delito de allanamiento y agresión sexual, contra una vecina a la que asaltó en su domicilio, con el rostro tapado para no ser reconocido, y condujo a la fuerza a una habitación para abusar de ella, aunque ésta pudo defenderse.
La agresión tuvo lugar hace casi cuatro años en el edificio donde acusado y víctima residían, según el escrito del fiscal, que recoge que, la mañana del 2 de mayo de 2012, el procesado, Alejandro C.M., llamó al timbre de su vecina tapando su cara con una prenda de color rojo.
La vecina abrió llevando a un bebé en brazos y el acusado entró "portando en sus manos una camiseta azul y un rollo de cinta adhesiva", que al intentar manipular y caersele, hizo que se pusiera "nervioso" y empezase a agredir a la mujer, quien cayó al suelo junto a su hijo.
Después, la madre dejó al niño "a salvo de la acción violenta" y el procesado "la condujo hasta una habitación existente al lado de la cocina", donde "comenzó a tocarle el pecho", pero la mujer forcejeó y logró meterle los dedos en los ojos, logrando además levantarle "parcialmente" la prenda con la que se tapaba el rostro.
Entonces el acusado "le pidió que le soltara y emprendió la huida", quedando en la vivienda tanto el rollo de cinta como la camiseta azul que portaba.
Aparte de las lesiones, la mujer sufrió por estos hechos "trastorno adaptativo con predominio de sintomatología ansiosa" y necesitó tres meses para curarse, además de sufrir un trastorno de tipo neurótico como secuela.
La Fiscalía pide para Alejandro C.M. cuatro años de prisión y alejamiento de la víctima durante otros cinco, además del pago de una indemnización de 7.275 euros.
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