Según el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, el acusado, A.C.F., convenció a F.A.C.G. para que se fuera a vivir con él a la capital manchega, donde trabajarían recogiendo chatarra, propuesta que el denunciante aceptó.
Fue entonces cuando, a partir del 28 de junio de 2020, el procesado encerró a F.A.C.G. en la vivienda, colocando un candado en la parte exterior del domicilio, impidiendo que se pudiera abrir desde dentro. Este encierro se mantuvo hasta las 14.00 horas del 8 de julio, cuando F.A.C.G., ante la desesperación de no poder salir a la calle, se asomó por la ventana pidiendo socorro hasta que, finalmente, apareció la Policía Local, que accedió a la vivienda por la ventana, a través de una escalera plegable. También fue precisa la intervención de los bomberos, que tuvieron que cortar el candado con una cizalla.
Durante los 11 días de encierro, el acusado aprovechó para hacerse con la cartilla bancaria de F.A.C.G. y, usando la clave de acceso que estaba apuntada en la misma, le robó un total de 1.320 euros.
La Fiscalía considera que estos hechos son constitutivos de un delito de detención ilegal por el que piden cinco años de prisión para A.C.F., así como un año más de cárcel por el delito de estafa y la pena
de 40 días de multa de 10 euros de cuota diaria por el delito leve de hurto. Asimismo, el acusado deberá indemnizar a F.A.C.G. en la cantidad de 1.320 euros.
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