Lo que esta semana ha supuesto una gran noticia para los dirigentes del Ayuntamiento de Albacete es sin duda una pésima noticia para la gran mayoría de albaceteños, que en estos tiempos de crisis galopante y con un paro en la ciudad de miles y miles de personas, no entienden que se gaste más de un millón de euros, 1.228.000 era el presupuesto inicial para su adjudicación, en un proyecto de pasarela ciclista que solo ha contado con el apoyo del PP, todos los grupos políticos y colectivos, también los ciclistas, han apuntado que la pasarela es necesaria pero en ningún caso tal y como la planteó el PP, que supone un gasto que no se ajusta a la realidad de la ciudad.
Esta semana han comenzando los primeros estudios y movimientos de tierra de esta pasarela que ya no tiene vuelta atrás. Bayod y su equipo de Gobierno, el concejal del área Díaz de Prado, el ‘concejal del dinero’ Juan Carlos López, y demás componentes del PP, han querido sacar adelante esta pasarela costosa y alejada de toda lógica. Querían que se hiciese la obra y la mayoría en el Ayuntamiento se lo permitió. La lógica no invitaba a esta solución pero así ha sido. 1,2 millones de euros para que la obra quede ahí, como algo que hizo el PP por esta ciudad, eso sí, si puede ser que se inaugure antes de las elecciones municipales de mayo.
No importan los parados, no importa que con ese dinero se habrían podido contratar a muchas personas para hacer otras mucho más necesarias en la ciudad. Se podrían haber arreglado calles con aspecto de hace dos siglos, sin asfaltar o sin acerado, pantanos cuando llueve. Por no hablar de arreglos en instalaciones municipales que den un servicio acorde a lo que se cobra. Da igual que nos cuenten la milonga de que está financiada en parte por el fondo europeo, porque ese fondo podría haber financiado otras cosas mucho más urgentes.
En fin, que habrá pasarela ciclista para unir la ciudad con el carril bici que hay a Valdeganga. La idea inicial buena, la necesidad importante para muchos, menos para otros, el proyecto final y la obra definitiva, impresentable se mire como se mire.