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El esperpento del 9-N: una consulta “de broma”

Por Kiko Moreno Molina
lunes 10 de noviembre de 2014, 16:30h
Kiko Moreno Molina
Kiko Moreno Molina

Este domingo 9 de noviembre no puedo hacer planes. Y es que esta mañana escuchaba en la radio como Ángel Expósito describía como es su tarjeta de participación para votar en la “broma-consulta” del 9-N. Por supuesto no he querido ser menos y también me he animado, por lo que ya tengo mi cita con las urnas en el Institut Frederic Mompou, del municipio de Sant Vicenç del Horts, provincia de Barcelona (ya que me dan a elegir, me he inscrito en el municipio del que es alcalde un tal Oriol Junqueras). Aunque para ser sinceros, en realidad puedo ir yo o delegar en alguien que cuando se acerque a la Mesa 1597P de la Av. Mas Picó, 65-69, responda al apellido “VIVA SAN PEDRO Y VIVA ESPAÑA”, como consta en mi tarjeta. Además me consta que tal vez sea posible cruzarse en alguna urna a los ciento y pico POKÉMON o incluso al mismísimo BOB ESPONJA, también preocupados por la independencia de Cataluña y desde hace días inscritos en este censo sin parangón.

Todo este embrollo se remonta a la declaración conjunta que el señor Mas y el señor Junqueras se sacaron de la manga hace un tiempo, esbozando un supuesto “carácter de sujeto político y jurídico soberano del pueblo de Cataluña”. Así de fácil nos la intentaban colar, canjeando el término “autonomía” (reconocido en nuestra Carta Magna) por el de “soberanía”, como si de un vale del Corte Inglés se tratara. “Total, son dos palabritas que acaban en “-ía”  ¡que más da!” – pensarían ambos dirigentes mientras tomaban unas pastas y jugaban a ser constituyentes.

Dice nuestra Ley Suprema que cualquier consulta de autodeterminación, por afectar al fundamento del orden constitucional, solo puede hacerse por una vía: reforma de la Constitución y referéndum en toda España. Si de verdad su objetivo es firme, ¿por qué no proponen el camino legal? ¿O quizás este lío solo sea una cortina de humo para tapar su mala gestión?

Por suerte no ha habido ni una sola duda dentro de la jurisprudencia, ya que el Tribunal Constitucional suspendió el sucedáneo de consulta corroborando toda la línea argumental recogida en el recurso presentado por el Gobierno, y más tarde el Tribunal Supremo ha rechazado la demanda de la Generalidad de Cataluña, que a la desesperada intenta persistir en su “huída hacia delante”. Esta vez no hay duda: es un triunfo del Estado de Derecho.

No obstante, para intentar introducirme en el ambiente plebiscitario, ya he comenzado mi particular jornada de reflexión. Y curiosamente me ha venido a la mente mi infancia en el Colegio Público “Margarita Sotos” de San Pedro, mi pueblo. Cada inicio de curso, organizábamos elecciones a delegado de clase. El censo lo comunicaba la profesora al pasar lista, las papeletas nos las fabricábamos nosotros mismos en un trozo de hoja de libreta, y el recuento se hacía con una tiza contando rayitas en la pizarra. Aún así, seguro que no soy el único que piensa que esa votación tenía bastante más credibilidad y consistencia que este esperpento del 9-N, pues al menos en la escuela el censo era de verdad, las papeletas no estaban “marcadas”, y sabíamos que el resultado no se manipulaba.

Kiko Moreno Molina

Coordinador provincial de Acción Política de NNGG.

Presidente local de NNGG de San Pedro

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