En el juicio, el acusado -J.M.M.C.N.A.- ha negado que, durante el año y medio de relación que mantuvieron desde septiembre de 2011 en Pozuelo y en Torralba de Calatrava, pegara ni amenazara a su compañera, ni que la obligara a abortar cuando ésta se quedó embarazada supuestamente de un hijo suyo, tal y como mantienen la fiscalía y la acusación particular.
Ha reconocido ante la sala que ambos tenían discusiones, como todas las parejas, pero ha señalado que sus padres no le educaron así y que, por lo tanto, no podría comportarse tal y como aseguran las acusaciones.
"Me crié con una familia estructurada y esas palabras nunca saldrían de mi boca", ha afirmado el procesado, al tiempo que ha mantenido que, en ningún caso, pegó a la víctima.
En el relato de los hechos, la víctima sí ha sostenido que era agredida por su ex pareja, a la que, aunque ella le pedía que parara de pegarla, "él siempre seguía haciéndolo".
"Era una sensación horrible ver a una persona que te está atacando y no para de pegarte", ha asegurado en el contexto de un relato estremecedor la mujer, que ha agregado que, "todos los días, su dedicación era levantarse y decirme que era un puto mono, que no podría ser madre y que no merecía tener hijos".
Además, ha recordado que también la amenazaba diciéndole que tuviera cuidado cuando fuera a la clínica en la que iba a abortar con lo que decía, "porque si hablaba iría a por mí y mi familia", ha dicho la víctima.
Y ha apostillado que su ex pareja llegó a decirle que, si tenía a su hijo, finalmente "ese bastardo moriría", al igual que ella.
La fiscalía considera que el acusado maltrataba a la víctima metiéndole la cabeza en el agua, rociándola con gasolina, poniéndole bolsas de plástico en la cabeza hasta que casi llegaba a perder el conocimiento o se caía al suelo por la falta de oxígeno, o poniéndole un cuchillo en la garganta.
El acusado también la pegaba por no obedecerle, le tiraba a su perro, la emborrachaba o dejaba sin comer para que ella accediera a sus peticiones, le quemaba sus vestidos favoritos o la obligaba a desnudarse en cualquier dependencia de la casa y a mantener relaciones sexuales.
Al inicio del juicio, la acusación particular ha aumentado la petición de pena de cárcel para el acusado a 26 años, por un delito de lesiones graves con secuelas psicológicas, a la que suma la pena máxima por el aborto.
Por su parte, la defensa ha pedido la libre absolución de su patrocinado por considerar que los hechos denunciados no han sido probados.
Está previsto que el juicio continúe mañana, miércoles, en la Audiencia Provincial, con la declaración de más testigos y la presentación de las pruebas periciales.
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_661e5a99b4528.jpg "Detenidos un hombre y dos mujeres de Albacete por simular ser víctimas de una estafa")
