y los delitos de su líder, el Pseudo-Doctor-Sánchez, y cuyo horizonte es destruir España, conduciéndola hacia la miseria, el hambre y la pobreza, hacia la sumisión sin rechistar de los ciudadanos españoles, convertidos en una masa de carne con ojos, incluso yo diría, que sin ojos, en una piara de cerdos contentos con retozar en el estiércol y en la basura de sus propias heces, satisfechos con el sopicaldo penevulvar que les es ofrecido, y a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.
Y añadiéndole salsa al espectáculo nuestro ínclito Presidente de la Comunidad de Castilla La Mancha, don Emiliano García-Page, queriendo nadar y guardar la ropa, tirando la piedra y escondiendo la mano, se mete en un laberinto del que no tiene salida tire por donde tire, pues recientemente ha manifestado que él de ser diputado nacional hubiera renunciado antes de votar “Sí” a Sánchez, mientras defiende que los parlamentarios de Castilla La Mancha no rompieran la disciplina de voto en la sesión de investidura: “Un diputado puede discrepar de una opinión en el grupo parlamentario, pero si en el grupo se decide por mayoría, democráticamente, una posición hay que aceptarla. Hay que ser demócrata antes que de izquierdas o de derechas”, todo lo cual es un contrasentido, porque de seguir esta filosofía debería haber instado a los parlamentarios de Castilla La Mancha que hubieran renunciado a su escaño antes que votar a favor del Pseudo-Doctor. O sea, que quiere lavarse la cara, pero cuanto más lo intenta, más negra, más bien roja, se le queda.
Y más todavía, cuando quizás el único y último resorte legal, para parar este tsunami de mierda y decrepitación, me refiero, una vez más, a nuestro actual Monarca, Felipe VI, éste nos sale por peteneras, incumpliendo reiteradamente su función primordial que le es imputada por la propia Constitución Española, vía artículo 56.1 “El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, …”. ARBITRA Y MODERA EL FUNCIONAMIENTO REGULAR DE LAS INSTITUCIONES. ¿Qué quiere decir esto? ¿Que se limite a leer lo que le escriben sus esbirros, previa censura del propio Gobierno de la Nación? ¿Que ponga cara de carnero cornudo el día de la toma de posesión del nuevo Gobierno de la Nación? ¿Que ponga cara de cabreado en el discurso de la apertura de la nueva legislatura? Desde luego, si este es el papel del Rey, tienen razón quienes piden su eliminación, a cuya voz yo también me uno. Pues como ya tengo dicho, para leer un papel escrito por otro u otros, basta un niño que sepa leer y para poner esos caretos, mejor contratar a un mimo. Pero mientras, claro, la prensa y demás medios de comunicación, adictos o no, al sanchismo, cogen el rábano por las hojas, estaremos siempre en el portal de salida. Así, la TRECE, resaltaba con algarabía que su Majestad había mencionado en este último discurso en la apertura de la nueva legislatura, hasta nueve veces, la palabra “Constitución”; o el Diario “La Razón”: “Una España sólida y unida. Felipe VI ofrece una lección de neutralidad” (¿Cuándo va a mover ficha? ¿cuándo ya no haya vuelta atrás?; el Diario “La Tribuna”: “El Rey mira hacia el futuro…”: ¿pero qué futuro nos espera si no da un golpe de mano y hace valer la razón de su existencia? Ahora es hora de mirar al presente para que ese futuro pueda llegar y no se nos escamotee por una panda de golpistas y delincuentes; el Diario “El Mundo”: “Estamos obligados a legar una España sólida y unida”, cuando ante sus propios ojos se está preparando el Golpe de Estado, que desgajará unos buenos trozos de la tarta que constituye España; el Diario “ABC”: “El Rey reclama una España unida tras el muro trazado por Sánchez”, “El Rey pide una España sólida, unida y sin divisiones” o el comentarista de este último Diario, Ignacio Camacho: “El gesto es el mensaje. El semblante del Rey dice mucho más que sus palabras. Hay que decodificarlo desde la semiótica, no desde la semántica” y se quedó, dicen, más ancho que largo: menudo parto, seguramente que al séptimo día, como Dios al crear el mundo, descansó. O sea, que el Rey hablaba en sudoku, en arameo o en jeroglífico egipcio y habrá que contar con un grupo de expertos en semiótica, arúspices y augures, que ante las vísceras de un becerro ofrecido en sacrificio, nos expliquen en romance paladino qué quiso decir y qué no su Majestad. Desde luego que, con estos meapilas, turiferarios y calzonazos, habrá que descartar cualquier solución que salve a España y a los Españoles.
Por último, Majestad, si de verdad tiene usía lo que hay que tener entre las piernas (lo que se conoce como cojones, o huevos o pelotas), e incide en su apatía y abulia, va a quedar como Cagancho en Almagro. Y vuelvo a repetir el dicho de Edmund Burke: “Para que triunfe el mal, solo es preciso que los hombres de bien no hagan nada”. Y en esas estamos.
MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ
6 de Diciembre de 2.023
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