Por ejemplo, se estima que el consumidor promedio actualiza su celular cada 15 meses, es decir, menos de un año y medio. Según Kaquu Componentes, distribuidor de repuestos para smartphones, con la reparación de componentes de los dispositivos móviles se puede llegar a multiplicar por tres su vida útil, e incluso podría prolongarse más si no fuera por las limitaciones que impone el software.
¿Qué consecuencias tiene renovar el smartphone cada dos años?
Son muchos los usuarios que cambian de celular en periodos cortos de tiempo, incluso adquiriendo un nuevo dispositivo en menos de dos años desde la adquisición del anterior. Esta práctica tiene una serie de consecuencias negativas, entre las que podemos destacar:
Consumo de recursos
Cambiar de dispositivo móvil cada poco tiempo hace que la industria de fabricación de móviles tenga una alta actividad, lo que implica un gasto de recursos masivo, pues son millones de personas en todo el mundo las que cambian constantemente de celular.
Desde la extracción en las minas de los materiales necesarios para la fabricación de componentes, pasando por los distintos procesos industriales, hasta la logística, transporte y embalaje, el ciclo de fabricación de un smartphone consume una gran cantidad de recursos y genera mucha contaminación.
La renovación del celular cada dos años implica contribuir al deterioro del medioambiente y al consumo de recursos que empiezan a escasear. La reparación y el reciclaje de estos dispositivos móviles es una solución óptima para minimizar su impacto negativo en el entorno (se reduce la demanda de recursos y se disminuyen las emisiones contaminantes).
Generación de desechos
Cuando se sustituye un smartphone en menos de dos años, se está generando un residuo que es innecesario, pues se trata de un dispositivo aún muy eficiente para su uso en el día a día.
Además, la mayoría de usuarios no revende, recicla o cede su celular antiguo, por lo que está almacenando un producto que en unos años será obsoleto y difícilmente tendrá un segundo uso.
Incremento del gasto
Comprar un celular nuevo lleva aparejado un gasto que, en la mayoría de los casos, suele ser bastante elevado (sobre todo si el cambio se realiza por terminales de gama media o alta).
La tecnología avanza rápidamente, pero no siempre hay cambios significativos en cada generación de smartphone que aparece en el mercado, por lo que renovar con demasiada frecuencia resulta en un gasto innecesario, que pone en peligro la estabilidad financiera de algunas personas.
Cambiar de celular es tentador debido a las nuevas prestaciones que ofrecen los nuevos modelos que salen al mercado constantemente. Sin embargo, no existe una necesidad real de cambiar de dispositivo móvil cada dos años, y con alternativas como la compra de repuestos y los servicios de reparación, estos dispositivos pueden tener una vida útil mucho más larga.
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