Y por si fuera poco, cabría preguntarse si los políticos, los que no son funcionarios, sino los que se dedican al antaño noble y hogaño lucrativo arte de la política por mor de las urnas, se han subido sus emolumentos y en qué cantidad (que en este tema parece cernirse el mayor de los misterios y la oscuridad y nebulosa más absolutas, siendo más tabú que el destape en la época del Generalísimo), porque lo lógico, cuando pintan bastos y el sistema no da para más, bien podrían hacer un acto de auténtica ejemplaridad y, no sólo congelarse su nómina, que ya sería un ahorro abismal, sino en función y atención al montante de la misma, reducírsela entre un 40 y un 70 por ciento, lo que sería un acto de solidaridad ejemplar y aun así no se quedarían descalzos, esperando que vengan tiempos mejores, máxime cuando con sus decisiones arbitrarias, injustas y espurias, con un seguidismo sumiso y vergonzoso, de la Cancillera alemana Frau Angela Merkel, han fustigado y escarnecido, amén de arruinar en un buen número, a la ciudadanía, con una austeridad rayana en el austericidio, sin que baste la petición que el pasado domingo 18 de este mes y año hiciera el Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, instando a que la subida de estas nóminas sea igual a la de las pensiones, es decir, un 0’25%, lo que denota que la subida para ellos ha venido siendo, sin solución de continuidad, Dios sepa cuánto, porque esto parece ser secreto de sumario, lo que demuestra el morro y la sinvergonzonería de Don Rajoy, Mariano, y sus secuaces, y porque no es lo mismo una subida de un 0’25% sobre una pensión de miseria, que un 0’25% sobre el salario mollar de los padres de la patria y ello sin tener en cuenta que más de uno de estos prebostes goza de diversos cargos remunerados, o sea, que les entran los emolumentos por distintas vías, quizás, por más que las que se abrieron, cuando en la noche del 14 al 15 de abril de 1.912, se encontrara el Titanic con la punta del iceberg que le precipitó al fondo marino.
En cualquier caso, poco cabría esperar de la comparecencia de Don Rajoy, Mariano, en el hemiciclo de la Cámara Baja, (que, por cierto, no sólo en este debate, sino sobre todo en el subsiguiente sobre la pena de prisión permanente revisable, han dado claro ejemplo y confirmación de por qué a dicha Cámara se la entroniza de tal guisa, o sea, por la bajeza de sus señorías, desde el primero al último, sin excepción y sin solución de continuidad), en la que como buen personaje no comprometido con algo que no sea mantener la poltrona a toda costa y a costa de quien sea, se limitó a pasarle el marrón a la oposición, poniendo la pelota en el tejado de ésta, con ciertos tintes gansterianos o mafiosos, propios de la época de Al Capone, al chantajearla con la promesa de subir las pensiones mínimas y las de viudedad, si la oposición apoya los Presupuestos, que su mano armada, el Ministro de Hacienda, el reprobado Sr. Montoro, tiene preparados, para asegurarse las poltronas hasta 2.020, jactándose de la subida a los funcionarios en algo más del 8% durante el tránsito hasta 2.020, y emplazando a los empresarios a que sigan su ejemplo y suban los sueldos a sus trabajadores, con una chulería propia de un matón de barrio, como siempre, con su habitual chulería, soberbia, arrogancia y bravata, y como si los empresarios pudieran echar mano de la Caja Pública de Caudales y subir impuestos para acometer tal empeño, que no fuera sino por la auténtica recuperación de las empresas y la liberación definitiva de la crisis económica y ligada a la productividad, mas ya sabemos que con el dinero de todos hay quien hace maravillas como si jugara y pusiera en juego sus propios dineros. Así, desde luego, es capaz de tal jugada maestra hasta el tonto del pueblo, incluido quien, aun sin ser tonto del haba, no supiera hacer una “o” con un canuto. Así se las ponían a Fernando VII, o sea, a huevo y aun así no sabía por dónde tirar.
