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La ciudadanía impone el sentido común a la Concejalía de Deportes

Por Juan Antonio Belmonte
lunes 07 de julio de 2014, 09:45h
Juan Antonio Belmonte
Juan Antonio Belmonte

No habrá Centro Deportivo privado en el Paseo de la Cuba

Probablemente, como consecuencia de la presión de los Grupos Municipales en la oposición, la campaña de información y recogida de firmas en contra organizada por el Comité de Empresa y los trabajadores del IMD, las protestas de la Asociación de Gimnasios Privados y las dudas que generaba la iniciativa entre la mayoría de representantes de la FAVA, finalmente han hecho desistir al Equipo de Gobierno Municipal del PP del tan innecesario como inoportuno proyecto de construcción de un Centro Deportivo y de Ocio privado en terrenos municipales, junto a la piscina del Paseo de la cuba.

Si hace tan solo unos días, en el marco del Debate sobre el Estado del Municipio, se aprobó una resolución conjunta de los tres grupos municipales, que literalmente recoge "Que el Ayuntamiento de Albacete inicie el procedimiento para anular el expediente del proyecto de construcción del Centro Deportivo y de Ocio del Paseo de la Cuba, que planteaba la fórmula de concesión de un servicio público, para la construcción y explotación del mismo por la iniciativa privada", se debe más a las razones que acabo de mencionar que a las justificaciones, más o menos creíbles, que el concejal de Deportes ha ofrecido y seguirá ofreciendo.

Si no se lucha, la batalla está perdida de antemano. Y esa ha sido la máxima que la inmensa mayoría de los actores interesados en este asunto hemos aplicado desde que en mayo del año pasado se conocieran las intenciones de la Concejalía de Deportes de proceder a iniciar los trámites para la elaboración de un proyecto de construcción y explotación de un macro centro de ocio y deportivo.

El proyecto consistía en dedicar una parte del recinto al wellness (salud por agua, sería más o menos la traducción) con piscinas recreativas, saunas, yakuzzis, salas de fitness, etc … y por otro lado construir una zona para deportes de raqueta, con pistas de pádel, alguna pista de tenis y demás complementos habituales en este tipo de instalaciones.

En definitiva, un centro gestionado por una empresa privada, a la que nuestro Ayuntamiento le cedía un terreno valorado en 5 millones de € (con el consiguiente agravio para aquellos centros privados deportivos que han de sufragar sus gastos de alquiler o compra), que debía realizar una inversión para la construcción, inicialmente, de más de 7,5 millones, que luego quedó en poco más de 5.

Pero el devenir de este, afortunadamente, proyecto fallido fue un camino lleno de despropósitos, incoherencias y poca rigurosidad en su planteamiento inicial. Se comenzaban los trámites previos con un supuesto estudio de viabilidad encargado a una empresa de Alcalá de Henares, que supuso el desembolso de 18.000 € al IMD, y que más que un estudio era una justificación financiera del proyecto a gusto del que lo había encargado, aunque lo grave era lo incompleto de este estudio, las previsiones irreales e infladas de usuarios potenciales y el cuadro de financiación, que se asemejaba demasiado a una carta a los reyes magos. Se esperaba en un periodo de cinco años conseguir más abonados que los que suman todos los clubes históricos en nuestra ciudad (Club de Tenis Los Llanos, Tiro Pichón, Club de Tenis Albacete, y las Pinaíllas).

Pero ya he citado que ese derroche inútil de dinero detraído del presupuesto del denostado IMD que supuso el estudio de viabilidad contenía unos costes de construcción que, posteriormente, concretamente en marzo de este año, con un nuevo estudio (supongo que en la Concejalía se dieron cuenta del desatino) se conseguía el milagro de ampliar la zona de metros cuadrados a construir y rebajar el coste de la infraestructura.

Siempre hemos advertido desde el Grupo Municipal Socialista, y así lo hemos expuesto a los colectivos interesados con los que nos hemos reunido, que ni era el momento de acometer instalaciones de estas características en nuestra ciudad, ni había demanda ciudadana que lo justificase, así como que nuestro parque de instalaciones deportivas públicas, hasta que comenzó a gobernar el PP en la ciudad, era uno de los más completos y mejor dotados de España.

Les hemos dicho a los promotores de esta iniciativa, es decir al Equipo de Gobierno Municipal del PP, que habría que hacer un análisis profundo y completo de cuales eran la necesidades reales de los albaceteños que practican deporte y que los expertos y técnicos en deporte del IMD debían orientar por donde se mueve la demanda de nuevos servicios y ofertas deportivas.

Por otro lado, también hemos puesto el acento en que nuestra idiosincrasia y nuestros hábitos sociales relacionados con el deporte no tenían nada que ver con los de otras ciudades, donde la inexistencia del volumen de recintos deportivos públicos, así como la fisonomía de esas ciudades y los hábitos de vida podían hacer posible un proyecto de esta naturaleza. Sin duda alguna, la precipitación o inconsciencia nos les habían permitido valorar la realidad socioeconómica de nuestra ciudad, pues las circunstancias han cambiado radicalmente respecto a años atrás, cuando es cierto que este tipo de iniciativas se extendieron.

Otra de las claves en las que hemos incidido ha sido en que este tipo de multicentros deportivos necesariamente irían a costa del paulatino desmantelamiento de infraestructuras públicas que gestiona el IMD. No hay tanta tarta para repartir entre los sufridos albaceteños, y menos en las actuales circunstancias económicas para una buena parte de ellos.

Yo creo, y no soy el único, que lo que realmente se escondía detrás de la realización de este proyecto era el compromiso que ya se tenía con alguna gran empresa o grupo inversor, que están reorientando sus fines y objetos sociales, ante la caída drástica del ladrillo. Cómo si no se explica que el primer estudio de viabilidad contemplara la condición básica de que, cito literalmente, "la empresa privada se implicará siempre y cuando alcance una rentabilidad económica razonable, y a fin que el proyecto sea viable en el tiempo, habrá que garantizar el mantenimiento del equilibrio económico”, o dicho en lenguaje del ciudadano normal, que querían garantías por parte del Ayuntamiento de tener ingresos suficientes para esa inversión, fuesen por la gestión propia o vía ayudas públicas municipales.

Se nos acusó por parte del concejal de Deportes de que en corporaciones anteriores actuábamos por demandas electorales en materia de infraestructuras deportivas y yo le respondí que en todo caso existen demandas de los ciudadanos que debemos procurar atender, pero con seriedad, accesibles a todos los ciudadanos y erradicando esa idea puramente liberal en extremo de que quien quiera hacer deporte que se lo pague. No puedo estar más en desacuerdo con el señor López Garrido, concejal de Hacienda del Ayuntamiento, que suele recurrir a esta máxima con demasiada frecuencia.

Hemos conseguido entre muchos imponer el sentido común al Gobierno Municipal de nuestra ciudad, al menos en lo referente al Centro Deportivo, y esperemos que no sea pasajero. Rectificar en política no es de sabios, es algo poco normal y debería ser asumido con deportividad. Lo que es de necios es persistir en el error.

 

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