Los hechos se denunciaron el pasado mes de junio, cuando la instalación sufrió un robo con fuerza consistente en la sustracción de diverso material metálico, concretamente aluminio y cobre, según ha informado la propia Guardia Civil por nota de prensa.
Tras este hecho el Instituto Armado puso en marcha la que es denominada Operación Romael con la finalidad de detener al supuesto autor de los robos, así como recuperar el material.
Al trascurrir un mes se vuelven a producir dos robos en la misma subestación eléctrica, con tan solo cinco días de diferencia, tras lo que se consiguen recabar los primeros indicios e identificar el vehículo que podría ser el medio en el que almacenan los materiales sustraídos y donde se trasladan para su posterior venta en el mercado negro, identificando posteriormente también a su propietario.
En un nuevo dispositivo, se observó finalmente como de manera in fraganti, el investigado atravesó un camino con su vehículo, cortó una valla exterior y se introdujo en una nueva subestación eléctrica, esta vez situada en la provincia de Toledo.
Tras varios minutos los agentes observaron cómo introducía algo en su vehículo, por lo que tras reanudar la marcha se le identificó y se procedió a realizar una inspección ocular del coche, encontrando un total de 34 piezas metálicas.
Se trataba de piezas de conexión de vías de corriente de seccionadores por un valor aproximado de 34.000 euros.
Por estos hechos se ha procedido a la detención de este varón, al que se le atribuyen un total de cinco delitos de robo con fuerza en las cosas, siendo las diligencias y el detenido puestos a disposición de los Juzgados de Manzanares.