Asevera que "probablemente es el momento más degradado" de la política "en lo que llevamos de democracia", ya que está "francamente muy mal".
A preguntas de los medios desde Barcelona, ha apuntado que esta inercia "no lleva a ningún sitio" y "es la expresión de que realmente esta etapa es de absoluto caos político".
Lamenta en este punto el "exceso de frentismo que conduce a no darle importancia a lo que se hace, sino a quién lo hace".
"Sobra mucho fanatismo, sobra frentismo y sobra. Es muy lamentable y muy deprimente. La crispación no deja de ser sino una parte del problema. Pero hay una decidida voluntad de jugar al frentismo y esto no funciona en ningún sitio", ha afirmado.
Sobre su forma de hacer política, ha indicaod que no le tiene miedo a las "políticas duras", y aunque él es "firme" en sus opiniones, siempre habla con "respeto". "Nunca me voy a meter en el terreno personal. Sólo pediría que aunque quieran dar voces y decir tonterías, que no vayan al terreno personal".