su preocupación ante la escasa previsión de cosecha de uva de variedad Bobal en La Manchuela conquense y albaceteña debido a la marchitez fisiológica y a la sequía.
Según ha informado esta organización agraria en nota de prensa, esta fisiopatía --que daña únicamente a esta variedad-- se ha convertido en un auténtico problema para los viticultores, ya que "puede destruir total o parcialmente las inflorescencias", causando "verdaderos estragos".
Por ello, UPA ha advertido de la "disminución importante" que sufrirán las parcelas de viñedo de la variedad Bobal, lo que unido a la "acuciante sequía", puede provocar "una disminución alarmante de la producción para este año y que la planta quede muy mermada para el año siguiente, dado que la marchitez fisiológica no solo afecta a los racimos sino también a los pámpanos".
La variedad Bobal es la predominante en las comarcas de la Manchuela conquense y albaceteña --supera en estas provincias más de la mitad de la producción total-- y esta organización agraria teme que las cooperativas y bodegas de la comarca sufran una disminución importante en su producción de vino con respecto a un año normal.
Asimismo, a esta bajada importante de la producción ocasionada por la marchitez fisiológica, UPA considera que habrá que añadir la pérdida importante que ocasionará la sequía, "que en estas dos comarcas empieza a ser preocupante". "Hasta la fecha no se veía que el viñedo estuviese afectado pero es a partir de ahora, con el engorde del grano de uva, cuando empezarán a notarse sus efectos", han afirmado desde UPA.
Además, según esta organización, la problemática este año es "aún mayor dado que, aunque la adversidad climatológica podría estar cubierta por el sistema actual de seguros agrarios, la bajada de apoyo de las distintas administraciones ha provocado un aumento del precio del seguro contratado; y esto unido a una bajada en los precios de la uva en la última campaña, ha provocado que el índice de contratación de seguro sea bajo en estas comarcas".
Por ello, UPA ha insistido en la necesidad de contratar el seguro agrario, pues "es la única herramienta que tienen los agricultores frente a estas adversidades", y ha recordado que las partes implicadas en el sistema actual de seguros "deben ser conscientes de la problemática actual del sector y de que una disminución de sus apoyos supone la no tramitación de cientos de pólizas".
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