El doctor Carlos Lanciego, radiólogo intervencionista del Hospital de Toledo, fue elegido recientemente en el Congreso de la Sociedad Europea Radiología Vascular e Intervencionista (CIRSE) miembro del grupo de expertos en esta técnica innovadora mínimamente invasiva, compuesto por especialistas británicos, franceses, portugueses, suizos y austríacos, dada su experiencia con este procedimiento.
Los doctores de esta unidad, Carlos Lanciego, Juan José Ciampi y la doctora Raquel Monreal, han explicado que gracias a la excelente colaboración de los servicios de Urología del Hospital de Toledo, del Hospital Universitario Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina y el Hospital Santa Bárbara de Puertollano, se ofrece la embolización de arterias próstaticas como alternativa a la cirugía convencional en aquellos pacientes que no pueden o prefieren no someterse a una intervención y con la que ya se han atendido a 40 pacientes con muy buenos resultados.
El doctor Lanciego ha indicado que “se trata de acceder con un catéter por la arteria femoral hasta llegar a las arterias prostáticas para estudiar las ramas que irrigan la glándula aumentada de tamaño afectada por la inflamación crónica y seleccionar las que se van a taponar -embolizar- con una emulsión de pequeñas microesferas que actúan a modo de oclusores de los vasos”.
De esta manera, el radiólogo intervencionista trata la zona inflamada bloqueando el flujo de sangre a la próstata, lo que hace recuperar el calibre del conducto de la orina que atraviesa la glándula prostática y así desaparecen los síntomas clínicos en los días posteriores. El paciente recibe el alta al día siguiente y es controlado en las consultas de Urología.
El doctor Lanciego ha destacado “la labor de los profesionales de Enfermería, de los técnicos de rayos, auxiliares y celador para mantener el éxito de este nuevo procedimiento intervencionista entre todos”.
Toda esta actividad innovadora de la Unidad de Radiología Intervencionista se apoya en una gran experiencia en otras técnicas de embolización, que abarcan desde las más clásicas de tratamiento de hemorragias digestivas, bronquiales, de pacientes politraumatizados por accidentes de tráfico o caídas y de varicoceles masculinos ( varices testiculares ) y femeninos (síndrome de congestión pélvica), hasta embolización de tumores hepáticos, de miomas uterinos y más recientemente de arterias afectadas en el síndrome de hombro congelado.
Hiperplasia benigna de próstata
La hiperplasia benigna de próstata es un crecimiento no canceroso de la glándula prostática que afecta aproximadamente el 50 por ciento de hombres de 50-60 años y hasta un 90 por ciento entre 70 y 80 años o más. A medida que la glándula crece puede disminuir o detener el flujo de orina desde la vejiga y dar síntomas de obstrucción, como necesidad de orinar con mucha frecuencia, sensación de vaciado incompleto, orinar con frecuencia por la noche y con urgencia y también ver afectada la función sexual, deteriorando mucho su calidad de vida.
Cuando aparecen estos síntomas hay que acudir al urólogo, especialista clave para atender esta patología, dado que indicará las pautas a seguir en el tratamiento.
El tratamiento habitual suele ser con medicación oral. No obstante, en algunos casos cuando persiste una importante sintomatología o la inflamación de la glándula prostática permanece a pesar del tratamiento con fármacos hay que dar un paso más hacia los tratamientos quirúrgicos.