Pasan los días, las semanas, los meses, los años, desde 1.996, al menos, y la Plaza Virgen de los Llanos, la Plaza dedicada a la Patrona de Albacete, Nuestra Señora la Virgen de los Llanos y también al Patrón de la ciudad San Juan Evangelista, por asentarse en dicha plaza la Catedral del mismo nombre, languidece ante la pasividad y la actitud indolente y vergonzante de la autoridad municipal competente, que se llama andana y que mira, como en tantos otros asuntos, para otro lado, sin importarle el grandísimo perjuicio que esta dejadez causa, no solo a los vecinos de la zona, sino a la ciudad en general.
Si damos una vuelta, a lo que invito a los ciudadanos de la Capital, por la susodicha Plaza, constatarán el estado de abandono tercermundista a que la misma es sometida, pareciendo encontrarse uno en el centro del Bronx Neoyorquino, y ello, repito, con la connivencia y la complacencia, cuando no con el aliento, de nuestros munícipes, con el Equipo de Gobierno a la cabeza.
No sé yo, si los propietarios de los locales comerciales recayentes a dicha Plaza deberían declararse en huelga respecto del pago del Impuesto sobre Bienes Inmuebles de Naturaleza Urbana, el IBI, como vulgarmente se le conoce, pues la contraprestación a cambio de su pago casi millonario, es dejar en manos de los bastardos vándalos su deterioro paulatino, sin que nadie al respecto parezca querer mover un dedo ni medio, para hacer de dicha plaza un espacio resplandeciente y de convivencia social, dada la naturaleza y ubicación de la misma.
En realidad, se ha llamado en numerosísimas ocasiones a la Policía Local, reclamando sobre los monopatinadores y los grafiteros, pero, o bien porque tengan orden de no hacer nada o por su propia dejadez o atonía (pues el que suscribe ha sido testigo directo de que en alguna ocasión la unidad que ha acudido a instar a los patinadores a dejar de hacerlo, se ha despedido de los mismos con “un lo siento”) la cuestión no se resuelve, sino que se agrava, habiéndose convertido, incluso, dicha Plaza en Albergue de porreros y gandules, de esos que ni estudian ni trabajan, pero que permanecen casi todo el día asentados en la misma, dando el coñazo y ofreciendo un panorama de dicha plaza lamentable y tercer mundista.
Denuncias al Juzgado, a la Policía Local, incluso a la Nacional, no sirven sino para aumentar la bilirrubina de los vecinos de dicha Plaza, que observan, atónitos, cómo se le consiente a esta chusma que campe por sus respetos, sin que la normativa legal, léase, Ordenanza Cívica, se le aplique y caiga sobre sus cabezas.
Los escasos turistas que osan dejarse caer por la Plaza que nos ocupa, en visita a la Catedral de San Juan, patrón, asimismo, de la Ciudad, observarán con estupor el estado semirruinoso, material y moral, por el estado de la misma, y se preguntarán si es que no hay autoridad alguna en la ciudad y se echarán las manos a la cabeza y se llevarán un recuerdo de la Nueva York de la Mancha, tal como José Martínez Ruiz “Azorín” llamara a la Capital Manchega, de ineptitud e incapacidad de quienes tienen la obligación de velar por el orden, la seguridad, la convivencia pacífica y el ornato de la Ciudad.
Contrasta esta desidia con la admiración que el primer munícipe de la capital pone de manifiesto cada 7 de septiembre en la apertura de La Feria Albaceteña, asiendo la imagen de Nuestra Señora la Virgen de los Llanos, con avaricia, como si se la quisieran quitar otros, lo que no se compadece con la actitud ante la situación en la Plaza dedicada a la misma, o bien, ese acto de amor y humildad, lo sea fingido y falso, buscando solamente la fotografía.
Desde la Concejalía de Medio Ambiente, de vez en vez, se ha publicitado en la prensa local las multas impuestas a botelloneros, a quienes miccionan en la vía pública, a los propietarios de perros, por no recoger los excrementos de sus canes o por el simple hecho de pisar el césped, etc.. Pero jamás de los jamases hemos constatado la imposición de multas a monopatinadores o grafiteros, que parecen tener licencia municipal a la manera como se le concedió al propietario de Local chaflán a las calles Marqués de Molíns y Concepción, para desgajar las rejas de sus diez ventanales, cometiendo una tropelía urbanística de gran calado.
Como se ve, cuando se quiere, se puede, aunque haya que saltarse la ley a la torera o pasársela por el forro, con tal de dar goce y placer a un “por ser vos quien sois”. Pero cuando se trata de ciudadanos de a pie, y con todas las de la ley a su favor, allá se las compongan y que se apañen como puedan, poniendo al límite su paciencia, la cual perdida en un caso extremo bien pudiera dar lugar a hechos de los que luego haya que arrepentirse, y no quiero mentar los que son; entonces, será cuando la incompetente autoridad municipal se embarcará en el llanto y el crujir de dientes y se rasgará las vestiduras.
Pero aquí lo principal es la foto, aunque sea viendo cómo doblan el espinazo los miembros de la cuadrilla rápida, con una sonrisa de oreja a oreja, mientras los deberes y las obligaciones de nuestros munícipes duermen el sueño de los justos, sin darse cuenta de que la autoridad municipal está para algo más que para ir de fiesta y para hacerse fotos placenteras.
Esperemos que los responsables municipales de todas las categorías tomen nota de una puñetera vez y antes de irse de vacaciones den una solución y dejen resuelto el problema que se expone, pues esta asignatura la tienen pendiente desde el año 1.996 como he expuesto al principio y me parece que ya va siendo hora de que hagan los deberes, que trabajen, que estudien para de una vez aprobar esta asignatura al día de la fecha pendiente.
MIGUEL ÁNGEL VICENTE MARTÍNEZ
6 DE JULIO 2016