Y en estas estamos y como suele ocurrir cuando se quiere escurrir el bulto y pasar la patata caliente para resolverla “ad calendas graecas” y demostrativo de la bajeza moral, de los proponentes, el PSOE, Podemos y Ciudadanos, demandan que se reforme la Constitución (para esto sí que estarían dispuestos) para garantizar la suficiencia económica de los partidos políticos, lo que se haría constar en el artículo 6 de la Carta Magna, con el fin de que dichos partidos políticos dispongan de condiciones para cumplir su papel, solicitando, además, unos “fondos compensatorios” a su financiación si cumplen determinados preceptos, como la paridad o la limitación de mandatos, pareciéndoles poco los más de 50 millones de euros que cada año reciben del Estado, vía subvención, sobre lo que el Partido Popular ha guardado un escrupuloso silencio, dando a entender que quien calla otorga. Todo ello con un morro que se lo pisan, máxime teniendo en cuenta la situación en la que se encuentran la inmensa mayoría de pensionistas (o los parados de larga y media duración, o los que se encuentran en el umbral de la pobreza máxima, etc.), sin que debamos dejar en el olvido o hacer oídos sordos al aviso del “Observatorio Social de las Personas mayores 2.017”, de la Federación Estatal de Pensionistas y Fundación 1º de Mayo de CCOO, sobre el aumento del nivel de pobreza entre pensionistas y jubilados de la región castellano-manchega (¡ay, si solamente fuera respecto de los pensionistas!), que, “mutatis mutandi”, sería extensible al resto del país, y sin que tampoco debamos echar en saco roto las conclusiones a que llega el Defensor del Pueblo, Don Francisco Fernández Marugán, recogidas en el informe sobre el ejercicio 2.017, remitido al Congreso de los Diputados el pasado día 19, en el que radiografía los agujeros negros de la recuperación económica y del sistema de derechos y libertades y en el que se vierte la protesta y el malestar de los ciudadanos con las instituciones, con la falta de soluciones para sus problemas y con las deficiencias del Estado de Bienestar, y en el que se refleja que la crisis, aún no superada, ha dado origen a un “pozo de desigualdad sin precedentes”, derivado de la aplicación de “políticas concretas y específicas que han actuado como un corrosivo, dañando el entramado institucional y la cohesión social”, concluyendo que “hay que actuar para hacerlas retroceder” y añadiendo que “carece de sentido político pretender que se acepte la existencia de una mejora económica sin un mayor bienestar y con menos derechos”. En consecuencia, aconseja corregir el problema con “una política activa y decidida de redistribución de la renta” y alerta contra la pretensión de “mantener las políticas de austeridad”, que, recalca, “han demostrado que conllevan la caída de las rentas más bajas y el aumento de la pobreza más severa”. Y, en sede de pensiones, pone el dedo en la llaga, al denunciar la utilización de un volumen significativo de cotizaciones sociales para el pago de conceptos distintos de las pensiones, señalando tres vulnerabilidades: el mecanismo de revalorización que apunta a un empobrecimiento de los pensionistas; la brecha de género que en la cuantía media roza el 40%; y la modesta cantidad de las pensiones, pues el 60% no supera los 800 euros mensuales. Y sin pasar por alto, el consejo de la Directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, de que “el crecimiento sostenido necesita menos desigualdad”.
Claro, que ahora vendrá Paco con las rebajas, y pensando en términos beneficiosos electoralistas (municipales y autonómicas de 2.019 o generales de 2.020 o antes), ya se arremanga el reprobado Sr. Ministro de Hacienda, Montoro, por orden de su Presidente (“las pensiones subirán pronto”, clama Don Rajoy, Mariano) con la proposición de que las pensiones hasta 17.000 euros no tributarán y con la contemplación de que las pensiones de viudedad mejorarán “más allá de lo previsto” en la ampliación, ya aprobada, de la base reguladora del 52% al 60% y alzas de las mínimas, pero, claro, y aquí está el chantaje a la oposición: Don Rajoy, Mariano, promete mejorar las pensiones más bajas si logra el apoyo a los Presupuestos, lo que parece alejarse “in tempore”, teniendo en cuenta la posición del PNV en contra de pactar con el Gobierno, mientras éste mantenga la intervención de la autonomía de Catalunya, mediante la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española y agravada con la imputación de 26 independentistas y el enchironamiento de Forcadell, J. Turull, Romeva, Rull y Bassa, amén de los ya en prisión Junqueras, Forn, J. Sánchez y J. Cuixart y cuya postura se agravará con la detención del ex President de la Generalitat, Carles Puigdemont, el pasado domingo en Alemania, lo que ha motivado una ola de indignidad social entre los independentistas, con manifestaciones multitudinarias en toda Cataluña, porque y esto es lo grave, que el tema del independentismo, político donde los haya, ha sido derivado por la inacción del Gobierno de España, a la vía judicial, algo insólito en cualquier país del mundo que se precie de democrático, en lo que ya parece una caza de brujas y un querer acabar a golpe de autos y sentencias judiciales con dicho independentismo, lo que, repito, no es asunto sino político, y porque los independentistas no son sólo cuatro gatos, sino que sobrepasan los dos millones y medio, si es que, con estas últimas actuaciones, no han aumentado más su número.
Y como el Presidente del Gobierno, Don Rajoy, Mariano, rechaza dar marcha atrás a su reforma de 2.013 y volver a ligar la subida de las pensiones al IPC, no es de extrañar que los pensionistas sigan en sus trece (por considerar las medidas que se prevén como el chocolate del loro), como lo demuestra la nueva manifestación llevada a cabo el pasado sábado y los que te rondaré morena.
MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ
28 de marzo de 2018