El Gobierno de Castilla-La Mancha no solicitará por ahora rastreadores militares al Ministerio de Defensa y prevé contratar 130 más a lo largo del mes de septiembre,
efectivos que se sumarían a los 427 rastreadores que trabajan desde el pasado 10 de mayo en la región haciendo seguimientos de casos COVID-19 y en la detección de sospechosos.
Así lo ha confirmado el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, en rueda de prensa, quien ha explicado que el Gobierno castellanomanchego no dice que no vaya a pedir "rotundamente" rastreadores militares, sino que los pedirá "si fuese necesario", pero ahora mismo considera que hay otras comunidades autónomas "con más necesidades que nosotros", ha afirmado el titular de Sanidad.
A Toledo, más afectada por la pandemia que otras provincias, llegarán estos nuevos rastreadores y poco a poco se irán haciendo más contrataciones hasta llegar a los 130 anunciados.
El consejero cree que es importante contratar a rastreadores de Castilla-La Mancha "mientras podamos" porque, según ha indicado, conocen la idiosincrasia de la región y trabajarán "coco con codo" con las personas que ya están rastreando y por lo tanto "hacemos formación de formadores".
Ha continuado asegurando que las personas que ya están rastreando y llevan ya desde el 10 de mayo "tienen un conocimiento acumulado" y permite, según el consejero, que los rastreadores que se van a contratar a través de las bolsas de empleo, estos 130, "ninguno esté solo". "Si alguna vez necesitamos pedir externamente (rastreadores), lo haremos", ha recalcado.
Con los 130 nuevos rastreadores, Castilla-La Mancha alcanzará una tasa de 6 por cada 100.000 habitantes, superando las expectativas --ha destacado-- de la Organización Mundial de la Salud. En el caso de que no sea suficiente, el Gobierno contratará a más rastreadores.