El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, ha informado sobre esta decisión en una rueda de prensa en la que ha estado acompañado por Ángel Fernández, quien se ha mostrado emocionado y "abrumado" ante la "gran responsabilidad" que supone este nombramiento que acepta con "docilidad" al ser "la voluntad de Dios".
Fernández Collado sustituye al hasta ahora obispo de esta diócesis, Ciriaco Benavente Mateos, que renunció al cargo el pasado 3 de enero tras haber alcanzado los 75 años, la edad límite para ejercer su función, y ha sido nombrado administrador apostólico hasta la toma de posesión del nuevo prelado.
El nuevo obispo de Albacete ha mostrado su intención de ser "un padre, un hermano y un amigo" para sus fieles al tiempo que ha destacado, entre sus prioridades, las familias cristianas, los sacerdotes y seminaristas, así como los enfermos, los ancianos y los más necesitados en lo material y espiritual, tal y como se lo indicó hace unos días el Papa Francisco.
El compromiso de Fernández Collado en esta nueva etapa pasa por "servir y ayudar" a los cristianos de la diócesis albaceteña a "conocer y amar a Dios y a su Iglesia desde el corazón y a conocer a las personas y a los acontecimientos como Dios los ve y los conoce desde un corazón misericordioso y lleno de amor".
Ha pedido a los albaceteños paciencia y comprensión hasta que logre adaptarse a este nuevo cometido, pues se ha reconocido "lento y limitado".
También- recordado que la Archidiócesis de Toledo es su "diócesis de origen" donde ha nacido, se ha formado y trabajado pastoralmente de forma "incasansable" en los diferentes ministerios encomendados por los obispos y de la que, según ha precisado, ha recibido "cariño, aprecio, agradecimiento, amistad y también algunos sufrimientos".
Por su parte, Braulio Rodríguez ha señalado que la designación de Fernández Collado como obispo supone una "gran pérdida" y ha calificado esta jornada como "un momento de gozo".
Por esta razón, ha optado por no pronunciarse en relación a la reclamación que realizó el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, en una audiencia con el Papa Francisco para que Guadalupe, municipio donde está la patrona de la región, deje de depender eclesiásticamente de Toledo y se integre en una diócesis extremeña.
Tampoco ha querido desvelar el nombre del nuevo obispo auxiliar de la Archidiócesis toledana dado que, a su modo de ver, el hueco que deja Fernández Collado es difícil de reemplazar y "no se trata de hacer intercambios".
El obispo electo tomará posesión el sábado 17 de noviembre a las once de la mañana en la catedral de San Juan Bautista de Albacete.
Ángel Fernández Collado nació en la localidad toledana de Los Cerralbos el 30 de mayo de 1952 y un curso después de su ingreso en el Seminario Menor de Talavera de la Reina se incorporó al de Toledo donde cursó estudios eclesiásticos.
En 1977 obtuvo el Bachillerato en Teología por la Facultad Teológica del Norte de España, ubicada en Burgos, y el 10 de julio de ese mismo año fue ordenado sacerdote en la Archidiócesis primada por el cardenal Marcelo González Martín.
Es Licenciado (1984) y doctor en Historia de la Iglesia (1992) por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y también es diplomado en Archivística por la Escuela Vaticana de Paleografía, Diplomática y Biblioteconomía (1984).
Ha desarrollado su labor sacerdotal en Toledo donde desde 1984 es profesor en el Seminario Mayor y Capellán mozárabe de la Santa Iglesia Catedral desde 1985, entre otros muchos cargos.
El 28 de junio de 2013 fue nombrado por el papa Francisco obispo titular de Iliturgi (Jaén) y auxiliar de la Archidiócesis de Toledo.
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