En la política española algo está cambiado en los últimos meses, por fin los dos partidos mayoritarios en las últimas décadas, PP y PSOE, han acabado de comprender que el inmovilismo les condenaba a ser ‘comidos’ por los partidos emergentes.
Cierto es que PSOE y PP han escogido caminos muy distintos pero ambos con un punto común, de inicio, han abandonado quizá el centro político para irse hacia sus extremos. Eso queda evidente con el PSOE de Pedro Sánchez, que se ha ido tanto a la izquierda que ha dejado sin ideario a Podemos. Dicen que también el PP de Casado se irá más a la derecha, yo creo aquí más bien que simplemente quiere dejar claro que son un partido que no es de izquierdas y que reafirma sus ideas de siempre, sin avergonzarse por ello.
En el PSOE estamos viendo el cambio, la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa ha revitalizado a un partido muerto. El problema es que habrá gente que no olvide el día de las papeletas en las urnas que es presidente gracias a partidos de gente que está en la cárcel por delinquir y querer romper España, y a gente de partidos que animaron durante décadas a matar a otros en el País Vasco.
Por cierto, a los individuos de Esquerra un recordatorio, el nombre de la autonomía de Valencia es Comunidad Valenciana, no País Valenciano. Para mucha gente que un personaje sin moral dijera en el Parlamento de España (por cierto, sin que le hicieran callar de inmediato) ese nombre refiriéndose a Valencia fue una ofensa. Pero en fin, aquí todo vale. Ya sabemos que tienen la piel tan fina que cuando les dicen cuatro verdades los llevan a los tribunales (son como el niño mal criado que acude a mamá cuando alguien le mira mal pero normalmente a su madre no le hace ni caso).
Volviendo al tema del cambio. El PSOE hizo su cambio y de momento parece haber oscurecido a Podemos y ahora el PP hace su cambio.
La elección de Pablo Casado abre puertas y esperanzas nuevas para la derecha y el centro derecha en España. Una cara nueva, un hombre joven, con ideas claras y con intención de recuperar para su partido el gobierno español. En Ciudadanos no ha sentado nada bien su elección, no hay nada más que ver las primeras reacciones, solo le faltó a algún dirigente comenzar a insultar sin fin, lo demás lo dijo todo.
Si Podemos puede estar contra las cuerdas, en Ciudadanos se echan a temblar ante un PP fuerte y rejuvenecido, que sepa atraer de nuevo a la gente que se fue a Ciudadanos por desencanto.
El cambio de los grandes partidos nos puede traer de nuevo un bipartidismo que pareció morir en las últimas elecciones, tanto en las Autonómicas como en las Generales.
No sería extraño ver que la gente vuelve al voto útil. En el fondo el que votó a Ciudadanos en España acabó por ver como la irresponsabilidad de este partido y las críticas desmedidas fueron acicate del PSOE para presentar la moción de censura. También el que votó a este partido en Cataluña ha podido ver su actitud cobarde al no presentar a la ganadora de las elecciones a una votación por la presidencia, lo que hubiera dejado claro quien ganó las elecciones, algo muy importante en la imagen que transmite esta autonomía al exterior.
En la izquierda pasa lo mismo, si el PSOE está muy en la izquierda y tiene una masa de votantes importantes ¿para qué votar a Podemos? El único problema que quizá hay aquí es que ha abandonado el PSOE tanto el centro izquierda que quizá no le dé para ganar las elecciones nacionales y en las comunidades autónomas mucho tendrán que trabajar los ‘page’ de turno para cambiar esa imagen.
Se quiera o no, en España la mayoría de la gente no está en los extremos y el partido que sea capaz de aglutinar más gente en su entorno ganará las elecciones.