www.albaceteabierto.es
Las islas Georgias del Sur: primer territorio del planeta sin roedores
Ampliar

Las islas Georgias del Sur: primer territorio del planeta sin roedores

martes 19 de junio de 2018, 17:09h
El mayor proyecto del mundo para erradicar una especie invasora peligrosa ha sido declarado un éxito, ya que las remotas islas Georgias del Sur ahora están libres de las ratas y los ratones que devastaron su vida silvestre durante casi 250 años.

Las ratas y ratones fueron introducidos inadvertidamente en la isla, cerca del extremo sur de Sudamérica y cerca de la Antártida, por barcos que se detuvieron allí, generalmente para expediciones de caza de ballenas. El efecto en las poblaciones de aves nativas fue dramático, ya que los depredadores devoraban los huevos puestos por las aves.

Los estragos causados por los roedores

Dos especies de aves únicas de la isla, el bisbita y el pato piquidorado de Georgia del Sur, se limitaron a vivir en unas pequeñas islas frente a la costa, que los roedores no podían alcanzar. Los pingüinos y otras poblaciones de aves marinas también se vieron amenazados.

Mike Richardson, presidente del proyecto que mereció una inversión de 10 millones de libras esterlinas durante una década, dijo a la prensa británica: "No se descubrieron roedores en la última revisión. Por lo que sabemos, por primera vez en dos siglos y medio la isla está libre de roedores. Ha sido un largo recorrido”.

El último cebo envenenado fue dejado hace más de dos años, pero los científicos no han cesado en la búsqueda de roedores en la isla.

La isla está libre de ratas

Dos experimentados cuidadores de perros de Nueva Zelanda caminaron con tres canes a través de casi 2.500 km, a menudo con clima extremo, acosados ​​por fuertes lluvias y tormentas feroces, en busca de ratas y ratones.

Al no encontrar ningún roedor durante ese período en ningun área, se consideró que el proyecto fue un éxito de acuerdo con los estándares internacionales. Los líderes del esfuerzo de erradicación declararon a la isla libre de ratas y ratones.

El proyecto fue liderado por South Georgia Heritage Trust, organización benéfica creada para proteger la isla, y una organización asociada, la Friends of South Georgia Island, con sede en Estados Unidos. El gobierno del Reino Unido también tuvo participación, pero la mayor parte del financiamiento provino de la recaudación de fondos y la filantropía privada.

Los científicos esperan que el éxito se convierta en una inspiración y un modelo para otros proyectos en todo el mundo para eliminar las especies invasoras, que pueden extinguir a los animales nativos.

Lord Gardiner, subsecretario parlamentario del Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del Reino Unido, dijo: "No debemos descansar, en nuestros territorios de ultramar, que representan el 90% de la biodiversidad del Reino Unido, muchas especies son vulnerables".

El elogiable programa para erradicar las ratas

El programa de Georgias del Sur consistió en arrojar cientos de toneladas de cebos envenenados en áreas que estaban infestadas de roedores. El clima riguroso, el terreno montañoso y la accesibilidad limitada de la isla hicieron que el proyecto estuviera plagado de peligros.

En ocasiones, cuando los científicos creían que habían erradicado las ratas de un área, los roedores regresaban de otra sección cercana de la isla, lo que significaba que el régimen de envenenamiento tenía que comenzar de nuevo. Richardson rindió homenaje a la resistencia y valentía de los equipos.

Las islas Georgias del Sur, uno de los numerosos territorios de ultramar del Reino Unido, fue divisado por primera vez por el capitán James Cook en 1775 en uno de sus viajes de descubrimiento.

Se convirtió en una parada para los cientos de balleneros que surcaban los mares del sur. Este territorio insular proporcionaba refugio, tierra firme y un sitio de reunión para los buques que podían haber pasado semanas o meses sin ver tierra.

Las especies invasoras son una de las peores amenazas para la biodiversidad en todo el mundo. Cuando se introducen especies no autóctonas, a menudo inadvertidamente, pero también a veces como mascotas o como elementos ornamentales, pueden perturbar ecosistemas naturales evolucionados durante milenios en detrimento de las especies nativas.

Un ejemplo clásico es la ardilla gris, introducida en Europa como una novedad y que ha estado a punto de eclipsar a la ardilla roja nativa del Reino Unido. La ardilla gris transmite un virus que la ardilla roja no puede soportar.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios