La organización agraria ha calificado de "espectacular" el incremento de los gastos en alimentación y en electricidad, así como del crecimiento de los costes laborales y los gastos en veterinarios. "Los cunicultores no son capaces de trasladar ese incremento de costes al precio de su producto", han denunciado desde UPA.
La organización señala que el primer eslabón de la cadena es el más débil y el que menos capacidad tiene para que su trabajo sea reconocido, y remunerado, al tiempo que recuerda que la Ley de la Cadena Alimentaria "obliga a cubrir el coste de producción".
UPA pone cifras al incremento de costes, que supera los 55 euros por tonelada para el pienso para madres o de 38 euros/tonelada el pienso para cebo. La electricidad, necesaria para climatizar las granjas, se ha encarecido un 30% respecto a 2020. Todo ello está llevando a un descenso de la producción en 2020 de casi un 3% respecto a 2019 entre las cerca de 2.000 granjas dedicadas al conejo en España.
Además, la organización ha denunciado que la crisis derivada de la pandemia ha llevado a un incremento del consumo de carne en los hogares, pero un hundimiento en la restauración.
Los cunicultores piden al Ministerio de Agricultura que revise los contratos y garantice el cumplimiento de la Ley de la Cadena. También reclaman campañas de promoción para que el conejo ocupe el lugar que se merece en la dieta de los españoles.
En fechas recientes, UPA trasladó a la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural la necesidad de ayudar a este sector, pequeño pero muy arraigado a la región en comarcas como la Manchuela de Albacete, en localidades como Villamalea.
La región cuenta con unas 70 explotaciones y tres mataderos en total y desde UPA recuerdan que "sin ellos y la industria sería imposible la producción".