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Tintos de verano

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 05 de agosto de 2015, 03:10h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

1.- No pintamos ‘na’ o caerse del guindo

El pasado 13 de Julio del corriente año se procedió en Bruselas, en la reunión que mantuvieron los Ministros de Economía del llamado Eurogrupo, a la votación para el nombramiento de Presidente de dicho Eurogrupo, cargo al que aspiraban el holandés Jeroen Dijsselbloem, actual Presidente, que ambicionaba la reelección, y el Ministro de Economía  y Competitividad del Gobierno de España, Luis de Guindos, resultando reelegido el holandés, lo que supuso un serio revés para Mariano Rajoy Brey y su Gobierno, que habían puesto todas sus esperanzas en De Guindos, para lo que movieron poco más o menos que el cielo y la tierra para asegurarse este cargo, un nuevo fracaso estrepitoso (que se inició al principio de la  legislatura con la pérdida de un puesto, en el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo), una nueva contrariedad para el Gobierno del Partido Popular, que se las prometía muy felices y creía que el nombramiento de nuestro Ministro era pan comido, cosa hecha, y por cuyo objetivo nuestro Presidente del Gobierno luchó hasta la extenuación, implicándose personalmente en esta tarea, presumiendo de que la decisión estaba tomada a favor de su Ministro, en connivencia con Ángela Merkel, y creyendo que la elección de Luis de Guindos supondría un reconocimiento a los esfuerzos en reformas y ajustes realizados por España en los años de Gobierno de Don Mariano, a los dictados, todo hay que decirlo, disciplinado y obediente, el alumno aventajado, el primero de la clase, de la nueva Káiser de Europa, Ángela Merkel. Y como siempre nos suele ocurrir a los españoles, que nos consideramos los mejores y los más simpáticos, los más guapos,  y dando por hecho dicho nombramiento en la persona de Luis de Guindos, la decepción y el varapalo sufridos aún lo son en mayor medida y con mayores tintes de desastre: y así se infería de la propia cara del interfecto que era todo un poema, a punto de saltársele las lágrimas, tras conocer este nuevo descalabro o frustración. Y, asimismo, como siempre, los españoles, tan quijotescos donde los hayan, empezamos a echarle la culpa al mensajero o al primero que pasaba por allí, a fin de justificar tan monumental y descomunal descalabro,  y así, en un principio, señalaron a Grecia con el dedo acusador de culpable de nuestro mal y tomándoselo muy a pecho, como ocurrió con el Diario “La Razón”, según el cual “Grecia deja a España sin el Eurogrupo al votar contra De Guindos”; y a renglón seguido, arremeter contra el PSOE por boca del portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando (que, por cierto, siempre pone de relieve una cara de ascos, propia de las embarazadas) para quien el PSOE, desde el primer momento se dedicó a frenar la designación de nuestro Ministro de Economía, al igual que hizo con Cañete (¡¡¡Ay, Cañete!!!) cuando éste aspiraba a ser Comisario relevante de la Comisión Europea, acusándole de boicotear la candidatura española a la Presidencia del Eurogrupo. Y la última, ha sido encontrar como culpable al primer ministro francés, Manuel Valls, quien, dicen, no cumplió las buenas palabras que dio a nuestro  excelso Rey Felipe VI sobre el apoyo al español para este cargo, y muestra de lo que dolió este batacazo y fiasco, son las críticas de un miembro del Gobierno próximo a Rajoy, dicen, en el sentido de que “no es lo que dijo Valls al Rey, esto no se hace y tomamos nota, no lo vamos a olvidar”, pareciendo olvidar, valga la redundancia, este miembro del Gobierno que en la diplomacia, por lo general, todo son buenas palabras y mejores promesas, algo así como el contenido de los programas electorales, y que en dicho terreno hay que ir con más tiento y cuidado que el marido de regresa a casa a altas horas de la noche para que no lo pille su señora. En fin, si eran 19 los votos y, según dicen, aunque era secreto, obtuvo 10 el holandés y 9 el español, no es el voto de Grecia o el de Francia el que decantara la balanza a favor de Jeroen, sino uno tras otro hasta sumar diez, aunque hay quien dice que el varapalo aún fue mayor (se habla de 12 votos contra 7) y que esa victoria pírrica del holandés se airea para consuelo de los desconsolados De Guindos y Mariano Rajoy Brey, como queriendo dar a entender que la derrota se produjo de penalty injusto y en el último segundo del partido.

En definitiva que, por mucho que se esfuerce nuestro Presidente del Gobierno de España y crea que es alguien en Europa, los hechos, que son tozudos, demuestran lo contrario y, una vez más, España se queda relegada y sin cargos de peso político en Europa, suponiendo este, como he dicho anteriormente, el segundo gran revés del Gobierno de Rajoy en Europa, tras perder, en 2.012, un sillón en el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo. Recordemos que el Sr. Rodríguez Zapatero, pese a su estulticia e indolencia, a base de insistir, consiguió una silla en el G-20.

Por otra parte, ¿por qué tanto cabreo y tristeza por este revés? ¿No estamos de acuerdo en que Europa es una unidad de solidaridad, justicia y libertad y que todos los estados miembros de este insigne club, nos queremos y nos amamos hasta la extenuación? Por ello, si esto fuera cierto, no habría que lamentar este traspiés, antes al contrario, pues, tanto Jeroen Dijsselbloem como Luis de Guindos se supone que debieran ejercer el cargo con total transparencia, justicia, independencia, ecuanimidad, imparcialidad, equidad, etc., o ¿es que se dedicarían a acercar las ascuas a sus sardinas, dejando las sardinas de los demás miembros al pairo?.

No hay que olvidar el preámbulo del fracasado (y nunca mejor dicho)  tratado por el que se establece una Constitución para Europa, que, entre otras grandilocuencias y perlas dispone que Europa: se propone avanzar en la senda de la civilización, el progreso y la prosperidad por el bien de todos sus habitantes sin olvidar a los más débiles y desfavorecidos; obrar el pro de la paz, la justicia y la solidaridad en el mundo; forjar un destino común; y que “unida en la diversidad” brinda las mejores posibilidades de proseguir, respetando los derechos de todos y conscientes de su responsabilidad para con las generaciones futuras y la Tierra, la gran aventura que hace de ella un espacio privilegiado para la esperanza humana.

Poco más o menos nos recuerda y parece sacado de su guión, que nos encontramos ante la película protagonizada por Charlton Heston “El Planeta de los Simios”....

MIGUEL ÁNGEL VICENTE MARTÍNEZ

 5 DE AGOSTO 2.015

 

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