de Don Victoriano Navarro. Cientos de personas, en medio de un clima de emoción indescriptible el Obispo de la Diócesis de Albacete, Ciriaco Benavente, consideró al sacerdote fallecido un maestro de la palabra
Don Ciriaco Benavente ofició la ceremonia religiosa de funeral ante el cuerpo de Navarro Asín. Durante la tarde-noche y mañana fueron miles personas las que pasaron para dar el último adíos a su "párroco", La misa oficiada por el obispo de la diocesis, fue acompañada por mas de cincuenta sacerdotes llegados de toda la provincia. El templo se encontraba abarrotado de hellineros, así como amigos y conocidos llegados de La Roda, Chinchilla y Almansa.
El Obispo, se refirió al Párroco de La Asunción como “un hellínero más” que supo familiarizarse con las tradiciones del municipio, sobre todo, las relacionadas con la Virgen del Rosario o la Semana Santa, al reconocer su ilusión al poner en marcha la Escuela Cofrade:”se nos ha marchado el padre, pastor, compañero y amigo”. Benavente celebró, en medio de la pérdida, que el fallecido, “ejemplo de serenidad, entrega y dedicación, ya se encuentra en paz, y junto a su Señor”, tras reivindicar públicamente el cariño inmenso de todos los hellineros hacia Don Victoriano desde que en 1988 llegó a Hellín: “qué Jesucristo os recompense esa gratitud y cariño”.
En nombre de todos los religiosos que se dieron cita intervino Francisco Genestal, quien recordó a Navarro como una persona que, en el último año y medio, “supo aprender a dejarse acompañar, aunque siempre tomando iniciativas”.
Una persona, como su voz, firme, segura, paciente y, en ocasiones, definitiva. Era la palabra de Don Victoriano. Pero también ensalzó su mirada quieta, mostrando extrañeza, perplejidad y duda acerca de si se estaría equivocando o no. Pero ante sus ojos veáis desfilar las sensaciones de incertidumbres que nos acompañan a todos”. Genestal destacó la visión de la muerte de Navarro Asín, sobre todo, a la hora de reconfortar a las personas que enterraban a familiares o amigos, con su voz firme, segura, pero cercana”.
El ex Párroco de San Roque destacó que Victoriano fue una persona “que facilitó los encuentros, siempre a favor de la comunicación y de la apertura de caminos para crear espacios de comunión”.
En nombre de la familia intervino su hermano José Navarro, que tuvo palabras de, agradecimiento "desde el corazón" de manera sincera por el cariño de los hellineros hacia el Párroco, tras comprobar desde que llegó desde Alicante-sonde reside- a la Iglesia de La Asunción y comprobar las innumerables muestras de cariño recibidas.
Recordó que su hermano era una persona que “dejaba huella positiva” por donde pasaba", y aunque enumeró los destinos sacerdotales en Almansa, Chinchilla o La Roda confesó que en Hellín había vivido grandes momentos abrazando la leyenda que escribió en los recordatorios con los que, tan sólo 23 años, ofició su primera misa: “Señor, en tu nombre echaré las redes”.
La nota de humor para liberar tantas tensiones acumuladas la puso el propio Pepe Navarro ya que, ante los problemas iniciales que dio la megafonía, aseguró que Don Victoriano “manejaba mucho mejor la tecnología que los actuales maestros de ceremonias”.
Como acto final alguno de los sacerdotes se dirigieron al féretro, arropado con una casulla del propio Navarro, que sacaron, en medio de una cerrada ovación, hasta el coche fúnebre que aguardaba en la Plaza de la Iglesia, con rumbo al Cementerio DE Hellin, donde reposan los restos de este, almanseño, nombrado hellinero Adoptivo el año 2000.
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