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Dormir del tirón es posible

Dormir del tirón es posible
martes 19 de diciembre de 2017, 10:57h

 

Dormir del tirón es posible

El ritmo de vida actual que nos obliga a compaginar largas jornadas de trabajo, con las obligaciones propias del hogar y dejar algún tiempo para el ocio hace que siempre optemos por robarle el tiempo a nuestras horas de sueño.

Este hábito, ya de por sí no es que sea precisamente saludable, pues son necesarias al menos 8 horas de sueño al día para los adultos, pero aún más grave que dormir poco es dormir mal, con continuos despertares que imposibilitan el descanso profundo necesario para que nuestro organismo funcione correctamente. Después de una noche dando vueltas, nuestra salud, estado de ánimo y productividad se ven gravemente afectados y deteriorados

Hay una serie de hábitos saludables que pueden acabar con tus problemas a la hora de dormir adecuadamente y tener un sueño reparador, pero si aún siguiéndolos no consiguieras los resultados esperados, es decir, dormir del tirón, debes acudir a un especialista por si estuvieses sufriendo un trastorno del sueño grave.

                Hábitos saludables para dormir mejor

Empecemos por lo más elemental, para dormir bien y del tirón necesitamos colchones de calidad, como los que puedes comprar colchones en TopDormitorios. Aquí encontrarás el mejor colchón para descansar adecuadamente junto con una almohada apropiada. Por el precio, ni te preocupes, esta web tiene los mejores precios en relación calidad de todo el mercado.

Sigamos a continuación eliminando de raíz, el principal causante hoy día del mal sueño. Y es que, en la era del progreso, la tecnología es uno de los mayores problemas a la hora de dormir. Nada de aparatos tecnológicos, no te lleves el móvil, la tablet o cualquier tipo de pantalla al dormitorio.

Debes saber que la exposición a esa luz azul que irradian los smartphones y tablets trastorna nuestros niveles de melatonina, la hormona que nos ayuda precisamente a conciliar el sueño. Para hacernos una idea de lo que significa esta exposición constante y a deshoras a estos hipnóticos dispositivos, señalamos que para nuestro organismo el efecto no es muy distinto al de exponerse a la luz del sol, con lo que los ciclos que regulan la respuesta al día y a la noche se desajustan y no nos dejan dormir.

Otro hábito que debemos cumplir a raja tabla: nada de cafeína al menos ocho horas antes de acostarnos. Si te parece excesivo, debes saber que ese es el tiempo exacto que necesita nuestro cuerpo para eliminar la cafeína de una taza de café. Así que si te quieres tomar uno justo después de comer para evitar la somnolencia del almuerzo, adelante, pero evítalo para merendar.

Con el alcohol ocurre lo mismo, hay que evitarlo en las horas antes de irse a dormir. Aunque en este caso produce somnolencia, afecta negativamente en la calidad del sueño, pues de lo que se trata no es solo de dormir, sino de hacerlo de un tirón y conseguir un sueño reparador. Está ampliamente demostrado que altera el ciclo REM y nos impide llegar a un sueño profundo. Si además padecemos problemas respiratorios, aunque de carácter leve, como ronquidos, la ingesta de alcohol los potenciará.

La rutina también es importante a la hora de dormir. Respetar, en la medida de lo posible, las horas en las que nos acostamos y despertamos mejora la regulación del sueño. Si no es estrictamente necesario, como los trabajos por turnos, o salvo casos excepcionales por ocio o diversión, deberíamos evitar cambios de más en nu8estra media semanal y recuperar el ritmo habitual cuanto antes.

Por último, nada de mirar la hora ni el reloj. Si estás en tensión porque no te quedas dormido y empiezas a agobiarte mirando el reloj y dando vueltas no harás más que empeorar la situación. Así que lo mejor es que, si pasados 20 minutos de acostarte no has conseguido dormirte, dejes de intentarlo para no generarte ansiedad e intenta realizar actividades relajantes y sedantes, como leer, hacer crucigramas o sudokus.  

Insistimos en algo que, en principio puede parecer difícil, pero hay que tratar de evitar a toda costa el obsesionarse con la hora. Para ello lo mejor es ser conscientes de que la calidad de nuestro descanso influye más que el poder llegar a conciliar un sueño profundo y prolongado. Así nos lo explica Jennifer L. Martin, especialista del sueño de la Universidad de California: "La gente empieza a pensar, ¿cuántas horas quedan antes de que me toque levantarme? Esto genera mucha ansiedad. No puedes dormir estando nervioso, y tampoco puedes dormir si estás elucubrando".

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