De los latinos se dicen que son coquetos. Unos dandy. Los datos de consumo de productos de belleza y cosmética vienen a dar la razón a este tópico tan mediterráneo. Y es que cada español se gastó en 2016 de media 139 euros en productos cosméticos y de perfumería, según datos de Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) que engloba la mayoría de las empresas y multinacionales del sector a nivel nacional.
Nos situamos así por encima de la media de la Unión Europea que se sitúa en los 120 euros. De los países de nuestro entorno, los españoles somos los que más presupuesto dedicamos al consumo de productos de belleza y moda. Sin embargo, no todos los registros aumentan, ya que el consumo de servicios en establecimientos profesionales ha caído.
Fuentes del sector achacan este descenso en la actividad al incremento de costes y precios que ha impuesto la subida del IVA a los salones de belleza. Así las cosas, en el sector se muestran cautos pero seguros de que estos datos son coyunturales, ya que el resto de índices de la economía doméstica demuestran que la demanda está aumentando por mor de una bajada generalizada de algunos productos básicos y de las energías.
Sesiones de belleza en casa, en alza
Entre los productos que más consume el español relacionado con la imagen, junto con la moda, se encuentran la cosmética de color y la perfumería. El primero registra un aumento del 8 por ciento en su consumo, alcanzando los 694 millones de euros de negocio generado; los perfumes, por su parte, aumentan un 4,05 por ciento, suponiendo más de 1.200 millones de euros.
Y es que los españoles adquieren más productos para el cuidado personal de la imagen, pero acuden menos a los profesionales, siendo la opción de realizarse los tratamientos en casa uno mismo cada vez más habitual.
Desde sectores como los centros de estética reconocen que el nivel de demanda de algunos servicios complementarios como la reducción de grasas ha descendido drásticamente. En contraste, los distribuidores de máquinas de cavitación afirman que sus ventas no se han resentido, ya que han abierto la venta de aparatos de cavitación a los particulares, quienes deciden realizar este tipo de tratamientos de cavitacion en casa.
La cavitación estética consiste en la aplicación de descargas ultrasónica en las zonas donde se ha acumulado la grasa para su eliminación. Los especialistas insisten en que si bien es un tratamiento de lipoescultura no agresivo que requiere la presencia de profesionales cualificados, los avances técnicos han derivado en la aparición en el mercado de potentes instrumentos de cavitación que permiten a los pacientes, siempre bajo la supervisión médica, realizar el tratamiento en casa sin necesidad de acudir a los centros hospitalarios.
Desde las asociaciones profesionales remarcan que el uso de este tipo de aparatos puede ayudar como complemento para las dietas de eliminación de sobrepeso o el seguimiento posterior tras un tratamiento quirúrgico, pero en ningún caso sustituirlo.
Los especialistas explican que el perfil de usuario de este tipo de tratamientos responde al de mujer de mediana edad, soltera o divorciada, que espera recuperar la forma perdida de sus años de juventud porque siente que está en lo mejor de la vida para volver a lucir bikinis o trikinis. Y es que si bien se siguen demandando bañadores de mujer al estilo tradicional, la mujer de hoy en día se siente más segura de su cuerpo y de sí misma.
A pesar de que siguen latentes los estereotipos de las modelos delgadas como referentes de la belleza femenina, lo cierto es que las curvilíneas resultan hoy más atractivas. Ello ha sido gracias a la visibilidad que desde la publicidad y el mundo de la moda se ha dado a la belleza real más allá de los estereotipos que pueblan las pasarelas.
Las líderes de opinión a nivel de imagen de la mujer de hoy son chicas y mujeres como cualquiera de ellas que les muestran trucos reales en cuerpos similares a los suyos. Los productores de productos de belleza y cosmética han interpretado esta nueva tendencia social y ya ofrecen productos neutros.